La Jornada 12 de febrero de 1997

En riesgo la paz social si se elimina el laicismo: Guevara Niebla

Los reclamos del PAN y la Iglesia católica para eliminar el laicismo y ubicar de nuevo a la familia como el único agente educador de la sociedad significan, en términos políticos, ``un riesgo para la armonía social''. Esto podría llevar a los mexicanos a las disputas que dividieron al país en el siglo XIX o las que dieron origen a la Guerra Cristera entre 1926 y 1929, alertó el investigador Gilberto Guevara Niebla.

Apuntó que las pretensiones de la derecha ``se ubican en el contexto --no exclusivo de México-- de un regreso al oscurantismo, una vuelta a la religiosidad y al pensamiento mágico, y que aquí encuentra expresiones de gran aceptación como la herbolaria, la brujería, los chupacabras, etcétera, en una búsqueda de respuestas de la gente por la vía fácil''.

La intervención de Guevara Niebla en el segundo día de trabajos de la Cumbre Internacional de Educación y su crítica a las posiciones panistas ante el ``atrincheramiento conceptual'' de ese partido que ``podría conducir al país a enfrentamientos estúpidos, estériles'' por los cuales en el pasado ya se pagó mucho, contrastó con la inasistencia como ponente en uno de los páneles de discusión del ex dirigente del blanquiazul, Carlos Castillo Peraza.

En entrevista, Guevara Niebla advirtió sobre la posición que ubica al neoliberalismo como ``el demiurgo de todos nuestros males'', cuando en realidad es sólo una doctrina económica de alcances humanamente limitados. ``No comparto los principios neoliberales, pero debemos admitir que tenemos culpa de, por ejemplo, muchos de los errores cometidos en la educación y eludir las trampas reduccionistas''.

Señaló que la gran transformación cultural que se vive actualmente está relacionada con el efecto que producen los medios de difusión, principalmente la televisión, que no se puede separar del fracaso escolar; también con el ``encerramiento'' de las universidades y su incapacidad para recuperar el espacio que antes tenían sus maestros, quienes ahora ya no intervienen en la escena pública.

Detalló que mientras de 1900 a 1968 la vida pública mexicana ``fue riquísima'' porque pensadores del calibre de Alfonso Reyes, Antonio Caso, Vicente Lombardo Toledano o Daniel Cosío Villegas educaban a la sociedad con sus escritos, publicaciones, declaraciones y hacían a la arena pública rica en ideas, en inteligencia, hoy los académicos ``están atrincherados, acumulando puntos nada más para pasar de una categoría a otra''.

A su vez, Marcos Roitman, académico de la Universidad Complutense de Madrid, dijo que en el actual pensamiento sistémico ya no se consideran necesarias la historia, la filosofía o cualquiera de las ciencias humanas porque no tienen utilidad práctica. Esto es, ``ya no se necesita gente con memoria y capaz de reflexionar, sino seres que actúen u operen como lo marcan el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundical''.

Se busca, alertó, eliminar las universidades y crear sólo escuelas técnicas porque ``ya no hace falta pensar, todo está pensado, y ya no debe estudiarse para ser humanista, porque en la nueva visión del mundo el hombre no es necesario, no hace falta para que la economía funcione. Estamos llegando a una sociedad del conformismo donde la idiotez y la complacencia forman parte de la condición del hombre''.

Propuso ir a contracorriente y ubicar el rescate del juicio crítico porque, en el fondo, el proyecto sistémico tiene culpables y no es sólo el neoliberalismo. ``Todos somos corresponsables por nuestra autocomplacencia y conformismo''. (Rosa Elvira Vargas y Claudia Herrera Beltrán)