El ``dedazo'' fue sustituido en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por un sistema más a modo con los esquemas tecnocráticos: las encuestas o sondeos de opinión.
Los medios de comunicación también tendrán su parte, aunque no sean siquiera simpatizantes del partido tricolor, ya que serán revisados por los ``técnicos'' o ``científicos'' para evaluar la respuesta de la opinión pública.
En efecto, las campañas de los tres precandidatos son seguidas meticulosamente por despachos especializados en opinión pública, para determinar quién tiene mejor respuesta de sus compañeros de partido y del público.
Al principio se conocieron rumores, pero en las últimas horas el método de selección del PRI se empezó a conocer casi plenamente.
Ha trascendido, por ejemplo, que antes de que se diera a conocer la convocatoria del PRI, los tres precandidatos --José Antonio González Fernández, Manuel Jiménez Guzmán y Alfredo del Mazo-- fueron convocados a una reunión secreta en la que estuvieron los presidentes del partido a nivel nacional, Humberto Roque Villanueva, y en la capital, Roberto Campa Cifrián, además del secretario técnico del Consejo Político Nacional, Esteban Moctezuma Barragán. Algunos ``enterados'' aseguran que también estuvo el presidente Ernesto Zedillo, aunque otras fuentes lo niegan.
¿Cómo controlar el voto?
En lo que sí coinciden todas las fuentes es en asegurar que en la reunión se agradeció a los precandidatos su buena disposición para participar en este proceso y además se definieron las reglas del juego.
Por principio de cuentas, nadie perderá: quienes queden en segundo y tercer sitio serán promovidos a una importante posición en el Ejecutivo federal o a uno de los primeros sitios de las listas de candidatos plurinominales, de preferencia al Senado.
Las precampañas serían en las mismas condiciones. Ninguna ventaja para nadie. Tan importante es el equilibrio para evitar que se tomen ventajas --como ha ocurrido en otros procesos partidistas--, que no habrá elección de delegados ni tampoco se correrán los riesgos de una votación abierta. Por eso se escogió un cuerpo colegiado ad-hoc: el Consejo Político en el Distrito Federal. Lo integran 200 distinguidos priístas que votarán libremente.
Sólo hay un ``pequeño'' aspecto que nadie sabe todavía cómo se va a resolver: hacer llegar a los integrantes del Consejo Político los resultados de las encuestas y análisis que se hacen con observaciones o entrevistas directas en los sitios de campaña o a través de lo que se conoce como los medios masivos de comunicación.
Según ha trascendido, uno de los personajes que participaron en el referido cónclave, probablemente el presidente del partido Roque Villanueva, se encargará de llamar a los miembros del Consejo Político para informarles de los resultados del ``científico'' examen.
Tal vez para algunos esto sea un indicio de ``línea'' por parte de la dirigencia del partido. Sin embargo, no hay manera de asegurar que todos los miembros de ese cuerpo colegiado respondan a las indicaciones, ya que el voto será secreto.
¿Error de cálculo o democracia de a deveras.