DESAPARECIDO
Adriana Malvido Ť A Oaxaca le falta un pintor. A dos niños y un bebé de tres semanas les falta un padre. A los jóvenes del pueblo de Zegache les falta un colega de cerámica y a los más pequeños un maestro de pintura. A Marcela Vera le falta su compañero de vida. Y a nuestro país le falta justicia y respeto a los derechos humanos. Falta Nicéforo Urbieta, secuestrado la mañana del martes en la ciudad de Oaxaca.
Francisco Toledo deja escuchar su voz preocupada vía telefónica desde Oaxaca:
``Lo que está sucediendo es muy grave. La inseguridad. Todos estamos sorprendidos por la desaparición de Nicéforo, un hombre de paz, un hombre tranquilo que estaba trabajando, pintando, estaba en un proyecto de su pueblo, Zegache, recuperando las costumbres. Hace poco salió un artículo en varios periódicos de Oaxaca hablando de todo lo que han rescatado, la tradición oral... Sabemos que estaba en paz, trabajando para su comunidad y su arte. Acaba de tener un hijo, es muy triste la situación y su esposa está desesperada.''
Toledo ratifica que se puso en contacto con el procurador y también con el gobernador del estado, Diódoro Carrasco. ``Hoy habló el gobernador, que aún no se sabe nada, no tienen noticias, pero aseguran que están siguiendo el caso. Lo que se sabe es lo que se publicó, que lo siguieron, lo obligaron a bajar de su auto y se lo llevaron, que luego regresaron al lugar, es un misterio todavía. Parece ser que ya hay retratos hablados de esas gentes, pero es muy grave lo que está sucediendo, la inseguridad.''
Toledo distribuyó anteayer --en los medios impresos y a la televisión-- una carta de Marcela Vera dirigida a la opinión pública, denunciando los hechos sucedidos el martes a las 11 de la mañana y donde subraya: ``Queremos testimoniar que Nicéforo Urbieta Morales es un artista entregado exclusivamente a su trabajo artístico, sin ningún vínculo político con organismo alguno''. Y concluye: ``Exigimos su presentación inmediata, sus familiares y amigos que saben de su honorable conducta.''
Los pintores de Oaxaca ``nos reuniremos para ver qué podemos hacer. Por lo pronto escribiremos una carta, pediremos firmas a los amigos pintores de México para que exijan que esto se vaya a fondo, para que se solidaricen con Nicéforo, para que exijan su recuperación. Y vamos a estar muy pendientes hasta que aparezca. Todo mundo está muy sorprendido.''
Hasta ayer nada se sabía de Nicéforo Urbieta todavía. La versión de los testigos que vieron cómo fue secuestrado por dos hombres, uno de ellos armado, quienes lo obligaron a dejar su Volkswagen para empujarlo al interior de un Tsuru blanco con vidrios polarizados, llevó a Marcela Vera a buscarlo, en compañía de un representante de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, a los separos de la policía. No lo encontraron.
Vía telefónica informa Marcela Vera: ``Francisco Toledo y la doctora Lucía Cordero contactaron al gobernador del estado, Diódoro Carrasco, y a través de Lucía me mandó decir que él tomaría cartas en el asunto y que iba a poner a su gente a trabajar hasta encontrar a Nicéforo.''
Ayer por la mañana un grupo de maestros oaxaqueños, de la delegación 22 del SNTE realizaron un mitin en el zócalo de la capital del estado, en solidaridad con Urbieta mientras que la madre y la hermana del pintor, Bernardina Morales Galván y Herminia Urbieta Morales, fueron recibidas por el gobernador y la Liga de Derechos Humanos realizaba una conferencia con la prensa internacional para denunciar el secuestro del pintor.
Bartolo Ambrosio, presidente municipal de Santa Ana Zegache, se trasladó ayer a la ciudad de Oaxaca para informarse del caso. Entrevistado por teléfono dijo: ``Mire, hoy apenas me enteré de la situación por medio de las noticias del radio y no sabemos si está detenido. Como estábamos ignorantes de todo, apenas vamos a recabar información, quién lo tiene, entonces sí moveríamos algo como autoridad.''
Habló de Urbieta: ``Nicéforo, para el pueblo de Zegache es un pintor, un nativo de ahí mismo, sabemos que anteriormente ha tenido antecedentes, pero ya pasó hace mucho tiempo. No sabemos el motivo de su probable detención. Para nosotros es un pintor, lleva talleres en la comunidad, trabaja también con los niños, nos invita.''
Cuestionado acerca de la supuesta movilización militar que se efectuó en Zegache hace 15 días a partir de que en algunas comunidades aledañas se encontró presunta propaganda del EPR, Bartolo Ambrosio dijo: ``fue por cuestión del alboroto que está con eso del EPR, anduvieron por ahí pero no sabemos bien hasta dónde; vinieron los militares, pero no hubo nada, de una comunidad vecina son los que dicen que anduvieron por allá, no sabemos nada de eso.''
Quién es Nicéforo Urbieta
Hace un año sonó el teléfono en la redacción de este periódico. Se escuchó una voz: ``Mi nombre es Nicéforo Urbieta. Vivo en Oaxaca. Soy pintor. Estuve en Lecumberri durante seis años en calidad de preso político. Ahí conocí el infierno, la tortura física y la cárcel mental. Lo inimaginable. El racismo que sufrí de niño en la escuela por mi origen zapoteco, volví a vivirlo en la cárcel donde fui, como siempre, el último en salir al decretarse la amnistía, debido a mi origen étnico. Un custodio me clavó su bastón en el riñón y quedé necrociado, desde enconces padezco las consecuencias. Gran parte del 94 estuve en cama. Llamo para decirles que soy el autor del mural que su periódico publicó a principios del año pasado.''
Con esa llamada y una entrevista posterior (La Jornada 7 y 8 de enero de 1996) el anonimato, que se adueñó de las pinturas de los presos de Lecumberri rescatadas por Erika Carlsson fotográficamente, liberó a una de sus víctimas. Entre 800 diapositivas que documentan el arte de cientos de presos que aferrados a su humanidad se expresaron a través de los muros del que fuera el Palacio Negro, se seleccionó una para ilustrar un reportaje. Nadie sabía entonces que el autor de la pintura con una virgen inspirada en el Renacimiento se llama Nicéforo Urbieta y que aquel mural es parte de una larga historia: la de un hombre que se rescató a sí mismo a través del arte.
Nicéforo salió libre a fines de 1980 con el propósito de entregar su vida al arte y a la recuperación de sus raíces. Construyó su casa con todo un fundamento plástico --con materiales rescatados de la basura, llantas de camión pintadas convertidas en marcos de ventanas, botecitos de aceite transformados en muros, y carrizo en lugar de varillas--; fundó el Centro de Investigación del Pensamiento Visual en Zegache y ha formado talleres libres para profesores de primaria y maestros bilingües; en 1994 organizó el Primer Festival de la Oralidad de la Lengua Zapoteca.
Hoy falta Nicéforo. Sus hijos Guikubi (Fuego Nuevo) de 11 años, Nayabeí (Lunita Clara) de 15 y Guilibeu (Fuego de la Casa de la Luna) de tres semanas, lo esperan.