La Jornada 14 de febrero de 1997

Muñoz Ledo: intentos de división perredista; llama a serenar ánimos

Alberto Nájar Ť Porfirio Muñoz Ledo denuncia que en el Partido de la Revolución Democrática se presentan señales negativas e intentos de división, por lo que hace un llamado a que ``se serenen los ánimos'' antes de que ``el agua desborde al río''. Quienes pretenden meter las manos en el proceso, advierte, es mejor que desistan porque nada van a conseguir.

Considera que en los comicios del 6 de julio el gobierno tendrá que respetar el triunfo de la oposición, pues no hacerlo representaría un enorme desprestigio internacional que le resultaría contraproducente.

De cualquier manera, el precandidato perredista comenta que en las elecciones está en juego la estabilidad política y económica del país, e incluso dice que si se traslada a la ciudad el clima de injurias, amenazas y ataques, que son la nota dominante, ``esto se puede convertir en una batalla campal; la violencia verbal genera violencia física''.

En entrevista con La Jornada, Muñoz Ledo propone completar la reforma política que se quedó a medias porque el PRI y el gobierno faltaron a su palabra, lo cual significa otorgar facultades plenas a la Asamblea de Representantes, otorgar a las delegaciones la categoría de municipios y a los consejos ciudadanos la de cabildos. Pero sobre todo, advierte, lo más importante es conseguir que los capitalinos ``sean responsables del desarrollo económico y social'' del Distrito Federal a través de mecanismos legales como el plebiscito y el referéndum.

Durante la plática el precandidato perredista expone las ideas centrales de lo que sería un gobierno bajo su mando, la necesidad de refundar políticamente a la ciudad, de sentar durante los próximos tres años las bases para un cambio profundo encaminado a la democracia.

A su juicio, un gobierno perredista propiciará nuevos equilibrios en la ciudad, que servirán como dique a los intentos de desestabilización que pudieran presentarse, especialmente después de los acontecimientos que se presentaron en los municipios conurbados a cargo de la oposición.

Pero antes debe ganar la contienda interna, y para empezar lanza una advertencia ``a los de afuera'': no metan las manos al partido ``porque no lo van a lograr''.

--¿Hay señales de esto?

--Yo lo percibo en el ambiente, me inicié muy joven en la política y he aprendido a olfatearlas. Sí hay señales, varias, no estoy haciendo una denuncia, digo mi percepción, tengo hechos que comprueban que algunos quieren aprovechar la contienda para dividirnos.

``Hay cosas raras que pasan todos los días: persecuciones políticas, intimidaciones, encarcelamiento de actores sociales, muchas provocaciones dentro del partido, muchas filtraciones indebidas a la prensa. No queremos que el agua llegue al río, tenemos la gran oportunidad de un cambio ordenado y pacífico que corresponda con las aspiraciones de los mexicanos. Sería un absurdo desperdiciarlo; pero si las cosas se recrudecen, los responsables del partido tendremos que hacer los esclarecimientos correspondientes'', añadió.

Muñoz Ledo insiste en que resultarán vanos los intentos de división, pues los dos precandidatos tienen muy claro que lo más importante es mantener la unidad dentro del partido. ``Tenemos un compromiso con los compañeros, con la ciudad, con la democracia, y no nos vamos a equivocar.''

--En ese sentido, hay quienes afirman que el sistema priísta se encuentra en proceso de franca descomposición...

--Pues sí, pero no debe salpicar al país con sus conflictos ni sus crisis. La única manera de salvar la paz pública y la convivencia entre los mexicanos es embarcarnos en serio en la reforma del Estado, de las prácticas políticas y la reforma electoral, que es sólo la primera parte; tenemos que acostumbrarnos a vivir en la democracia, es una prueba mayor para la viabilidad del país.

--¿Hasta qué punto estaría dispuesto a ceder el gobierno ante el proceso electoral que se avecina? Sobre todo por las pugnas internas que hay en el Partido Revolucionario Institucional.

--No está en posibilidad ya el gobierno --ni creo que pretendiera tal cosa-- de falsear el proceso electoral. Tendría repercusiones muy graves para el país; sería un extremo que ni siquiera quiero pensar. Se planteó desde el 88, en esta ciudad nos tuvieron que reconocer el triunfo, y ahora tendrá que ocurrir lo mismo.

--El ambiente electoral parece favorable para un eventual triunfo del Partido de la Revolución Democrática. ¿Qué hacer para no perder en el camino?

--Que el proceso electoral dentro del partido sea muy responsable, muy limpio, respetuoso y convocante de los ciudadanos. Es lo que más prestigio nos va dar.

--¿Ya pensó lo que hará en caso de que pierda?

--Yo seguiré trabajando para el partido. Gané el Distrito Federal, perdí Guanajuato, estoy creando un centro académico, estoy continuamente dando conferencias; siempre habrá un terreno para luchar por el partido. Con todo respeto para los periodistas, pero esas preguntas no se plantean en un país democrático. ¿O acaso le preguntaron a Dole qué haría después.