La Jornada 14 de febrero de 1997

Zedillo: el cambio en México se hará sin rencores ni revanchas

Elena Gallegos, enviada, Mérida, Yuc., 13 de febrero Ť El presidente Ernesto Zedillo refrendó su decisión de proseguir ``el cambio de México'', pero consideró necesario aclarar que esto se hará ``sin rencores ni revanchas'' y menos aún ``para sepultar a las instituciones, cuya construcción tanto trabajo costó''.

Antes, frente a mujeres yucatecas, el mandatario señaló que la tarea de consolidar la recuperación económica y la democracia no es sólo del Presidente de la República, porque las historias de los caudi- llos terminan siempre fracasando.

Al concluir su gira de trabajo por esta entidad, que lo llevó de esta capital a Temax y Motul, y en la que se anunció el programa para incrementar la productividad en las zonas tropicales, Zedillo sostuvo que ni México ni ningún país puede ser guiado o manejado por un caudillo; ``nunca me he asumido como el que por sí solo logrará transformar aquellos aspectos de la realidad del país que todos queremos que sean cambiados''.

Les dijo a las mujeres que lo habían invitado a desayunar que siempre ha supuesto que en esa tarea todos tenemos una responsabilidad, ``ciertamente la mía es muy importante, la más importante, pero mi labor no puede ir en menoscabo o en demérito de la importancia de la que efectúa el resto de los mexicanos''.

Minutos antes del discurso presidencial, a nombre de las anfitrionas, la química Lucely Alpízar le había contado al Presidente cómo se las vieron las mujeres para ayudar en sus hogares a sortear la grave crisis que estalló en diciembre de 94, ``cuando en apariencia todo marchaba bien''.

Le habló también de las penurias de muchas mujeres que hasta tuvieron que ``desempolvar'' sus títulos. Le narró lo difícil que es trabajar y no descuidar a los hijos y, sobre todo, lo difícil que ha sido obtener un ingreso.

Por eso, Ernesto Zedillo les reseñó también lo duro que fue hacerse cargo de la Presidencia de la República en tales circunstancias, aunque les precisó que él tenía claro que no iba a ser Presidente ``para disfrutar el puesto''.

Luego les habló de lo difícil que fue, también para él, enfrentar el desánimo y el pesimismo de muchos, ``afortunadamente los menos'', y de remontar ``el trauma social que causó la ruptura súbita de las expectativas, quizá demasiado optimistas y que no estaban sólidamente sustentadas en hechos''.

Pero sobre todo, destacó ante las mujeres que lo importante fue que en una situación de emergencia económica como la que se vivió y que en otras naciones hubiera causado retrocesos o parálisis, en México no sólo logró remontarse sino que al mismo tiempo se pudo avanzar en lo político y en lo social. Además, destacó, ``el país ha sabido mantener en lo fundamental la paz social''.

De la reunión con las mujeres, a las que ofreció poner todo su empeño para que se superen las situaciones de injusticia, de discriminación --``a veces sutil, a veces brutalmente explícita''-- en contra de ellas, Zedillo se trasladó al municipio de Temax, donde se firmó el Convenio de Desarrollo Social.

Acompañado de los secretarios de Desarrollo Social, Carlos Rojas Gutiérrez, y Francisco Labastida Ochoa, de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, así como del director del Banco Nacional de Crédito Rural (Banrural), Oscar Terroba, y el subsecretario de Promoción Industrial de la Secofi, Decio de Maria, Zedillo anunció que a través de dicho convenio se canalizarán a la entidad 352 millones de pesos, de los cuales dos terceras partes habrán de ser manejadas por los ayuntamientos.

Aquí, donde hay una importante presencia del Partido Acción Nacional --el alcalde de Mérida, Patricio Laviada Patrón, fue propuesto por ese instituto político--, el Presidente insistió que en la decisión de entregar más recursos a los municipios no hay intereses políticos ni mucho menos partidistas.

Fue aquí, en Temax, donde habló del cambio que México requiere y defendió que dicha transformación no esta disociada de las grandes luchas del pueblo mexicano. ``Lo tenemos que hacer --dijo--, porque sólo con él podemos enfrentar viejos y nuevos problemas''.

Más tarde, en Motul, observó el resultado de las investigaciones genéticas y biotecnológicas que se realizan y que coadyuvarán al mejoramiento del hato ganadero y en la productividad lo mismo de maíz, café, cacao o frutas, en las zonas tropicales.

Luego del recorrido por una exposición que montó el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias, Francisco Labastida Ochoa anunció ante miles de campesinos --que se quejaron por la situación en la que los dejó el desplome de la producción del henequén-- que se cuadruplicará el presupuesto para apoyar la producción en zonas tropicales, por lo que este año alcanzará los 877 millones de pesos.

Ahí el Presidente volvió a llamar a desterrar la corrupción y el paternalismo del campo y dijo que a un campesino se le pueden dar apoyos populistas ``e incluso hacerlo cómplice de la corrupción'', pero eso no va a resolver sus problemas.

En la hacienda de Katanchel, a 25 kilómetros de esta ciudad, Ernesto Zedillo comió con representantes de distintos partidos. Los diputados federales y locales del Partido Acción Nacional publicaron un desplegado informando de su decisión de no presentarse a la comida porque calificaron al acto de ``inútil y protocolario''. El alcalde Laviada Patrón sí estuvo presente.