René Drucker Colín
El programa BID-UNAM

Para nosotros que dedicamos nuestro tiempo completo a las actividades universitarias de investigación y docencia, nos llenó de júbilo hace ya más de 4 años si mal no recuerdo, el anuncio de que el Gobierno había obtenido un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que una parte estaba destinado para la UNAM, Como seres comunes y corrientes de la comunidad universitaria, poco o nada sabíamos acerca de las condiciones alrededor de estos dineros. Con el tiempo, al estar inmerso en el proceso mediante el cual se llevan a cabo las solicitudes de equipo con el dinero asignado por este programa y al estar también involucrado en lo referente a la construcción del edificio de investigación en la Facultad de Medicina, me ha sorprendido la forma en que este proceso se lleva a cabo.

Menciono esto, porque el procedimiento establecido para hacerle llegar los recursos destinados al desarrollo de la UNAM es ineficiente. Lo que todavía no me queda claro, es si se debe al BID, al gobierno mexicano, en este caso Hacienda, o a la combinación de ambos. Doy un ejemplo resumido: cuando se trata de compra de equipo para laboratorio, cuyo costo es mayor de 10 mil dólares (o sea casi todo), se requieren 3 cotizaciones. Una vez amasada esta información, se requiere hacer una licitación internacional (al final parece más bien que lo que se desarrolla con el préstamo es la economía estadunidense). Todo este proceso toma cerca de un año. Ya cuando todo está adjudicado, resulta que no hay dinero disponible. Entonces uno se pregunta y el dinero del préstamo, ¿dónde está?

Con las construcciones suceden cosas similare. Los edificios que se requieren salen a concurso. Gana el que dá los precios más bajos.

Desafortunadamente la constructora que gana el concurso no es ni la mejor, ni la más capacitada, ni la que entrega las obras a tiempo y con las mejores y más funcionales terminaciones de obra, pues con el objeto de ganar el concurso bajaron demasiado el precio. Como resultado, al poco tiempo sale más caro el mantenimiento y las enmendaduras y para eso ya no hay préstamo. ¿No sería más lógico adjudicarle la obra a la constructora que garantice la mejor obra, ajustada a las necesidades reales, aún cuando no sea la que ofrezca los precios más bajos?

Relato todo esto porque, la definición de préstamo en la Enciclopedia Británica dice, entre otras cosas, que un préstamo es ``ayudar al logro de una cosa'', aunque para parafrasear a Shakespeare, quien bien dijo ``No prestes, ni tomes prestado, porque a menudo se pierden a un tiempo préstamo y amigo''. Ahora bien, en la misma enciclopedia la definición de desarrollo en lo económico (puesto que es un banco el involucrado), dice ``Tendencia dinámica de un sistema económico a aumentar sus recursos en una proporción superior a la del crecimiento de su población''. Con esto, sólo puedo concluir que el objetivo del préstamo del BID a la UNAM es ayudar a lograr aumentar sus recursos para usarlo evidentemente en sus planes de desarrollo institucional.

Por lo tanto, si el préstamo BID está etiquetado para la UNAM, no entiendo por qué Hacienda no entrega el dinero para quien el dinero fué etiquetado. Es posible que el BID tenga una regla específica que diga, el dinero prestado tiene que manejarse de tal o cual forma y todo ello a través de Hacienda. También es posible que como el dinero se le prestó al país, el gobierno es dueño de la pelota y establece las reglas de cómo se distribuye el dinero.

Pero si volvemos a la definición de préstamo para el desarrollo, lo lógico sería que se le entregara el dinero a la UNAM tratando de eficientar al máximo su manejo para que se pueda obtener el máximo beneficio en el menor tiempo posible. Pero como parece que no se permite que el dinero sea controlado por la UNAM, entonces podemos concluir que se piensa de la siguiente forma:

1) En la UNAM hay puros ladrones y al dinero se le va a dar mal uso.

2) En la UNAM hay puros incompetentes y el dinero se va a perder.

3) Hay mucho desempleo en el país, por lo tanto hay que desarrollar externamente oficinas de desarrollo, que aseguren el desarrollo de la UNAM.

4) Si se le da el dinero directamente a la UNAM capaz que hasta se desarrolla más y entonces va a ser un lastre que las otras dependencias a quienes les prestaron, van a tener que imitar, y que flojera.

5) Todas las arriba mencionadas, o alguna combinación de ellas.

Por lo pronto, me surge la pregunta. ¿El préstamo realmente pretende ayudar al desarrollo de la institución a la cual se le presta? y si es así porque no se eficienta más el proyecto BID-UNAM, porque para cuando le llega a uno la ayuda, ya ni le dan ganas a uno de ``desarrollarse'', pues se tardó tanto que a veces o ya cambiaron las necesidades o el niño ya se ahogó. Claro que alguien puede decir, si no fuera por el programa BID-UNAM aún tal como está, no habría nada, por lo tanto más vale tarde que nunca. Desde luego es otra forma de ver las cosas.