La Jornada 17 de febrero de 1997

No entienden que el problema es con millones de indios, advierte Ramona

Hermann Bellinghausen Ť El personaje central fue la palabra; la que se cumple y la que no; la que se entiende y la que no; la que dice la verdad y la que no la dice. En cualquier acto político es importante, incluso para ocultar. Pero hoy el asunto era ése; no el instrumento ni el pretexto. La invitada de honor era la palabra.

Presente en las intervenciones de la comandante Ramona, del líder mazateco Melquiades Rosas, del ex asesor del EZLN David Hérnandez Navarro y del representante mixe Adelfo Regino, la palabra tuvo su mayor claridad en boca de Noé Torres, en nombre de la Comisión de Seguimiento del Congreso Nacional Indígena. Esta comisión, dijo en su lectura el representante purépecha, ``rompe una ves más el silencio'', y concluyó diciendo: ``exigimos al gobierno que cumpla su palabra''.

Al tomar el micrófono, la comandante Ramona expresó: ``compañeros voy hablar un poquito, aunque sea tú no entiendes, voy hablar mi lengua''. Y el idioma tzotzil, con su resonancia de pájaros, cubrió el silencio de mil personas que llenaban el auditorio del SUTIN, en su mayoría miembros o simpatizantes del EZLN.

A un año de firmados los acuerdos de San Andrés, la representante zapatista se remontó al origen de su lucha: ``hablamos con nosotros mismos y miramos hacia dentro -según se dijo luego en la traducción al `dialecto español'-. No hay duda, somos más fuertes y vamos a ganar''.

Al recordar que en octubre de 1996, en su fundación, el CNI hizo suyos los acuerdos firmados en San Andrés, ``insistiendo en que debe traducirse en hechos concretos'', Noé Torres se refirió ampliamente a la invitada de honor:

``Entonces como ahora, sabíamos que la palabra para algunos no representa garantías y puede ser burlada. La firma del gobierno federal significaba no dejar en el aire la palabra''.

``No eran hombres verdaderos con quienes se negoció la paz para México y para Chiapas''.

Y pone una palabra contra la otra: ``En su campaña de propaganda, dolosa y desigual, el gobierno federal dice que hay quien desea la ruptura, el quebrantamiento, la separación de México. No es cierto. Nadie lo ha expresado. No está contenido ni en la letra ni en el espíritu de los acuerdos de San Andrés, que por cierto son muy precisos en éste y en otros puntos''.

Entre saludos de los voladores de Papantla y de los artesanos del Alto Balsas, de un aplauso cerrado para los barrenderos tabasqueños presentes en el acto, la conmemoración del primer aniversario de los acuerdos de San Andrés resultó una reflexión crítica sobre el significado de la palabra.