La Jornada 19 de febrero de 1997

Este miércoles, Muñoz Ledo presenta su propuesta de gobierno

Alberto Nájar y Pascual Salanueva Ť Históricamente la ciudad de México ha sido tierra de conquista y por eso es que se le ha privado a los capitalinos de su derecho a gobernarse. Así, la solución de sus múltiples conflictos requiere crear conciencia en la población acerca de la forma de atacarlos, y convocar al mismo tiempo a las fuerzas productivas para discutir sobre las propuestas; es decir, pedir a los ciudadanos que ayuden en las tareas gubernamentales, afirmó Porfirio Muñoz Ledo.

En conferencia de prensa, donde adelantó detalles de la propuesta de gobierno para el Distrito Federal que presentará este miércoles, el precandidato perredista insistió en que la magnitud de los problemas es tal, que prácticamente se necesitan crear de nuevo las instituciones políticas, hecho que, afirmó, ``me entristece''.

Muñoz Ledo hizo hincapié en que es necesario centrar el debate sobre el hecho de que la ciudad siempre ha sido gobernada desde fuera. ``Ha sido la víctima primordial del síndrome político del país: la conquista, que es el dominio militar y territorial, porque las soluciones le han sido impuestas desde fuera''.

Con esta óptica, la discusión se debe centrar en ``lo que la ciudad debe hacer, lo que hay que replantear al país y cuáles son los grandes ejes articuladores de un programa para la capital''.

Comentó que la ley orgánica del Distrito Federal es ``arqueológica'', y por lo mismo creó ``una burocracia redundante y espantosa'' con un objetivo eminentemente clientelar. Este problema se resolverá, dijo, en la medida en que la responsabilidad de gobernar recaiga en los ciudadanos dentro de sus propias delegaciones.

En materia de seguridad pública el precandidato defendió la propuesta planteada en la plataforma política del partido; es decir, que el procurador de justicia sea designado por las dos terceras partes del Congreso. ``El Ministerio Público es el defensor de la sociedad, no puede depender del Ejecutivo''. En ese tenor, se manifestó por entablar un debate sobre la corrupción, fenómeno que sí tiene solución, ``por supuesto''.

Muñoz Ledo presentará su propuesta de gobierno este miércoles a las 18 horas en el Museo de la Ciudad de México. No llevará ningún documento escrito, dijo, porque no se trata de ofrecer promesas, sino de hablar de los asuntos torales de la capital y de las propuestas para atacarlos.

Dijo que hablará sobre los orígenes mismos de los conflictos desde la época de la Conquista. Adelantó que el eje de su propuesta será la participación ciudadana, a partir de, por ejemplo, el establecimiento de nuevas instituciones políticas. Esto es, la construcción de un nuevo estado de la República.

Ayer por la noche, en un acto de proselitismo efectuado en el Campamento 2 de Octubre, delegación Iztacalco, y luego de escuchar diversas denuncias contra el titular de esa demarcación, Muñoz Ledo manifestó que en el Distrito Federal y en el país, todos los funcionarios son vasallos del presidente de la República. Sin embargo, esta situación se terminará, dijo, cuando el PRD asuma el poder del gobierno capitalino, pues garantizó que no se favorecerá a nadie que no lo merezca, y se abatirá la corrupción.

Al presentar al precandidato, el diputado René Arce explicó que su partido eligió a sus dos mejores hombres para que, en una contienda fraternal, luchen por obtener la mayoría de votos. No obstante, dijo que sentía que la oportunidad de Cuauhtémoc Cárdenas ya había pasado y le correspondía su turno a Muñoz Ledo. De ahí que los colonos del citado campamento apoyarán incondicionalmente la candidatura de éste.

Durante la reunión, en la que en cuatro ocasiones se fue la luz y con ella la potencia del micrófono que estaban utilizando los oradores, Muñoz Ledo no les concedió grandes posibilidades de ganar a los precandidatos de los demás partidos.

Al referirse a los aspirantes priístas a la jefatura de gobierno, indicó que ya se les conoce como Melchor, Gaspar y Baltazar, ya que aun cuando ya pasó el 6 de enero, están prometiendo cosas que jamás han cumplido ni cumplirán.