La Jornada 21 de febrero de 1997

En Cuautla exigen al Ejecutivo poner alto a la ola de secuestros

Elena Gallegos, enviada, Cuautla, Mor., 20 de febrero Ť La ola de secuestros y la inseguridad pública que se vive aquí fue la primera queja que recibió el presidente Ernesto Zedillo.

Pese a la visible molestia del gobernador Jorge Carrillo Olea, un grupo de integrantes de Causa Ciudadana y de familiares de secuestrados denunció que siguen cometiéndose plagios --cerca de 200 en los últimos tres años, según dijeron-- y que se presume la participación de integrantes de las corporaciones policiacas, sin que se haga nada para acabar con la impunidad y la corrupción que priva entre quienes debían velar por la seguridad de la sociedad morelense.

Horas más tarde, en Cuernavaca, el presidente Zedillo se refirió al ``grave problema'' de delincuencia e inseguridad y sostuvo que se está trabajando para darle la vuelta ``muy pronto''. Convocó entonces a la ciudadanía a ``unir nuevamente nuestras fuerzas'' para superar esa circunstancia.

``Estamos haciendo los cambios para darle mayor seguridad a los mexicanos, en su persona, en su entorno y en su patrimonio'', aseguró el Presidente.

También en la capital del estado y en las puertas del Jardín Borda, donde comería con representantes de los más distintos sectores, aguerridos trabajadores administrativos de la Universidad Autónoma de Morelos rodearon al Presidente y a su comitiva. Entre gritos de ¡so-lu-ción! ¡so-lu-ción!, pidieron a Ernesto Zedillo que interviniera en el conflicto con la Rectoría, que ha ocasionado que la huelga en esa casa de estudios lleve ya 18 días.

Inesperadamente, el Presidente se metió entre los trabajadores. Se llevó un dedo a la boca, al tiempo que les decía: ``Ssshhhh, con calma, explíquenme qué pasa''. Entonces los dirigentes, entre ellos Tomás González, se quejaron amargamente de la intransigencia del rector Gerardo Avila García, quien se niega a pagarles los salarios caídos.

Zedillo les ofreció hablar con las autoridades universitarias para, en el marco del más estricto respeto a la autonomía, recomendarles que se sienten a negociar con ellos y encuentren ``un buen acuerdo'' para las partes.

La actitud del Presidente hizo que los trabajadores cambiaran sus consignas por aplausos. Entonces, el ambiente se volvió menos tenso.

Durante la gira que se efectuó por Morelos y que llevó al Presidente de Cuautla a Cuernavaca, pasando por Jiutepec --donde los vecinos aseguraban que ahí se había detenido en la madrugada a Pablo Chapa Bezanilla--, el mandatario anunció también la permanencia del Programa de Empleo Temporal, al que este año se destinarán recursos por 2 mil 150 millones de pesos, con los cuales se crearán un millón de puestos de trabajo.

El acto se realizó en el poblado de Palo Escrito, municipio de Emiliano Zapata. Ahí, el secretario de Desarrollo Social, Carlos Rojas, sostuvo que las acciones realizadas el año pasado como parte de este programa se centraron en 91 regiones identificadas como las más críticas y en las cuales vive, en condiciones de marginación y rezago, 30 por ciento de la población nacional y 78 por ciento de la población indígena.

Luego, el funcionario explicó cómo incidieron las acciones de este programa en las áreas expulsoras de mano de obra y en las zonas urbanas marginadas y sostuvo que con ellas se ha propiciado que los grupos sociales de bajos ingresos tengan elementos para aumentar su productividad y hacer más perdurable la recuperación de sus niveles de vida.

Después, en Cuernavaca, el Presidente atestiguó la firma del Convenio de Desarrollo Social, mediante el cual se canalizarán a la entidad 188 millones de pesos. Aquí, Zedillo aclaró que, en total, los recursos federales que se destinarán a Morelos rebasarán los 5 mil millones de pesos.

En la Unidad Deportiva Fidel Velázquez, donde se realizó el acto, el jefe del Ejecutivo dijo a los asistentes que con la fuerza real del pueblo se vencerá la marginación y la pobreza.

``Con la participación democrática del pueblo --insistió--, con la solidez de nuestras leyes y de nuestras instituciones, México no necesita redentores que sustituyan a la iniciativa social''.

Le pidieron que acabe la impunidad en la región

Fue en la primera etapa de la gira, en esta población, donde el Presidente se encontró con los de Causa Ciudadana. Una de las dirigentes, Carmen Genís Sánchez, lo detuvo casi a gritos: ``Señor, escúchenos; aquí hay mucha corrupción, inseguridad e impunidad''.

Enojado, el gobernador Carrillo Olea la atajó: ``pero señora, si la recibimos cada rato''. Pero Carmen tenía tablas y se siguió: ``fíjese, anoche me llamó el secretario de Gobierno (Guillermo Malo) y me dijo que ya me iban a atender, pero siempre y cuando no viniera con usted a armar escándalo''.

``Señora, si cada rato la veo'', cortaba de nuevo el gobernador. ``Y no hacemos escándalo, sólo queremos que alguien nos ayude'', insistía la quejosa.

Fue cuando le entregó una carpeta azul con un grueso legajo al Presidente. Y ya cuando Zedillo y sus acompañantes emprendían la marcha hacia la escuela que segundos después oficialmente fue inaugurada --asistieron al evento el secretario Miguel Limón Rojas y el director del CAPFCE, Marco Antonio Bernal--, Carmen le dijo al gobernador: ``pues, ¿no que era experto en seguridad nacional?'', recordando la trayectoria de Carrillo Olea que fue, entre otras cosas, director del CISEN y comisionado para el Combate a las Drogas.

Después se presentaron familiares de secuestrados. Entre ellos un tablajero, Francisco Reséndiz. El perdió a su hijo en 1995. Pagó 310 mil pesos de rescate, pero nunca lo volvió a ver. Por eso le entregó una carta al Presidente en la que le pide que ``escuche su corazón'' y le habla de Francisco. La familia Reséndiz sospecha que policías judiciales, entre ellos el ex comandante Martín Landa, estuvieron implicados en el secuestro.

Y es que aquí en Morelos las sospechas recaen en policías. Más tarde, oficialmente se divulgó un boletín de prensa en el que se da cuenta de los logros alcanzados en el combate a los secuestradores. Se asegura que han sido detenidos más de 340.

La gente no lo cree, y de Carmen Genís, los funcionarios locales señalan con desprecio que ``es sólo una activista del PRD''.