Gutiérrez Rebollo participó en la investigación del caso Posadas
Jesús Aranda, enviado, y Gerardo Rico, corresponsal, Guadalajara, Jal., 21 de febrero Ť Durante los siete años que Jesús Gutiérrez Rebollo estuvo al frente de la XV Zona Militar, y posteriormente de la V Región Militar, se creó una imagen de honradez y combate frontal al narcotráfico que le permitió extender su influencia más allá de sus funciones constitucionales como comandante militar en Jalisco.
Así, los militares participaron en prácticamente ``todas las investigaciones de delitos ocurridos en la entidad'', empezando por el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, hasta terminar con los ``ajustes de cuentas'' entre narcotraficantes.
Fuentes gubernamentales de primer nivel y analistas locales coinciden en lo anterior y aseguran que en 1991, el propio Gutiérrez Rebollo capturó a Amado Carrillo El señor de los cielos y se lo entregó personalmente al subprocurador general de la República, Javier Coello Trejo, quien lo habría dejado libre después de recibir una millonaria suma de dólares.
Aun cuando la imagen del ex jefe militar en Jalisco se mantuvo ``intachable'' hasta su reciente designación como director del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), lo cierto es que en círculos judiciales del estado se afirmó a La Jornada que, a partir de la llegada de Jorge López Vergara como procurador estatal, el gobierno de Alberto Cárdenas Jiménez detectó ``cosas raras'' en la conducta de Gutiérrez Rebollo.
Explicaron los informantes que las acciones del Ejército en los últimos meses dejaban ver que los éxitos en contra del narcotráfico se centraban contra los intereses de los Arellano Félix. Aquí destacó la detención, el 23 de junio de 1995, del conocido narcotraficante Héctor Luis El Güero Palma, tras un accidente aéreo en Nayarit, por donde militares al mando del capitán Horacio Montenegro Ortiz.
Estos éxitos contrastan con el hecho de que no se recuerda en Jalisco ninguna intervención importante de los militares en contra de los intereses de Amado Carrillo.
Gutiérrez Rebollo llegó a Jalisco en 1989, procedente de Sinaloa, como comandante de la XV Zona Militar, con toda una historia de combate al narcotráfico. Había participado incluso en la coordinación del Plan Canador, programa anual de erradicación de cultivos de droga que involucra a más de 17 mil efectivos en Sinaloa, Chihuahua y Durango, principalmente.
Junto con Gutiérrez Rebollo llegó a Jalisco Horacio Montenegro, especialista en inteligencia militar, también procedente de Sinaloa.
Gracias a su influencia, Gutiérrez Rebollo logró que Montenegro fuera designado por el gobierno panista como director de Seguridad Pública del estado de Jalisco, a pesar de ser nada más un ``oficial subalterno''.
Cuando Montenegro dejó la coordinación de los Cuerpos Especiales de Combate al Narcotráfico, ésta pasó a manos de Javier García Hernández, detenido junto con Gutiérrez Rebollo y Montenegro en las operaciones del pasado fin de semana.
Después de los problemas que generó su gestión --en la que se le acusó de hacer uso indiscriminado de la fuerza, de invadir esferas que no eran de su competencia y después de acusar al procurador Jorge López Vergara de estar relacionado con los hermanos Arellano Félix--, el capitán Montenegro fue finalmente despedido el 20 de febrero de 1996.
Cinco meses después, en una controvertida acción, la comandancia de la V Región Militar --léase Gutiérrez Rebollo-- se deslindó públicamente de ``cualquier tipo de relación con José Horacio Montenegro Ortiz'', en virtud de que había solicitado su baja del Ejército para desempeñar ``un cargo en el medio civil''. En medios oficiales jaliscienses llamó la atención que el propio Montenegro fuera llamado a colaborar con Gutiérrez Rebollo, apenas fue nombrado director del INCD.
El 24 de mayo de 1993, el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue asesinado en el aeropuerto de Guadalajara. Testigos aseguraron que los primeros en llegar al lugar fueron los militares, quienes de inmediato se dieron a la tarea de rastrear a gatilleros de los hermanos Arellano Félix y de la banda presuntamente agredida, comandada por Joaquín El Chapo Guzmán.
Los militares se llevaron a varios testigos al cuartel de La Mojonera para interrogarlos; después los entregaron al agente del Ministerio Público Federal, sin que jamás haya trascendido el resultado de esas pesquisas.
El 23 de junio de 1995, personal al mando de Montenegro, a la sazón director de Seguridad Pública en el estado, y con el apoyo directo de personal de la V Región Militar, capturaron a El Güero Palma, quien se encontraba severamente golpeado en una casa particular de Zapopan, reponiéndose del accidente aéreo que había sufrido cuando el avión en que viajaba cayó en un poblado de Nayarit, desde donde viajó a Guadalajara para recuperarse.
Entonces fueron detenidos 33 policías judiciales federales, encabezados por el subdelegado Apolinar Pintor Aguilera, quienes según los militares ``le brindaban protección''.
Los judiciales fueron remitidos a la delegación de la PGR en Guadalajara y el inmueble fue vigilado por personal de la V Región Militar, por instrucciones de Gutiérrez Rebollo.
Otro acontecimiento de los que caracterizaron la gestión de Gutiérrez Rebollo fue la detención del narcotraficante colombiano Iván Taborda Maya y la localización de cinco cadáveres en el poblado de San Agustín, Tlajomulco de Zúñiga, luego de que se descubrió casi una tonelada de cocaína en la caja de un tráiler sobre la carretera a Nogales.
Los militares filtraron entonces la cercanía entre los narcotraficantes Lupercio Serratos y el oficial mayor del gobierno panista de Jalisco, Saúl Tapia Contreras, además de acusar a la secretaria particular del procurador estatal, Anaceli Velasco, de estar ligados a los hechos.
Esto provocó una crisis política y el enfrentamiento de Montenegro con el procurador López Vergara, que no terminó hasta que el militar fue despedido de la Dirección de Seguridad Pública.
Según fuentes extraoficiales, Gutiérrez Rebollo salió ileso de un atentado el 22 de junio de 1996. En esa fecha, dos militares y un civil fueron asesinados en el lugar (avenida Vallarta); ambos uniformados habían participado en el grupo especial antidrogas de Montenegro. Al día siguiente, declaró que ese atentado iba dirigido a él.
Después, personal de la V Región Militar aprehendió en Aguascalientes a Gerardo y Pedro Lupercio Serratos quienes, según investigaciones posteriores, trataban de controlar la plaza de Ciudad Juárez, sede del cártel encabezado por Amado Carrillo El señor de los cielos.
Esta efectiva acción y otras conductas ``extrañas'' de Gutiérrez Rebollo intrigaron en su momento al gabinete de seguridad del gobernador Alberto Cárdenas Jiménez, quienes no encontraban una explicación al hecho de que la serie de golpes al narcotráfico se centrara en los rivales de Amado Carrillo.