Aparato bajo sospecha.
Podría pensarse que, tras la publicitada aprehensión del general Jesús Gutiérrez Rebollo, la desconfianza afecta a todos los responsables de las corporaciones dedicadas a la lucha contra el narcotráfico. Todos ellos están sometidos a vigilancia especial, y de los resultados dependerán las medidas a corto plazo, entre las que destaca la reorganización de la inteligencia que adelantó ayer en nuestro diario la reportera Mireya Cuéllar.
Pero las suspicacias parecen concentradas en una docena de comandantes: comandantes de zonas militares, comandantes de la Policía Federal de Caminos (PFC) y comandantes de la Policía Judicial Federal (PJF).
Son comandantes comisionados en estados estratégicos para esa actividad, y cuya responsabilidad es cuidar que no transite la droga por espacios muy definidos: puertos, aeropuertos y carreteras.
El caso de tres generales y un comandante de la PFC
La investigación que se les sigue incluye varios aspectos: narcotráfico, tráfico de armas, vinculación con bandas de delincuentes e información que pudiera haberles trasmitido el general Jesús Gutiérrez Rebollo.
Los datos preliminares, insuficientes para fincar responsabilidades, apuntan hacia varios de esos personajes, y entre los cuerpos de inteligencia figuran tres generales de dos y tres estrellas.
Se especula mucho con los nombres. Lo único cierto es que el mensaje de advertencia se conoció la misma noche de la conferencia conjunta del secretario de la Defensa Nacional, Enrique Cervantes, y del procurador general de la República, Jorge Madrazo Cuéllar.
Al frente de los comandantes de zona estaba el general Juan Arévalo Gardoqui, a quien varios periódicos estadunidenses lo ligaron con el narcotráfico en el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, cuando aquél era secretario de la Defensa Nacional.
A la orden presidencial de terminar con los intocables se suma el enojo de los mandos duros del Ejército, cuyos representantes claman por una sentencia ejemplar en contra de Gutiérrez Rebollo.
Lo hacen porque consideran inadecuado que la secretaría lo haya entregado a la Procuraduría General de la República (PGR) para su proceso, bajo el presupuesto de que no actuó como militar en funciones.
Nadie desconoce su origen castrense, pero la mayoría de los abogados con opinión influyente argumenta que si delinquió lo hizo en calidad de militar con licencia, y que por ello su caso debe continuar en los tribunales civiles.
Esa discusión no se dará con miembros de otras corporaciones. No, por ejemplo, con el cuñado de un gobernador que comanda la Policía Federal de Caminos --vaya coincidencia-- en la misma entidad de su pariente.
Por si alguien tiene antecedentes, va un dato adicional para identificar a ese personaje bajo sospecha: hace unos años fue detenido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con un gran cargamento de cocaína.
No se actuó por la influencia del cuñado, pero el asunto se revivió recientemente porque a los servicios de inteligencia llegaron nuevos cargos, según los cuales dicho comandante escolta a connotados narcotraficantes para que se desplacen con facilidad en sus viajes al centro del país.
Temor por la seguridad de Bill Clinton en el DF
Los preparativos para la gira de Bill Clinton a México no tienen contratiempos pero sí una preocupación: la del servicio secreto, por considerar que las características del Distrito Federal no facilitan la seguridad del presidente de Estados Unidos.
Es un obstáculo salvable para un itinerario que posiblemente comience en Mexicali, capital del primer estado gobernado por la oposición de derecha, siga en el altiplano y culmine en zona de descanso: Mérida o Cancún.
El Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional del vecino país han otorgado al recorrido un calificativo de importancia, y acaso por ello está a consideración la permanencia, por un día más, de Hillary Clinton.
En compañía de Nilda Patricia Velasco de Zedillo, la señora Clinton mostraría su rostro humano y su carisma con actos de labor social, como visitas a orfanatorios y regalos a niños muy pobres.
El viaje y los actos humanitarios que se organicen para la ocasión dejarán una imagen muy positiva entre los mexicanos, mucho más que la segura certificación al gobierno de Ernesto Zedillo por su lucha contra las drogas.
Entre quienes pudieran no quedar satisfechos figura el gobernador de Guanajuato, el panista Vicente Fox Quesada, dado que fracasó en sus intentos por llevar al presidente Clinton a su entidad.
Entre las múltiples actividades de Fox en Estados Unidos figuraron varias entrevistas personales con gente que creyó le podía ayudar en sus propósitos. Inclusive acudió con el embajador Jesús Silva Herzog. No lo logró.
Carlos Salinas, amnesia sobre conflictos familiares
La familia Salinas era perfecta. O casi. No se vio perturbada siquiera por la separación, el divorcio de Adriana Salinas de Gortari con José Francisco Ruiz Massieu, quien en la juventud hizo pacto político con Carlos Salinas y Manuel Camacho Solís.
La armonía de los Salinas fue descrita por el ex presidente de la República a los fiscales que acudieron a Dublín, Irlanda, para hacerle el segundo interrogatorio en meses, esta vez por el asesinato de su ex cuñado.
Algún asistente y abogados del ex mandatario que estudian la copia respectiva aportaron datos que permiten reconstruir el tono en que se desarrolló aquella entrevista, dirigida por representantes de la Procuraduría General de la República (PGR) muy informados.
No es textual el diálogo:
--¿Cuál era su relación con José Francisco Ruiz Massieu?
--Excelente. Siempre lo impulsé políticamente.
--¿Y la de su hermano Raúl con él?
--No lo recuerdo.
--¿Recuerda usted la causa de su divorcio?
--No. Fue hace tanto que no recuerdo.
--¿Cuánto hace?
--No me acuerdo.
--¿Sabe usted por qué se divorciaron su hermana Adriana y José Francisco?
--No, nunca lo supe.
En ese momento, un enviado de la PGR le mostró copia del acta de divorcio.
--¿Sabía usted que la golpeaba?
--No.
Las preguntas continuaron en el mismo tono. Documentos y citas de otras declaraciones no alteraban a un Carlos Salinas que invariablemente aseguraba no recordar conflictos familiares, rencillas personales.
Por supuesto, narró uno de los abogados que posee copia del interrogatorio, el ex presidente jamás fue advertido de que la vida del guerrerense corría peligro, y en su declaración sostuvo que hizo cuanto pudo por esclarecer el crimen.
Tema libre
El fiscal Luis González Pérez ya tiene el nombre completo de quien viajó como sexto pasajero en el avión que trasladó a Mario Aburto Martínez, de Tijuana a la ciudad de México, el 24 de marzo de 1994. Es un doctor apellidado De la Fuente, al parecer sin parentesco con el secretario de Salud. La información recabada indica que ese médico venía con la intención de cuidar la salud del asesino confeso de Colosio, y en el ambiente policiaco es conocido porque con frecuencia acudía a interrogatorios. Era para Aburto lo que Humberto Alvarez Macháin fue para Enrique Camarena Salazar, el agente de la agencia antinarcóticos estadunidense (DEA) asesinado en un rancho de Michoacán, y a quien se le inyectó droga para que soportara las torturas. Hay un dato más: ese doctor De la Fuente es conocido de Pablo Chapa Bezanilla, el fiscal que ignoró su identidad y jamás incorporó el nombre al expediente. Tiempo atrás llegaron a hacer trabajos juntos, interrogatorios juntos... Cuando José Antonio González Fernández se reunió con sus colaboradores en la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal dijo que, al margen del resultado, no regresaría al cargo. Ahora espera el nombre de su sucesor... Cruce de listas: los gobernadores y los líderes de las centrales las llevan al PRI, los dirigentes priístas a la Secretaría de Gobernación y de allí viajan a Los Pinos. En la semana se hizo un primer análisis y eso aumentó las especulaciones de los posibles candidatos al Senado de la República: Humberto Roque Villanueva, Esteban Moctezuma, Arturo Núñez, Dionisio Pérez Jácome, Herminio Blanco, Carlos Rojas, Guillermo Ortiz, José Angel Gurría, Fidel Herrera, Leonardo Rodríguez Alcaine, Gilberto Muñoz Mosqueda, Víctor Flores, José Ramírez Gamero, Alberto Juárez Blancas, Beatriz Paredes, Héctor Hugo Olivares, Elba Esther Gordillo Morales, Oscar Espinosa Villarreal, José Antonio González Fernández, Manuel Jiménez Guzmán, Pedro Vázquez Colmenares, Heladio Ramírez, Jesús Salazar Toledano y Carlos Salomón Cámara. Muchos nombres, y por mucho que pesen, no llegarán muchos. La lista será de 32 prospectos, y a lo sumo 14 se convertirán en legisladores. La intención de las cúpulas política y priísta es hacer las postulaciones casi al límite del plazo, con el fin de evitar que los desilusionados se vayan a la oposición... Fernando Solana Morales busca el liderazgo que pronto dejará Fernando Ortiz Arana. Su apoyo para ser canciller en el salinato, senador en 94 y para convertirse en coordinador parlamentario ha estado en la misma oficina: la que en el sexenio pasado ocupó José Córdoba Montoya y que ahora atiende Luis Téllez... Alfredo Phillips Olmedo, coordinador de Asuntos Internacionales del PRI, estuvo en Texas para entrevistarse con el gobernador George Bush y para pláticas universitarias. El hijo del ex presidente de Estados Unidos anunció que su gobierno proseguirá sus esfuerzos de colaboración con México. Pronto estará por acá... Dos semanas atrás, cuando arrancaba la lucha por la candidatura para jefe de gobierno capitalino, punteaba un hombre con arraigo en el priísmo. Manuel Jiménez Guzmán tenía el compromiso, en algunos casos por escrito, de 75 votos. Setenta y cinco de 200 posibles. Todo iba bien, pero vino la línea y se cayeron sus probabilidades de victoria. Los más indisciplinados eran los asambleístas, a los que Jiménez Guzmán liderea. Hubo llamadas telefónicas al mayor nivel y de nada sirvieron los compromisos contraídos. Al final, Jiménez Guzmán sólo tuvo 22 votos de los 38 asambleístas que sufragaron.