LA CIENCIA EN LA CALLE Ť Luis González de Alba
Citas sobre religión

Dos mil años

Un recuento de citas pocos conocidas de grandes personajes, fue publicado en el último número de Free Inquiry, tomadas de 2,000 Years of Disbelief, de James Haught. Lo reproducimos parcialmente a continuación, para insistir en la educación laica, ahorrando al lector las comillas pues ha quedado anunciado el crédito:

El día llegará en que la procreación mística de Jesús en el vientre de una virgen, por el ser supremo como su padre, será clasificada con la fábula de la procreación de Minerva en el cerebro de Júpiter. Thomas Jefferson, presidente de Estados Unidos, en carta a John Adams.

Premios y castigos

No puedo imaginar un Dios que premia y castiga a los objetos de su creación, un Dios cuyos propósitos están modelados a partir de los nuestros; un Dios, en breve, que no es sino el reflejo de la fragilidad humana. Ni puedo creer que el individuo sobreviva a la muerte de su cuerpo, aunque almas débiles alberguen tales pensamientos a causa del temor o del egoísmo ridículo. Albert Einstein en un escrito de 1930 para el New York Times.

No puedo ver cómo un hombre de algún grado elevado de percepción humorística pueda jamás ser religioso; a menos de que a propósito cierre los ojos de su mente y los mantenga cerrados a la fuerza. Mark Twain en su diario personal.

Iglesias y alma

Ni en mi vida privada ni en mis escritos, he hecho nunca un secreto de que soy un descreído redomado. Sigmund Freud en carta a Charles Singer.

Todas las iglesias institucionales, sean judías, cristianas o turcas, me parece que no son otra cosa sino invenciones humanas, dispuestas para aterrorizar y esclavizar a la humanidad, y monopolizar el poder y el provecho. Thomas Paine en La Edad de la Razón.

No puedo creer en la inmortalidad del alma... No, toda esa charla acerca de una existencia de nosotros, como individuos, más allá de la tumba es equivocada. Ha nacido de nuestra tenacidad por la vida, de nuestro deseo de seguir viviendo, de nuestro pavor de llegar a un final. Thomas Edison al New York Times en 1910.

Poesía y sacrilegios

Vanos son los millares de credos que mueven los corazones de los hombres, indeciblemente vanos, inútiles como semillas marchitas. Emily Bront‰ en 1846

El cristianismo es la más ridícula, la más absurda y sangrienta religión que alguna vez ha infectado al mundo. Voltaire en una carta a Alejandro el Grande, rey de Prusia.

Mi propia visión acerca de la religión es la de Lucrecio. La contemplo como una enfermedad nacida del temor y como una fuente de indecible desgracia para la raza humana. Bertrand Russell en 1930.

Contemplar a Cristo como Dios y rezarle es para mi mente el más grande sacrilegio posible. Leon Tolstoy en respuesta a su excomunión por la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Mentirosas y dañinas

Esta columna desearía agregar otras reflexiones, como las siguientes: Creo que todas las grandes religiones del mundo --el budismo, el hinduismo, el cristianismo, el islam y el comunismo-- son a la vez mentirosas y dañinas... Con muy pocas excepciones, la religión que un hombre acepta es la de la comunidad en que vive, lo cual hace obvio que la influencia del medio es la que le ha llevado a aceptar esa religión en cuestión... La cuestión de la verdad de una religión es una cosa, pero la cuestión de su utilidad es otra. Yo estoy tan firmemente convencido de que las religiones hacen daño, como lo estoy de que no son reales... Se considera virtuoso tener fe, es decir, tener una convicción que no puede ser debilitada por la prueba en contrario... Cuando la prueba en contrario ocasiona la duda, se sostiene que es la prueba en contrario la que debe ser suprimida.

Bertrand Russell en el Prefacio a Por qué no soy cristiano.

Dos clases de objeción

Las objeciones a la religión son de dos clases: intelectuales y morales. La objeción intelectual consiste en que no hay razón para suponer que existe alguna religión verdadera; la objeción moral es que los preceptos religiosos datan de una época en que los hombres eran más crueles de lo que son ahora y, por lo tanto, tienden a perpetuar inhumanidades que la conciencia moral de esta época habría superado de no ser por la religión. Idem

La posibilidad de existencia

No pretendo probar que Dios no existe... El Dios cristiano puede existir; igualmente pueden existir los dioses del Olimpo, del antiguo Egipto o de Babilonia. Pero ninguna de estas hipótesis es más probable que la otra: se encuentran fuera de la región del conocimiento comprobable y, por lo tanto, no hay razón para considerar ninguna de ellas... Dios y la inmortalidad, los dogmas centrales de la religión cristiana, no son esenciales a la religión, ya que ninguno de ellos se encuentra en el budismo.... pero en Occidente hemos llegado a considerarlos como el mínimo irreductible de la teología. Sin duda la gente continuará teniendo esas creencias, porque son agradables, como es agradable considerarnos a nosotros mismos virtuosos y considerar malvados a nuestros enemigos. Idem.