Sin incidentes, las maniobras de Hermanos al rescate cerca de Cuba
Afp, Efe, Reuter, Dpa y Pl, Miami, 24 de febrero Ť Una flotilla de aviones anticastristas lanzó esta tarde al mar ofrendas florales, cerca del lugar donde hace un año fueron derribadas dos avionetas con miembros de la organización Hermanos al Rescate por la fuerza aérea cubana, mientras el presidente Bill Clinton exigió a La Habana ``asumir la total responsabilidad por sus acciones y dar garantías de que un ultraje como éste nunca volverá a ocurrir''.
``El derribo y la continua represión contra activistas de los derechos humanos y los periodistas independientes por el gobierno cubano subrayan la necesidad de seguir trabajando por una transición pacífica hacia la democracia en Cuba'', señaló la declaración emitida por la Casa Blanca.
Clinton dijo que se unía a los familiares de los cuatro pilotos de las naves ``derribadas salvajemente por el régimen cubano'', para ``honrar la memoria de estos hombres, mientras continuamos nuestros esfuerzos para buscar justicia por sus muertes''.
Los pilotos eran miembros de Hermanos al Rescate, un grupo dedicado a socorrer balseros cubanos en aguas de Florida y que en 1995 inició operativos de sobrevuelo sobre Cuba para lanzar panfletos.
El 24 de febrero de 1996, un Mig cubano derribó dos avionetas Cessna de la organización con sede en Miami, en una acción calificada de injustificada por la Organización Internacional de Aviación Civil.
Quince aviones, seis de hermanos al Rescate y el resto del grupo Movimiento Democracia -que desistió de incluir dos aviones militares a reacción- arrojaron la tarde de este lunes claveles blancos en el supuesto sitio donde ocurrió el derribo, a cinco millas del límite de las aguas jurisdiccionales cubanas, aunque La Habana siempre dijo que el derribo fue en su espacio aéreo.
Simultáneamente, las emisoras de radio y televisión latinas de Miami interrumpieron su transmisión para difundir un homenaje de siete minutos -el tiempo que medió entre uno y otro derribo- a los pilotos, que incluyó el himno cubano, y se realizó un acto en el centro cívico de Miami, al cual asistieron varios centenares de personas.
El vuelo de este lunes, que había generado temores de un nuevo incidente, fue vigilado tanto por los radares estadunidenses como por el gobierno de La Habana, que había advertido que no toleraría ningún tipo de violación a su espacio aéreo.
Al regreso del vuelo de la flotilla, el líder de Hermanos al Rescate, José Basulto -quien hace un año piloteaba el tercer avión del grupo y único que consiguió regresar a Miami-, reprodujo un diálogo que mantuvo con la torre de control habanera: ``Le recuerdo, señor, que no está autorizado a ingresar en espacio aéreo cubano ni a utilizar esta frecuencia'', afirmó la voz del controlador cubano.
En Cuba, un grupo de periodistas fue invitado a presenciar el vuelo de la flotilla anticastrista desde un cazasubmarino de la marina de guerra, desde donde pudieron comprobar cómo llegaban a unas 22 millas de las costas cubanas y pudieron observar la presencia de un guardacostas estadunidense, que aparentemente marcaba el punto que no podían traspasar las avionetas.
El aniversario pasó sin pena ni gloria en La Habana, con la excepción de algunas iglesias, donde los cuatro pilotos fueron recordados dentro de las rogativas generales por los difuntos, y la denuncia del disidente Vladimiro Roca, de la Corriente Socialista Democrática, quien aseguró que cuatro jóvenes que pretendían lanzar flores al mar por el año del derribo fueron detenidos.
Sin mencionar el anuncio de una nueva incursión, el semanario oficialista Trabajadores afirmó que el derribo registrado hace un año ``pudo haberse evitado''. ``Washington supo ese día, minuto a minuto, todos los movimientos de Basulto y sus hermanos y lo que iban a hacer, pero no hizo nada para impedirlo'', dijo.
Agregó que las autoridades cubanas ha-bían advertido mediante canales diplomáticos a Washington en 24 oportunidades y durante 20 meses sobre ``el comportamiento cada vez más agresivo y desafiante de esos vuelos''.
También acusó a Estados Unidos de manipular la información sobre el ``accidente provocador'', falsificar datos y de utilizarlo con ``total oportunismos político'' para refrendar en marzo pasado la ``peor versión de la ley Helms-Burton''.
El derribo no sólo deterioró las relaciones bilaterales, que parecían normalizarse lentamente, sino que también dañó las de Washington con sus aliados por la promulgación de esa ley, que endureció el bloqueo estadunidense, de más de 35 años, con sanciones a empresas extranjeras que inviertan en Cuba.
Al respecto, los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea manifestaron hoy en Bruselas que prefieren resolver directamente sus diferencias con Washington sobre la Helms-Burton en vez de esperar el veredicto de la Organización Mundial de Comercio que, a pedido de ese bloque de 15 países, designó la semana pasada los miembros de un panel de arbitraje. Sin embargo, el representante especial de Clinton para Cuba, Stuart Eizenstat, insistió en que la Helms-Burton es una cuestión de seguridad nacional y no un asunto comercial, argumento que podría esgrimir ante la OMC para evitar la intervención del organismo.