Crecen los escándalos sobre los fondos a la campaña de Clinton
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 26 de febrero Ť Dos debates inundan esta capital, uno sobre alegatos de corrupción en México y Colombia, el otro por la corrupción dentro de la Casa Blanca, y la ironía parece no registrarse: el gobierno de Bill Clinton está por enjuiciar la cooperación de 32 países en la lucha contra las drogas y aquí ese mismo juez se encuentra bajo constantes críticas por aceptar contribuciones posiblemente ilegales, incluso de narcotraficantes.
El escándalo por la venta de acceso al presidente a cambio de contribuciones a su campaña de reelección sigue creciendo, con el Congreso investigando alegatos de recompensas -en forma de invitaciones a fiestas, cafés y hasta alojamiento en la Casa Blanca- para contribuyentes mayores a la campaña. Entre los invitados a una fiesta de Navidad estuvo un narcotraficante de Miami actualmente preso, quien a pesar de esto recibió una invitación para asistir a la asunción presidencial, y entre los que llegaron a tener acceso al presidente a cambio de contribuciones, varios sospechosos de lavado de dinero.
Casi desde que finalizó el pasado proceso electoral, la administración Clinton ha tenido que defender las actividades de recaudación de fondos para su campaña de reelección. Hoy de nuevo, durante una conferencia de prensa conjunta con el presidente chileno Eduardo Frei, las preguntas de la prensa fueron sobre estas actividades. Clinton reiteró que ``no hubo solicitudes (de dinero) en la Casa Blanca'' y ``no hubo un precio por los eventos'' como los cafés con el presidente, que se realizaron en ese edificio público.
Sin embargo, este gobierno ha sido criticado desde sus inicios por las actividades dudosas de sus habitantes, la mayoría tienen que ver con corrupción y esfuerzos ilícitos de asesores, abogados y personal del Ejecutivo. Whitewater, Travelgate, los archivos del FBI, el misterioso suicidio del abogado de la Casa Blanca Vincent Foster, amigos de la primera familia como John Chuang y otros que actualmente están bajo investigación por promover actividades dudosas de recaudación de fondos.
Un elemento del escándalo son las invitaciones a pasar la noche en la recámara Abraham Lincoln de la Casa Blanca. Aunque Clinton insistió que nunca se ofreció una noche en la residencia oficial a cambio de contribuciones, y que los invitados eran amigos de la primera familia, el total contribuido por los invitados a dormir ahí fue de 5.36 millones de dólares. Aunque algunos invitados son amigos de los Clinton, entre ellos las actrices Candice Bergen, Jane Fonda y su marido Ted Turner, y la cantante Barbara Streisand, otros sí contribuyeron generosamente: el director de cine Steven Spielberg donó más de 336 mil dólares y el empresario Lew Wasserman dio 225 mil, entre otros.
Por otro lado, los 103 ``cafés'' con el presidente generaron, según el diario Los Angeles Times, unos 27 millones de dólares en el curso de dos años.
El representante republicano Wally Hergen comentó hoy acerca de las estancias en la recámara Lincoln y declaró que Clinton ``ha hecho de la Casa Blanca la pensión más cara en la historia del mundo''.
Tal ha sido el afán de los estrategas políticos de la Casa Blanca, que casi 2 millones de dólares de las contribuciones al Partido Demócrata para fines de la reelección han debido ser devueltos por sospechas de que fueron otorgados indebidamente. Tal vez entre los más vergonzosos son los 10 mil dólares donados por un individuo en Florida, quien fue invitado a una fiesta navideña a la Casa Blanca como parte de la expresión de gratitud por su generosidad, y quien poco después fue encarcelado por narcotráfico.
Sin embargo, meses después recibió una invitación para asistir a la toma de posesión del presidente Clinton.