La Jornada 2 de abril de 1997

Implicará entre 150 y $200 millones la venta de activos en poder del Fobaproa

Roberto González Amador Ť La primera venta de activos en poder del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) significará el traspaso de bienes a inversionistas privados, nacionales y extranjeros, por un valor de entre 150 y 200 millones de pesos.

En entrevista con La Jornada, Oscar Medina Mora, director de Valuación y Venta de Activos (VVA), informó lo anterior e indicó que el primer paquete de bienes a subastar no incluye propiedades inmobiliarias ni activos físicos. Se trata, dijo, de cartera de crédito de empresas pequeñas y medianas que será ofrecida a los compradores durante una subasta, cuyas bases serán dadas a conocer en la segunda quincena de este mes.

El Fobaproa es un fideicomiso público con activos por 340 mil millones de pesos. Esos bienes pasaron a manos del Estado como parte de los procesos de capitalización de los bancos privados y del saneamiento de instituciones de crédito intervenidas por el gobierno federal.

A partir de este mes serán vendidos a particulares, en lo que constituye la desincorporación de activos públicos de mayor monto en la historia del país.

Medina Mora informó ayer que el lanzamiento de la primera convocatoria de subasta pública de bienes en poder de Fobaproa tuvo un retraso con respecto de los planes originales, que consideraban realizar la oferta a fines de marzo.

``El proceso ha llevado más tiempo del calculado. El retraso obedece a cuestiones logísticas, pues se trata de una experiencia inédita en la que todos estamos aprendiendo y tomando el mayor cuidado en cuanto a la información de los activos a desincorporar'', comentó.

Sin embargo, el funcionario anunció que en la segunda quincena del presente mes será dada a conocer la primera convocatoria de venta de bienes propiedad de Fobaproa, consistente en activos por entre 150 y 200 millones de pesos, y no los 250 millones estimados originalmente para el primer paquete.

El director de VVA, la empresa pública creada ex profeso para realizar la venta, precisó que los bienes a subastar en esta primera oferta están representados por cartera de crédito de empresas pequeñas y medianas de los sectores comercial e industrial, y no se prevé la inclusión de bienes muebles e inmuebles.

Para esta primera oferta, que abarca unos 40 créditos bancarios cuya cartera fue traspasada al Fobaproa, se buscará que todos tengan un aval o garantía de cobro, con el fin de hacerlos más atractivos para los inversionistas, agregó Medina Mora.

El funcionario indicó que el procedimiento para vender el primer paquete de bienes de Fobaproa (los 200 millones a subastar representan 0.05 por ciento del total de bienes en manos del fideicomiso) comenzará con el lanzamiento de la convocatoria, seguirá con el registro de los participantes --quienes después de hacer un depósito tendrán acceso a la información sobre los activos a desincorporar-- y, por último, dentro de unos dos meses se daría la asignación.

En la subasta podrán participar inversionistas nacionales y extranjeros, entre los cuales puede haber bancos o empresas comerciales interesados en comprar la cartera de crédito. Para el inicio del remate no se han establecido ni pisos ni topes en el precio de salida de los activos.

Oscar Medina precisó que los bienes del Fobaproa no son mayoritariamente muebles e inmuebles, como han denunciado sectores opositores que ven en esta venta un mecanismo concentrador de la riqueza, sino que se trata básicamente de instrumentos financieros y, particularmente, de cartera de crédito.

Explicó que de los 340 mil millones de pesos en bienes controlados por Fobaproa, 98 por ciento está representado por cartera de crédito y otros instrumentos financieros, y sólo 2 por ciento lo constituyen propiedades inmobiliarias y otros bienes comerciables.

De hecho, el funcionario precisó que la propiedad de Fobaproa tiene dos orígenes: 160 mil millones de pesos fueron adquiridos por el fideicomiso como parte de los procesos de capitalización de la banca privada, en los cuales el gobierno compraba dos pesos de cartera por cada peso que aumentaran su capital las instituciones.

Los 180 mil millones de pesos restantes corresponden a la cartera de crédito de bancos intervenidos en los últimos dos años y medio por el gobierno federal, la cual se encuentra debidamente respaldada con reservas preventivas.