Se consolidará la economía en 97, afirma Zedillo ante Juan Carlos
Roberto González Amador Ť La economía mexicana entró en un proceso de consolidación que le permitirá emprender ``una etapa duradera'' de crecimiento sostenido, aseguró ayer el presidente Ernesto Zedillo.
``La solidez de las bases con que estamos edificando una economía sana, abierta y competitiva; la congruencia de las políticas que hemos aplicado y seguiremos aplicando, y el enorme potencial productivo de México, conforman un marco de certidumbre y confianza para la inversión y los intercambios comerciales'', agregó Zedillo.
Al asistir, junto con el rey Juan Carlos I de España, a un almuerzo con empresarios, el presidente Zedillo apuntó que las metas económicas trazadas por su gobierno exigen mantener en todo momento una disciplina fiscal y monetaria, así como fomentar ``fuertemente'' el ahorro interno, a partir de las reformas realizadas al sistema de pensiones.
Almuerzo ofrecido por empresarios de México
y España, en honor del presidente Zedillo y
el rey Juan Carlos I.
Foto: José Antonio López
La transformación estructural de la última década y la política económica congruente que ha aplicado con decisión el gobierno harán posible que 1997 sea un año de transición después de la fuerte crisis de 1995 y 1996, agregó Zedillo.
El gobierno estima, agregó, que a partir del año entrante la economía mexicana iniciará una etapa duradera de crecimiento, con tasas anuales de por lo menos 5 por ciento.
Zedillo apuntó que sólo un crecimiento dinámico y sostenido proporcionará los recursos para sustentar un desarrollo con bienestar, que haga posible extener el progreso con equidad y construir una sociedad más justa, capaz de combatir con mayor eficacia la pobreza.
En su mensaje ante hombres de negocios de México y España reunidos en el Castillo de Chapultepec, el Presidente aseguró que el gobierno federal continuará utilizando todos los instrumentos a su alcance para alentar proyectos e iniciativas empresariales.
La administración federal, agregó, está resuelta a seguir trabajando con ahínco para llegar al siglo XXI con una economía de mercado en vigoroso crecimiento y más ``provechosamente'' vinculada a las regiones de mayor dinamismo económico del mundo.
Durante el almuerzo, en el que los anfitriones ofrecieron al monarca español un menú de antojitos mexicanos, crema de chicharrón a la poblana, filete de res a la mostaza y merengues con mango; platos precedidos por cervezas y tequila, el presidente Zedillo habló también de la estrategia del país para aumentar la actividad comercial y fomentar las exportaciones.
Dijo que su gobierno está comprometido a vincular la economía mexicana con las regiones de mayor dinamismo económico del mundo. México, añadió, ha sido uno de los países más activos en la promoción del libre comercio con otras naciones y otras regiones.
Luego de reiterar el ``gran interés'' de su gobierno por concretar un acuerdo de asociación económica y concertación política con la Unión Europea -bloque de naciones del que España es miembro-, Zedillo afirmó que, por sus transformaciones estructurales, apertura y enorme potencial, México es hoy uno de los países más promisorios para la inversión.
La estrategia de fortalecer al sector exportador y ampliar los mercados potenciales hizo posible que en los dos últimos años las ventas externas mexicanas aumentaran casi 60 por ciento, hasta alcanzar la cifra récord de 96 mil millones de dólares, en una tendencia que se mantiene al alza, agregó el Presidente.
El dinamismo de las exportaciones es un motivo suficiente para que México siga promoviendo nuevos acuerdos comerciales, tanto en América como en otras regiones del mundo.
``Por sus nuevas bases estructurales, por su dinámica demográfica y social, México está llamado a ser indudablemente una de las economías emergentes más vigorosas del inicio del siglo XXI'', aseguró Zedillo.
Los reporteros fueron citados 90 minutos antes del comienzo del almuerzo entre Zedillo, el rey de España y los empresarios, que empezó a las 14:00 horas. En Los Pinos nunca se dijo que sería un encuentro con puertas cerradas a la prensa, y los reporteros sólo pudieron seguir el evento, confinados en un improvisado salón, por medio de dos pequeños monitores y degustando tortas de lomo, pambazos, refrescos de cola y agua mineral.