ESPACIO ABIERTO Ť José Ureña

No más cambios en el gabinete.

Sus cercanos, los que con él perfilaron la legislatura priísta que quieren, escucharon decir al presidente Ernesto Zedillo que está contento con su actual equipo de trabajo y que, en consecuencia, no prevé más modificaciones.

Esta decisión, enunciada aquí el domingo anterior y reproducida luego en otros espacios, se llevó a la práctica formalmente ayer: ningún secretario de Estado renunció para aspirar a una posición senatorial.

Se dijo aquí:

``Los miembros del gabinete interesados en ir al Senado, y de ahí aspirar a todo el poder en el 2000, han recibido la sorpresa de que no hay intenciones presidenciales de adelantar mensajes sobre la próxima sucesión, su sucesión''.

El mandatario contuvo con su actitud las presiones que vía negociadores o medios de comunicación hicieron algunos de ellos a fin de llenar, con el 2000 en la mente, las condiciones de la fracción décima del artículo 144 de los estatutos del PRI:

``Para los casos de Presidente de la República y gobernador se requerirá acreditar la calidad de cuadro, dirigente y haber tenido un puesto de elección popular a través del partido, así como diez años de militancia partidista''.

Los gobernadores, responsables del triunfo del PRI en julio

Es entendible que la intención de mantener el actual gabinete no incluye imponderables o errores que obliguen a relevos por parte del Ejecutivo, pero ese ``estoy contento con mi equipo'' es más que ilustrativo para cualquiera.

Tal benevolencia se hizo extensiva a los gobernadores priístas, quienes en general tuvieron influencia definitiva en las candidaturas que comenzaron a formalizarse con los registros distritales del viernes.

A la hora de las negociaciones, de los análisis curriculares y el arraigo de los prospectos, Presidente y gobierno federal recurrieron sólo a las sustituciones indispensables para evitar derrotas de escándalo.

Salvo excepciones tan notables como la de Otto Granados Roldán, cuyas sugerencias fueron desechadas, los gobernadores lograron meter al menos a parte de sus recomendados, y pocos -Jesús Murillo, Víctor Cervera Pacheco- a todos ellos.

El miércoles, cuando los 300 uninominales estaban decididos y poco o nada había por hacer, PRI y gobierno, Roque y Chuayffet llegaron a un acuerdo: cada uno controlaría a sus huestes. Más claro: el PRI a los sectores y Gobernación a los gobernadores.

Lo dijo muy claro un priísta:

-Así quedamos, pero ustedes cuidan de sus locos y nosotros de los nuestros.

El compromiso no queda ahí. Los 27 gobernadores del tricolor fueron advertidos que será responsabilidad suya la tranquilidad antes, durante y después de las campañas. El después tiene una obligación mayor: asegurar la preminencia priísta.

Este volver a la política de control comicial desde los palacios indudablemente llevará al riesgo de que esos gobernadores, con la idea de congraciarse con el centro, regresen también a prácticas que se saben antidemocráticas.

El listado de candidatos al Senado estará el miércoles

Desahogadas las nominaciones de aspirantes a diputados federales, hoy comenzará en la residencia presidencial el análisis de los prospectos que podrían ir al Senado por el PRI.

Parece ocioso reiterar que son posiciones del presidente Zedillo para garantizar autonomía en la segunda mitad de su ejercicio, pero ha decidido correr la cortesía de hablarlo con sus cercanos: Emilio Chuayffet, Humberto Roque Villanueva, Liébano

Sáenz, Luis Téllez, Esteban Moctezuma.

No nada más serán informados. Se sabe que no tendrán mayor influencia final, pero Chuayffet y Roque llevarán los nombres de la gente que a su juicio tiene merecimientos para incorporarse a la Cámara de Senadores.

Habrá algunas coincidencias. Por ejemplo, se dan por seguras dos posiciones para el Comité Ejecutivo Nacional del partido, presumiblemente asignadas a Esteban Moctezuma y a Héctor Hugo Olivares Ventura.

Las cuotas del partido se completarían con las cabezas de los tres sectores: el cetemista Leonardo Rodríguez Alcaine por el obrero, Elba Esther Gordillo por el popular y Beatriz Paredes Rangel por el campesino.

Lo sobresaliente hasta ayer es que nuevamente figuraba para el análisis Humberto Roque Villanueva, el directivo que en la semana declaró prioritario ``ayudar a mi partido a ganar las elecciones de julio, no mi carrera personal''.

Fue insistente: ``Primero el partido y después su servidor. Lo mío en este momento no tiene absolutamente ninguna importancia. Lo importante es que nuestro partido gane las elecciones de julio''.

Tal vez Roque insista en apoyar a la diputada Rosario Guerra, su secretaria de Administración y Finanzas en el Comité Ejecutivo, pero parece más predestinada para la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).

Después de esos seis o siete, y ya desechados los secretarios de Estado, pueden anotarse muchos: Alberto Juárez Blancas, José Ramírez Gamero, Héctor Valdés Romo, Abelardo Carrillo Zavala, Píndaro Urióstegui, Gilberto Muñoz Mosqueda, José Antonio González Fernández, Dionisio Pérez Jácome, Gilberto Muñoz Mosqueda, Manuel Jiménez Guzmán, Dulce María Sauri, Rosario Green, Alfredo Phillips Olmedo, Ernesto Gil Elorduy... En la lista caben 32, pero de nada servirá aparecer en ella si se está a la mitad o en la segunda parte, pues solamente alcanzarían espacio senatorial, en el mejor escenario para el PRI-gobierno, de 12 a 14 de sus postulados.

Sorpresa para priístas: los que rechazaron candidaturas

En el Comité Ejecutivo Nacional del PRI todavía no se digiere, acaso porque no habían padecido así cuando eran ``partido prácticamente único'' y con el control de comicios, que hayan sido decenas los candidateados que rechazaron la postulación.

No esperaban, por ejemplo, que la senadora María Elena Chapa rechazara pelear un distrito de Monterrey. Lo hizo a pesar de ser la dirigente nacional de las mujeres priístas y el apoyo que tendría, al menos en teoría, de más de la mitad del electorado.

También se negó a competir el dirigente del PRI en Jalisco, José Manuel Correa Ceceña. Ciertamente ya fue diputado, pero este ex líder de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) sabe que allá hay la mayoría de distritos perdidos de antemano.

Hubo más que desairaron al PRI -Guillermo Castellanos, Antonio Meza Estrada y Carolina Bustamante en Baja California, Hilda Anderson en el DF, Juan Maldonado Pereda en Veracruz- y otros que podrían ganar votos y no los consideraron.

Entre los aspirantes desechados pese a su popularidad estarían el chihuahuense Artemio Iglesias, el jalisciense José Luis Lamadrid, los veracruzanos Manuel Ramos Gurrión y Ramón Ferrari Pardiños, el mexiquense Mauricio Valdés, quien podría haber recuperado Texcoco; el oaxaqueño Aquiles López en la zona perredista de Juchitán, y los neoleoneses Alejandro Lambretón y Ricardo Canavati.

Por eso es elogiable que otros priístas hayan aceptado contender por distritos que las encuestas dan por perdidos: el chiapaneco Roberto Albores Guillén, la bajacaliforniana Guadalupe Gutiérrez Fregozo, el veracruzano Fidel Herrera Beltrán, el jalisciense Ricardo Chávez Pérez, el senador sinaloense Gustavo Guerrero.

La lista puede seguir, pero se advierte que este PRI ya no es el de antes, al que tomaban como botín candidatos sin la menor idea de trabajo político. Eso sí, júrese que quienes rechazaron o fueron rechazados por el mando político -incluida María Elena Chapa- buscarán una candidatura plurinominal.

Aquí sí habrá mayores posibilidades para las mujeres que se negaron a concursar su popularidad, pues se fijará la cuota 70-30, que consagra al menos tres de cada diez candidaturas de lista para las agrupaciones femeniles.

Ahora su pelea deberá centrarse en que las coloquen en los primeros lugares porque, oh desgracia de la democracia que impulsa la sociedad mexicana, los espacios para el partido gubernamental se reducen cada vez más.

Tema libre

Juan José Osorio Palacios cumple 25 años de matrimonio. Eso dicen las invitaciones. La celebración fue ayer y para la ocasión fue escogido el rancho Don Catarino, una de las mejores fincas rurales del país ubicada en el kilómetro 22 de la carretera a Tenango. Está en el municipio de Santiago Tianguistengo, la tierra del profesor Carlos Hank González. Las invitaciones circularon por cientos, aunque ingresaba sólo gente seleccionada. ¿Adivine usted de quién es la finca de tan hermoso lugar? Pues ni más ni menos que del profesor Hank González, cuyo pecunio puso viandas, vinos, música y todo. ¿Quién dice que El Profe está fuera de la política y que nada tiene que ver con quienes dan la cara en esta administración? Porque Juan José Osorio Palacios es, nada más ni nada menos, que el líder de la Cámara de Diputados... En Durango las campañas arrancan con signos ominosos para el partido del gobierno. Su ventaja sobre la oposición se ha reducido a unos cuantos miles de votos y en la lista aparece gente que ni siquiera es del distrito. Juan Manuel Félix León y Francisco Javier Ponce Ortega sí son de las jurisdicciones que buscan, no así Juan Arizmendi Hernández, Angel Sergio Guerrero Mier y Julián Salvador Reyes. Guerrero Mier fue postulado en la capital, donde el PRI es tercer lugar, abajo de los partidos del Trabajo (PT) y Acción Nacional (PAN). Lo más difícil es para Arizmendi Hernández, que va por Lerdo. Ex secretario estatal de Desarrollo Agropecuario, arrastra denuncias de corrupción y su caso ya llegó al Congreso estatal... Rafael Aguilar Talamantes, el dueño-dirigente-gerente del Partido Cardenista (PC), anda muy activo en oficinas gubernamentales y sus llamadas a Bucareli son constantes. Anda feliz y su gente anuncia que, ``porque la tiene segura'', habrá de inscribirse como candidato a senador. ¿De dónde le surge la seguridad si apenas hace tres años perdió su registro por falta de respaldo popular? ¿Se quiere romper a fuerza el tripartidismo en ese cuerpo legislativo? ¿Quién le va a hacer el favor y cómo? ¿Por qué? La respuesta tal vez se encuentre en Querétaro, y de esto le informaremos mañana en el suplemento electoral de La Jornada... El jueves, durante la sesión de Consejo Político Nacional del PRI (CPN del PRI), rindió protesta como consejero José Luis Romero Hicks. Sería uno más entre más de 200. Lo singular suyo es que se desempeña como secretario de Finanzas del gobierno del estado de Guanajuato. De Vicente Fox Quesada, pues, el panista que quiere sacar ``a patadas'' al PRI de Palacio Nacional... En Guerrero el PRI padece, además de la crisis y el avance de la oposición, a su alcalde Juan Salgado. Vea usted si no: recibió al panista Diego Fernández, le ofreció facilidades de pago, le rebajó más de 70 por ciento de multas y recargos por sus adeudos prediales en Punta Diamante y, no contento con esa generosidad, le dio pormenores de las deudas de Ernesto Zedillo Ponce de León. Ese mismo día por la noche la nación se informaba en 24 Horas que el Presidente de la República también debía impuestos prediales. El enojo en contra de Juan Salgado es mayúsculo y puede pesar en la elección. Los mismos priístas, enojados, reclaman un trato como el dado al panista Diego Fernández de Cevallos.