MURIO ALLEN GINSBERG
Patricia Vega y agencias Ť La madrugada de ayer, a los 70 años, el poeta Allen Ginsberg, llamado León del dharma, rugió por última vez en su apartamento ubicado en el East Village de Manhattan, rodeado de sus amigos y familiares.
Ginsberg, considerado como el padre de la generación beat, murió a consecuencia de un cáncer en el hígado, que había sido detectado hace 10 días en el Beth Israel Medical Center de Nueva York, aullaron las diversas agencias internacionales de noticias.
Yo vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura...
Así comienza Aullido (Howl), el emblemático y legendario poema de Allen Ginsberg que, leído públicamente por primera vez en 1955, acarreó a su autor un juicio por obscenidad y atentado a las buenas costumbres, por celebrar, sin tapujos, el libérrimo derecho a la homosexualidad.
Así, el libro Aullido y otros poemas se convertiría en la primera manifestación del movimiento beat (que significa golpear) en la literatura de Estados Unidos que, desde entonces, no volvió a ser la misma. Rápidamente la llamada generación beat, precursora de los hippies, ganó una gran cantidad de adeptos en contra del establishment y prefirió apostar por el derecho a ser contestatarios, a la diferencia y a la espiritualidad.
El poemario Aullido es considerado como la Biblia del movimiento beat, en el que Ginsberg participó junto con Jack Kerouac, William Burroughs y Gregory Corso, influencias definitivas en artistas posteriores y diversos, como Bob Dylan, Patti Smith, Jerry García y The Cure. Desde su publicación, la crítica no dudó en elogiar a Howl como ``uno de los pocos poemas de este siglo que, llenos de ira, conmocionaron al mundo entero y no pudo ser ignorado ni por los poetas ni por los hombres''.
(Hace apenas unos días, en esta misma sección, Pablo Espinosa se refería a la versión discográfica de Howl a cargo del Kronos Quartet en los siguientes términos: ``Cuarteto para poema, poeta y cuerdas. Las cuerdas de los violines de David Harrington y John Sherba, de la viola de Hank Dutt, del violonchelo de Joan Jeanrenaud, las cuerdas vocales de Allen Ginsberg, quien entona su poema Howl --nunca es vano repetirlo: uno de los clímax de la poesía contemporánea-- mientras el mejor cuarteto de cuerdas del mundo, el Kronos Quartet, teje texturas emanadas de la cantilación, del sentido sonoro del canto de Ginsberg diciendo, haciendo, encarnando, performing el poema completo, además del pie de página posterior (Footnote to Howl) como una culminación en éxtasis poético [...] La dramaturgia sonora es múltiple: la narrativa poética de Aullido se entreleza/entrevierte/entrepierna con la delectación de las cuerdas, en una partitura escrita por Lee Hyla y titulada así también: Howl (1993). Aúllan las cuerdas, aúlla Kronos, aúlla Ginsberg. Aleluya [...] El anticomunismo, el teléfono acechante, el FBI, la idiosincrasia de la american people puesta en música por cuatro autores jóvenes de cuerpo y alma y por cuatro intérpretes insuperables. ¡Viva Kronos! Holy holy holy Kronos!'')
El poeta mexicano José Vicente Anaya sostiene que ``la mayor parte de la poesía de Ginsberg es descarnada, apocalíptica y cabrona; comprometida con la visión del misticismo. Pero esta vida mística se eleva de y con la escoria''.
Hijo del también poeta Louis Ginsberg y de una emigrante rusa llamada Naomí, que murió loca en un hospital de Manhattan, Allen Ginsberg nació el 3 de junio de 1926 en Paterson, Nueva Jersey, en un hogar que el propio escritor solía describir como ``judío, izquierdista, ateo y ruso''.
Apenas hace unos días, Ginsberg acababa de terminar el que será su libro póstumo: De la fama y la muerte. Al tiempo que se ganaba la vida como profesor de inglés en Brooklyn, publicó más de 40 recopilaciones de poemas y su libro Fall of America, que recibió el Premio Nacional del Libro, el galardón literario más sobresaliente de Estados Unidos. El año pasado había grabado el poema The Ballad of the Skeletons con acompañamiento musical del antiguo Beatle, Paul McCartney, y del músico Philip Glass. Su creación poética incluye: Kaddish and other poems (1961), Reality Sandwiches (1963), Poems All Over The Place: Mostly Seventies (1978). En 1987 se editó Mortaja blanca, que recogió su obra poética de 1980 a 1985. En prosa destacan: Yage Letters (1963), en colaboración con Burroghs; Indian Journals (1970); The vision of the Rememberer (1974), y Journals (1977).
Allen Ginsberg estudió primero derecho y después literatura, en la Universidad Columbia de Nueva York. Ya como estudiante, fue distinguido con el prestigioso premio de lírica Woodbury. En sus poemas y como editor de una revista universitaria se puso de manifiesto que su vocación era romper con tabúes. Terminó la carrera y trabajó, primero, en el sector publicitario. Tras nuevos problemas mentales --anteriormente había experimentado visiones místicas que él calificaba como ``iluminaciones naturales, libres de cualquier estimulación mediante drogas''. Sin embargo, los estupefacientes dominarían su vida sólo después --, siguió el consejo de un psiquiatra que le sugirió deshacerse de todas las convenciones. Comenzó a viajar. En San Franciso se fue a vivir junto a Peter Orlovsky, calificó la relación de matrimonio y se dejó crecer el pelo y la barba hasta la infinidad.
Si en la década de los cincuenta Allen Ginsberg se erigió en padre de la beat generation, diez años más tarde se convirtió en líder de movimientos de liberación homosexual, experimentación con drogas diversas --especialmente el LSD-- y se lanzó en contra de la guerra de Vietnam y de los totalitarismos cubano, chino y soviético. Junto a Orlovsky viajó in extenso a los países del Lejano y Cercano Oriente, a Europa del Este y protagonizó una y otra vez incidentes que le aseguraron titulares de prensa espectaculares. En Cuba, donde protestó contra la represión a los homosexuales, fue expulsado fulminantemente del país, como en Checoslovaquia, donde miles de jóvenes lo habían proclamado en 1965 el ``rey de mayo''.
De regreso a Estados Unidos desarrolló el concepto del flower power (el poder de las flores), las protestas ingeniosas y pacíficas contra la guerra de Vietnam y el establishment consevador. Pero su admiración por las religiones y los mitos orientales lo volvieron más pacífico: en lugar de palabrotas usaba mantras.
Al final de su vida se convirtió en profesor, más sabio y dispuesto a lanzar ataques a diestra y siniesta: ``mis tiradas no destruyeron los lazos intelectuales entre la KGB y la CIA, no paré los ejércitos de la humanidad camino de la Tercera Guerra Mundial, no llegué al cielo o el nirvana... Nunca aprendí a morir''. Sus médicos le avisaron que le quedaban pocos días de vida. Dicen que lo tomó con calma y que antes de morir pidió que se hicieran en su nombre donaciones al Instituto Naropa (Universidad Budista, en Boulder, Colorado) que el poeta ayudó a fundar. Sus funerales serán privados.