La Jornada 7 de abril de 1997

LA CIENCIA EN LA CALLE Ť Luis González de Alba
Camille Paglia

Su estilo metralleta

A continuación encontrará el lector un resumen de la entrevista realizada por Free Inquiry a Camille Paglia, autora de los best-sellers Sexual Personae y Vamps and Tramps. Dice el autor que ``uno realmente no entrevista a Camille Paglia, uno le da un foro para expresar su libres opiniones soltadas en estilo metralleta sobre todos los temas que desea tratar. Lo que sigue es un ejemplo de primera sobre lo que podría llamarse su feminismo-al-rostro.'' Esta columna presenta a la polémica y brillante feminista sin entrecomillar porque a partir del siguiente párrafo queda entendido que todo es expresado por Paglia, excepto los paréntesis.

Los dogmas

Odio el dogma en cualquier forma. Lo odio en la iglesia Católica Romana, que es a quien dejé hace veinticinco años. Lo odio en el activismo gay y en el feminismo. El dogma se ha posesionado de los departamentos de humanidades en las escuelas de élite... La supresión del debate (entre las feministas) por el ala liberal ha movido a la nación entera (Estados Unidos) hacia la derecha. La gente sorprendida por el escobazo republicano simplemente no me ha oído. No sucedió a causa de alguna conspiración de la derecha; sucedió a causa del vacío espiritual de la izquierda.

Naturaleza y religión

Hay un ala entera del feminismo que insiste en que no existe diferencia entre macho y hembra, que somos exactamente lo mismo y que nos volvemos diferentes porque la sociedad nos moldea en una dirección o en otra. Gloria Steinem cree eso, por ejemplo. Hay otra ala del feminismo --la única que sí piensa en la naturaleza-- y sentimentaliza la naturaleza. La ve como una maravillosa figura de diosa que es toda buena... ¿Qué ha hecho el modernismo? Se volvió contra la religión organizada y no puso nada en su lugar, (pero) hay dos mil años de pensamiento desarrollado tras la cristiandad, hay tres mil años tras el judaísmo. Así que mejor Jehová que Foucault. Al menos Jehová nos entregó esa increíble obra, la Biblia. Qué gran colección de poesía... Foucault es un fraude, y es la dieta que alimenta a nuestros mejores chicos en las escuelas de élite... La izquierda es culpable por el atractivo de la derecha... Ustedes multiplicaron a Newt Gingrich... Lo peor en el mundo es decirle a alguien: --El mundo está vacío, el mundo no tiene sentido, ningunos ideales son posibles.--

Los nuevos cánones

La mayoría de las mujeres en la academia que pretenden ser feministas no lo son. No conocen la historia del feminismo. Nunca estudiaron historia, antropología, psicología, biología. Y por eso es que, con todos sus ataques al canon y a la tradición, crearon ellas un canon instantáneo y propio. Hablo como una feminista. Mi feminismo se ceba en el de Gloria Steinem. La mayoría de estas mujeres han dejado sus propias identidades culturales o étnicas o religiosas y se adhirieron al feminismo como una nueva religión. Por eso es que son absolutamente irracionales cuando tratas de argumentar con ellas. Han aceptado pasivamente ciertas verdades recibidas y no las han repensado. Se juntan en bandas y nunca escuchan a nadie fuera de su grupo.

El miedo masculino

Mi más notoria frase está en el primer capítulo de Sexual Personae: ``Si la civilización hubier sido dejada en manos femeninas, todavía estaríamos viviendo en cabañas de hierba.'' Sé que esta frase inflamará a esas mujeres que no leerían mi libro y saldrán en estampida en la dirección opuesta... Cuando entré al mundo del feminismo, todos esos maravillosos arquetipos de la historia mundial: la femme fatale, la medusa, la gorgona, se consideraban proyecciones alucinatorias del odio masculino. Y lo que hice fue recobrar los estereotipos y mostrar que contienen algo de terrible verdad acerca de las relaciones sexuales... Los hombres sí temen ser chupados de nuevo al vientre materno. No está claro cuánto puedan intimar los hombres con las mujeres sin que la masculinidad sea sofocada y acabada por el gran poder de las mujeres. Este es un profundo problema. Empecé a darme cuenta de que mucho del aparente dominio masculino era parte del modo en que los hombres se mantienen libres a sí mismos. La masculinidad es muy muy frágil. Los hombres van directamente del control por parte de sus madres al control por parte de sus esposas.... El feminismo no entiende la seducción que tienen las mujeres.

Y lesbiana

¡Me han llamado misógina! ¿Tiene esto algún sentido? Una que es abiertamente lesbiana. Algunas personas me llaman descuidadamente antifeminista. Gloria Steinem acaba de hacerlo otra vez en el New York Times. Eso es muy estúpido. Soy una feminista disidente que es una crítica del establishment feminista. Soy alguien que está tratando de reformar el feminismo, tanto como mi gran heroína, santa Teresa de Avila, que no trató de acabar el catolicismo, sino de reformarlo.

Carlos y los condones

Extraño que a Carlos Castillo Peraza le preocupe tanto la posibilidad teórica del drenaje tapado con condones. Tiene razón en un aspecto: no es recomendable echarlos al excusado, pues sí puede taparse a la larga. Pero en el edificio de oficinas donde estoy los drenajes se tapan cada dos o tres meses, no por los condones, sino por las toallas sanitarias que las secretarias arrojan a pesar de las prohibiciones escritas en los excusados. Y ya que Carlos jugó a apilar condones, apilemos toallas femeninas: Hay 50 millones de mexicanas, el 70 por ciento es menstruante: 35 millones, multiplicados por dos centímetros de ancho dan 700 kilómetros de alto, ¡cien montañas como el Popocatépetl... cada mes! En otro aspecto tiene razón: el látex no es biodegradable, pero eso no lo hace contaminar ``todo lo que toque'', como dice. Aquí más bien, oh padre Freud, Carlos Castillo pensó en lo que hay dentro de los condones usados, pero eso tampoco dura activo más de una hora y de todas formas se va al desagüe, sin condón, con el lavado vaginal post coitum (para ser elegante).Y no siempre acaba eso en el drenaje: hace poco entré a un vestidor de una tienda famosa y encontré el espejo opacado en un área que escurría hasta el piso, y otra vez en el Marco, museo de Monterrey, me asombró la abundancia norteña pegada a una puerta y acumulada en el piso. Parecía el producto de muchos competidores. En fin, eso da para otros cálculos que ahorraré a los lectores y lectoras.