Apareció ahorcado y con huellas de tortura un detenido en Naucalpan
Raúl Llanos Samaniego Ť A las 10 de la mañana del sábado pasado, Roberto Ordóñez Castañeda fue detenido por los tripulantes de la patrulla 1016 en la zona de Echegaray, en el municipio de Naucalpan, por cometer una falta administrativa. Fue remitido ante el juez calificador al Palacio de Justicia de esta localidad, pero nueve horas más tarde la familia fue informada que Roberto se había ahorcado.
La hermana de Roberto aseguró que fue víctima de tortura, ya que su cuerpo presenta severos golpes en la cabeza, tórax y antebrazos, así como desprendimiento de cabello y del lóbulo de la oreja.
Patricia Ordóñez Castañeda y el abogado Jorge de la Vega afirmaron ayer que las versiones del juez calificador, del Ministerio Público y del oficial de guardia --comúnmente conocido como llavero-- en torno a este caso son contradictorias; sostienen además que a pesar de haber solicitado el apoyo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México --que presidió hasta 1996 Mirelle Rocatti, hoy presidenta de la CNDH--, éste nunca llegó.
De acuerdo con los hechos, Roberto Ordóñez, de 38 años, fue presentado por los patrulleros ante el juez calificador, José Fausto Mercado Moguel, aproximadamente a las 10:30 de la mañana por ingerir bebidas alcohólicas en la calle.
Sin embargo, a las 19:00 horas sus familiares fueron notificados vía telefónica que Roberto se había suicidado. Al acudir al mencionado lugar se les precisó que el deceso había ocurrido a las 15:20 horas.
Los afectados añadieron que según el juez y el oficial de guardia, Ismael Urban Bautista, Roberto fue encerrado al momento de su remisión en la galera número uno, junto con otros 30 detenidos; ahí, de acuerdo con la versión de las autoridades, tuvo una pelea con otro sujeto por lo que se le aisló en la galera número tres, donde finalmente se habría ahorcado con su camisa.
Los familiares de Roberto afirman que al ver el cadáver éste presentaba señales que no son comunes después de una riña: tenía golpes contusos en la frente, en la sien, oídos, en el antebrazo y tórax, además de desprendimiento de cabello y del lóbulo de la oreja, ``como si lo hubieran torturado. No tenía lesiones en la cara, ni en la boca o la nariz, como sería peculiar de una pelea'', afirmó el abogado.
Los denunciantes señalaron que en el Palacio de Justicia de Naucalpan se les negó copia del informe de la necropsia practicada a Roberto, además de que no existe ningún certificado del médico de guardia en el juzgado calificador, a pesar de que en dos ocasiones fue enviado a esa área.
De la Vega dijo que posteriormente se dirigió con el Ministerio Público adscrito a ese centro de justicia, Fernando Morales Trujillo, a quien se le pidió que se hiciera rendir su declaración a los detenidos en la galera número uno y a los elementos de guardia para conocer la verdad de los hechos; sin embargo, la respuesta fue que no se podía interrogar a todos porque iban ``a decir lo mismo''.
De igual manera, se les dijo que la persona con la cual se peleó Roberto ``ya quedó en libertad''. De la camisa con la que se ahorcó se dice que tenía manga larga, otros decían que eran mangas cortas, unos decían un color, otros lo variaban, pero hasta ahora la ropa no se les ha entregado.
De la Vega precisó que ante la serie de irregularidades detectadas en este caso, el sábado se solicitó el apoyo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México para que investigara los hechos y enviara un médico legista que hiciera un dictamen de las lesiones que presenta el cuerpo. Al establecer contacto con Raymundo Gómez Martínez, abogado de guardia de la CDHEM, les dijo que hablaran el domingo para atender su petición; así lo hizo y sin embargo el apoyo ha sido nulo.
Patricia Ordóñez manifestó que el cuerpo de su hermano permanece en el Semefo de Naucalpan en espera de que llegue un médico legista de la Comisión de Derechos Humanos para que dé fe de las lesiones y así se pueda comprobar que fue víctima de tortura.