Ernesto Zedillo, los reyes de España y tres premios Nobel, en la inauguración
Rosa Elvira Vargas y Angélica Abelleyra, enviadas, Zacatecas, Zac., 6 de abril Ť Con un amplio despliegue informativo --dos cadenas de televisión y una de radio transmitirán desde aquí sus informativos-- y la reiterada promesa de que en los próximos días los medios de comunicación no serán quemados en leña verde por el uso que dan al español, mañana empieza aquí el primer Congreso Internacional de la Lengua Española. Así, Zacatecas podrá decir que extendió un año más sus festejos por los cuatro siglos y medio de su fundación.
Y lo hará con alfombra roja para los reyes de España, los premios Nobel que escriben en español y numerosos lingüistas, escritores, periodistas, empresarios y estudiosos del cuarto idioma que más se habla en el mundo.
Pero como toda visita, ésta también cuesta. Entre regalos a Juan Carlos I y Sofía --tapetes hilados a mano y escudos de Zacatecas y de la corona española en plata-- así como otros recuerdos (souvenirs, dirían los franceses) en ese metal para los participantes, se estima que el gobierno local ha gastado alrededor de 50 mil pesos. Todo esto sin contar los gastos para traer, alojar y alimentar a invitados especiales, observadores, ponentes, comunicadores y demás, donde, ciertamente, también se utiliza parte del presupuesto de la Secretaría de Educación Pública.
La prensa que cubrirá las diversas fases del congreso tampoco es gasto menor: hay tres salas para reporteros instaladas en diferentes puntos de la ciudad; una para españoles, otra para mexicanos de la fuente presidencial y una más para quienes estarán aquí toda la semana dando testimonio del encuentro.
Se trata pues, como dirían las crónicas de sociales, de una fastuosa reunión a la que Zacatecas ofrece su belleza colonial como escenario y la amabilidad de su gente, feliz porque tendrá la visita de los reyes españoles.
Estos, por cierto, arribarán por la mañana con el presidente Ernesto Zedillo, y al mediodía inaugurarán el congreso en el ex templo de San Agustín. El programa marca palabras de bienvenida del gobernador Arturo Romo, y después mensajes de los premios Nobel de Literatura --en ese orden-- Gabriel García Márquez, Camilo José Cela y Octavio Paz (él, a través de un mensaje videograbado). Luego intervendrá el rey Juan Carlos y por último el Presidente. También se cancelará una estampilla alusiva a la ocasión. Por la tarde se presentará el Indice de mexicanismos.
Luego, y antes de partir a Estados Unidos, los reyes y el presidente Zedillo almorzarán en el ex convento de San Francisco y quizá recorran la ciudad.
Con premura pero amable, don Santiago de Mora-Figueroa, marqués de Tamarón y director del Instituto Cervantes, se detiene para explicar la dimensión que alcanza el congreso, no sólo por los aquí reunidos, sino por la discusión que entablarán periodistas y lingüistas sobre el uso que los primeros dan al español en la prensa, la radio, la televisión y el cine, así como en la aplicación correcta o no del idioma a las nuevas tecnologías de comunicación.
Entusiasmado con ese objetivo, el marqués de Tamarón primero dice esperar, y luego corrige asegurando que este congreso no será un tribunal de la inquisición para los medios de comunicación porque, ``no tendría sentido emitir juicios de valor'' cuando en realidad de lo que se trata es que unos y otros, periodistas y estudiosos de la lengua, conozcan más la influencia que ejercen sobre el lenguaje y los cambios que éste ha tenido en los últimos años.
Por ahí, el director del Instituto Cervantes habla de la publicación, a fines de año, de una nueva edición del Quijote, pero, paradójicamente, basada en las primeras versiones que de la obra cumbre del español hiciera su autor.
Menciona que el profesor Francisco Rico tiene entre tres y cuatro años trabajando esta edición. Aunque no existen los manuscritos de Cervantes, se sabe que éste hizo varias correcciones a la novela y esta reedición sería entonces el texto considerado más fiel a la versión original.
La tarde de este domingo, en un vuelo que salió demorado casi una hora del Distrito Federal, llegó Camilo José Cela. En permanente uso de la palabra, apenas arribó al hotel Quinta Real, dio una entrevista en el vestíbulo (lobby, en inglés) donde sentenció la vitalidad del español diciendo que sólo este idioma tiene vivos a tres premios Nobel. Irónico como es, negó pronunciar nombres de escritores de esta lengua que son merecedores de ese galardón porque, dijo, ofendería a cualquiera que dejara fuera de la lista. Sin embargo, cuando se le preguntó a cuál autor es más asiduo actualmente, respondió: ``A Quevedo, a ver si aprendo algo...''
Reiteró entonces que el español es una de las lenguas fuertes del mundo. ``No hay quien pueda con ella''. De hecho, aseguró que dentro de mil o 2 mil 500 años más, sólo habrá lenguas en el mundo, el inglés, el español, el árabe y el chino, porque las demás pasarán a ser meramente familiares. Indicó que la incorporación del nuevo lenguaje tecnológico ``no sirve para nada, desaparece con la tecnología; lo que importa es la lengua que habla el pueblo y que se refleja en la literatura. Lo otro, no tiene la mayor importancia''.
En opinión del escritor, la prensa tanto en América como en España, ``escribe bastante bien'' aunque quizá no tanto la televisión, aunque ambas, desde luego, ``mejor que los políticos''. Más tarde Carlos Monsiváis diría algo parecido al señalar que después de escuchar hablar a los políticos se antoja más leer para no parecérseles.
Camilo José Cela apuntó además que el escritor que crea que va a arreglar el mundo con un libro de versos es un pobre tonto, porque el objetivo del libro es crear vaga y amena literatura. ``Yo seguiré escribiendo hasta que no tenga nada que escribir'', afirmó.
El congreso inició de hecho esta noche con la apertura de la exposición Pelo y pluma, de Alberto Gironella, que consta de 25 piezas, entre ellas retratos de escritores de México y España. En el museo Francisco Goitia, entre el triunfo de la imagen sobre la palabra (Ana Colchero en primera fila porque nadie reconoció a Eulalio Ferrer y lo dejaron en la última), el pintor también se mostró:
¿Por qué el género del retrato?, interrogó un reportero español de La Vanguardia, seguramente sin idea de la trayectoria de Gironella.
``¿Y por qué no? ¿Quiere que pinte flores? Si sigue con esas preguntas pendejas, usted va a acabar en el cementerio y yo en la comisaría''.
¿De qué manera la literatura y el lenguaje han enriquecido su trabajo con las imágenes?, interrogó un colega regiomontano.
``Esa pregunta es muy mamona. No la contesto'', reviró Gironella y prefirió hablar sobre el origen goyesco que tienen las imágenes de La Paca y María Bernal, así como la naturaleza shakesperiana de las calaveras y cráneos que ilustran de tan buen modo nuestra vida nacional actual.
Así las cosas, entre reporteros que chacotean (hacen bromas, en español) sobre su peculiar jerga y que se preguntan si términos como ``cosecha'', ``chacaleo'' y ``chayo'' vendrán en el Indice de mexicanismos, transcurre la víspera del primer Congreso Internacional de la Lengua Española.