Mexicano, uno de cada cuatro hispanohablantes, señala
Elena Gallegos, Rosa Elvira Vargas y Angélica Abelleyra, enviadas, Zacatecas, 7 de abril Ť El diálogo es entendimiento y respeto; conciliación y reconciliación, y debe ser la base de nuestra convivencia social, política y cultural, dijo aquí el presidente Ernesto Zedillo. Hizo luego un llamado a promover el respeto del español, la lengua que hermana en la paz a la comunidad iberoamericana, y refrendó el compromiso de su gobierno de proteger y alentar el cultivo de las lenguas indígenas.
En San Agustín, justo en la nave de lo que fuera el templo, y durante la ceremonia en la que se inauguró el Primer Congreso Internacional de la Lengua Española, el presidente de México y el rey Juan Carlos de España coincidieron en subrayar la importancia del papel de los medios de comunicación en la defensa y promoción del idioma.
Sobre los medios, a los que calificó como una de las principales fuentes de renovación del idioma y de extensión veloz de las novedades, el rey dijo: ``junto con la información veraz, presidida por las ideas de libertad y de justicia, el cuidado de la lengua debe ser una de sus más deseables metas''.
``Ante reconocidos intelectuales, académicos y comunicadores, el presidente -el primero en tomar la palabra- señaló que la lengua universal, vigorosa y palpitante de Cervantes, sor Juana, Borges, Darío, Cortázar, Neruda, Machado y Rulfo, es la lengua de nuestro mestizaje, de nuestras libertades, y con la que hoy nuestros pueblos están construyendo una sólida democracia, con la que manifiestan sus legítimas aspiraciones de equidad y con la que demandan un futuro de bienestar y justicia.
En español, siguió, hemos construido nuestras instituciones nacionales, nuestra historia y literatura. En español se ha expresado la grandeza de Iberoamérica''.
El presidente quiso abundar sobre los motivos que llevaron a México a auspiciar el encuentro que sostendrán lingüistas, poetas y periodistas hasta el próximo viernes: ``nos ha animado la responsabilidad de que en nuestro país se origina hoy la comunidad hispanohablante más numerosa del mundo -de un total de 400 millones, casi 100 son mexicanos-, y nos anima, sobre todo, que el español sea la lengua de nuestra unidad nacional en un marco de vigorosa pluralidad cultural y étnica''.
Después de recordar cuando como secretario de Educación viajó a Sevilla en 1992 para ofrecer a México como sede, el jefe del Ejecutivo resaltó la importancia de deliberar sobre el español. ``Los mexicanos queremos que siga siendo una lengua construida entre todos. Una lengua que nos hermane en la paz y la mutua comprensión''.
Fue entonces cuando aludió al papel de los medios: ``compartimos la certeza de que en nuestro tiempo la educación y los medios de comunicación tienen la alta responsabilidad de defender la unidad básica de la lengua que nos identifica, así como promover el respeto por las variantes nacionales y regionales''.
Siguieron a su intervención las palabras de tres premios Nobel: Gabriel García Márquez, José Camilo Cela y Octavio Paz. Luego el rey señaló que ellos son vivo ejemplo de la nueva Edad de Oro que vive la literatura española. Al agradecer los auspicios de México, precisó que este país ``tierra de nuestra historia común, es un privilegiado punto de partida para un compromiso de preocupación y de cuidado del idioma''.
``La lengua española -insistió como a la postre lo hicieron todos-, es el gran vínculo de unión de nuestros pueblos, es nuestro mejor bien, y su preservación es responsabilidad de todos los miembros de nuestra comunidad.
Al igual que lo hiciera Zedillo, Juan Carlos I de España convino en que un nuevo territorio para la lengua puede ser el de la terminología de los avances técnicos, por lo que pidió tener especial cuidado en este terreno. Al final, Presidente y rey cancelaron un timbre postal conmemorativo de la ocasión.