La Jornada 10 de abril de 1997

En su gira por Iztapalapa, el presidente Zedillo condujo un trolebús en una estación de depósito. Al continuar sus campañas, Cuauhtémoc Cárdenas visitó el hospital Rubén Leñero, mientras Alfredo del Mazo realizó un acto en la delegación Alvaro Obregón y Carlos Castillo Peraza se reunió con vecinos de la colonia Del Valle

Elena Gallegos y Raúl Llanos Ť Frente al enojo de los habitantes de estos pobres barrios de Iztapalapa, asolados por pillos y vividores --¡que los cuelguen!, vociferó una mujer--, Ernesto Zedillo defendió su decisión de sustituir por soldados a los policías y pidió a los candidatos a puestos de elección popular que ``no critiquen simplemente por criticar'' a las autoridades: ``antes de opinar, primero hablen con la gente, conozcan sus problemas''.

Ayer en Iztapalapa parecía que no había sino lamentos, reclamos, quejas y más quejas. Ahora, por el lodazal y la porquería. Más adelante por los baches, los olores, los descuidos, los olvidos. Y, siempre, por los graves problemas de inseguridad. ¡El colmo!, a su paso, el Presidente recibió denuncias hasta de distribución de coca. Las siete plagas.

El mismo Zedillo calificó la polémica medida --de enviar a todos los policías de Iztapalapa a un curso de entrenamiento-- como ``muy drástica'', pero señaló que ante el ``doloroso'' problema de criminalidad no había lugar para acciones ``tibias''.

Le explicó a la gente que ahorita los soldados que hacen funciones de policías son eso... policías, ``no son Ejército'' y que esperaba que los remplazados aprendieran ``a ser honestos''.

``¡¿Piensan ustedes que tomé la decisión correcta?!'', les preguntó a los de Iztapalapa. A coro le respondieron: ``¡Síííí!'' Se le iluminó la cara. Ya, en confianza, les comentó: ``Que bueno que me lo dicen porque después de que tomamos esta decisión empezaron a criticarnos. Lo hacen porque no viven aquí, porque no escuchan al pueblo antes de hablar... Ahora, con lo que ustedes me han dicho, estoy seguro que tomé una medida correcta''. Fue así como el discurso se convirtió en un intercambio con el auditorio que aguerrido y poco a poco, de mucho mejor humor, aprovechó para desahogar su letanía de carencias. Zedillo siguió: ``Esto me da la oportunidad para desde aquí hacer un exhorto a los candidatos a puestos de elección popular, a los que como Presidente respeto por igual y me gusta respetarlos, a que antes de opinar conozcan los problemas...''

Habló enseguida de la crítica. Dijo que él le da la bienvenida, que le sirve mucho, pero que le puede servir más cuando está fundada en hechos, en el ánimo de construir y, sobre todo, de servir a la gente resolviendo sus problemas. Pero las intervenciones de la gente no cesaban. Por ahí alguien le dijo que era tal la delincuencia que ya no se respetaban ni las escuelas. Con molestia, se aludió al caso de la Lázaro Cárdenas. Zedillo meneó la cabeza: ``Es penoso y vergonzoso que esto suceda. Quienes han incurrido en esa agresión merecen no sólo la condena social sino el castigo de la ley''.

``¡Que los cuelguen... que los cuelguen!'', tronó en voz de una mujer la rabia de los vecinos. Zedillo la contuvo: ``¡No, no, no. No tanto, para eso están las cárceles, señora!''

No a la mentira y a la demagogia

Unos minutos antes de su encuentro con los vecinos, ahí mismo en La Purísima, el presidente había inaugurado una planta purificadora de agua. Escuchó con atención la explicación que le dieron del proceso. Vio el líquido verde del agua sulfurada que llega a la zona y en otro recipiente el líquido ya tratado. Del primero dijo con un gesto de asco: ``Qué mal huele''. En cuanto al segundo, hasta un traguito le dio. Entre risas le preguntó al regente Oscar Espinosa: ``No quieres un poco''. Antes de que respondiera, jugueteó señalando el agua sulfurada: ``Pero de aquél''.

Cuando salió a la calle para caminar unos pasos hasta el sitio donde había sido ubicado el templete para su encuentro con los vecinos, la gente se le abalanzó y, sin tregua alguna, comenzó con su rosario de quejas. Mercedes Hernández, entre disculpas le contó de lo mal que huelen las calles porque siempre que llueve se desborda el drenaje y la gente tiene que vivir entre la suciedad.

``¡Dispénseme, dispénseme'', le decía y le soltaba otra queja. El la reconvino: ``Ustedes no tienen que pedir perdón. No se queden callados. Están en todo su derecho de exigir''.

Mercedes se sinceró: ``Hoy está usted viendo las calles decentes porque las limpiaron para su visita... pero si no es por eso el olor sería insoportable''. ``¡Ahhh! --exclamó el Presidente--, así es que sólo las arreglaron porque vine... A ver, Oscar, si me invitas más seguido'', se dirigió al regente, al que después le pediría se hiciera una investigación muy a fondo de lo que ocurre con el drenaje, ``no vayan a ser los cárcamos''. El pobre delegado, Jaime Aguilar Alvarez, no vio una.

Por eso, ya en el acto, Zedillo enumeró todos los reclamos que había recibido. Les dijo que muchos de los problemas eran viejos y que no les iba a ofrecer soluciones milagrosas; ``yo no voy a venir aquí como un político demagogo... sería yo mentiroso y lo único que quiero que se me reconozca, por lo menos, es que he tratado de jamás mentirle a la gente''.

``¡Zedillo, Zedillo, aquí te queremos!'', se emocionaron y él les contestó: ``En otros lados más o menos también''.

Antes, había hablado del proceso electoral que vivirá la ciudad de México y refrendó su convicción de que sus habitantes darán durante la jornada una muestra de civilidad. También reiteró que el gobierno trabajará para todos, con independencia de sus afinidades o militancias políticas.

Cuando ya se iba, aquella mujer que le había gritado que colgaran a los bandidos y violadores, se le acercó y le murmuró casi al oído: ``Acá entre nos, que los capen, señor, que los capen''. ``¡Noooo!, que no la oigan los periodistas''.

Miró entonces a Renato Dávalos y, otra vez en la broma, quiso saber: ``¿Escuchaste?'' ``Sí'', aceptó el informador. ``Borra eso... censura, censura'', y se fue a seguir su recorrido en esta populosa Iztapalapa, en la que, por si faltaran demandas, unos priístas le pidieron que apoyara a su candidato a diputado: ``¡¿Cómo..?!, hablen con Roque''.


Alberto Nájar Ť Ante estudiantes de la Universidad Iberoamericana, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano reiteró su exigencia de que el presidente del Partido Acción Nacional pruebe que su patrimonio es producto de acciones indebidas. Y si lo hace, ofreció, ``ahí terminaría mi candidatura''.

Dijo que no está interesado en debatir ``con fuerzas sin representación, porque no serviría de nada'', y propuso reconstruir las organizaciones sociales que fueron destruidas durante el sexenio salinista para resolver, junto con las nuevas autoridades, los problemas más apremiantes de la ciudad.

Cárdenas se encontró con un auditorio abarrotado por mil 500 personas, en contraste con la sesión anterior encabezada por el panista Carlos Castillo Peraza, quien llenó poco más de la mitad del recinto, que tiene capacidad para mil asistentes.

Pese a la cálida bienvenida que le brindaron, los estudiantes fueron muy críticos con el candidato, a quien cuestionaron severamente su pasada militancia priísta y la administración que encabezó en Michoacán. Un alumno de ciencias políticas preguntó la razón de los ataques a otros candidatos y otra más se refirió a la polémica respecto de su fortuna personal.

Cárdenas negó que su campaña se base en la descalificación de sus oponentes, porque ``el desprestigio ya lo traen ellos'' al hacer pactos secretos con Carlos Salinas de Gortari y hasta permitir que un distinguido miembro de su organización participe en el gabinete del presidente Ernesto Zedillo. De la gestión de Antonio Lozano Gracia ``nada más supimos el asunto de La Paca'', ironizó.

Luego se refirió a las acusaciones del presidente panista Felipe Calderón: ``No voy a entrar en esta polémica. Si el señor cree que tengo bienes ilícitos, que presente las pruebas y ahí terminaría mi candidatura. Así de sencillo''.

A pregunta expresa, el perredista reconoció que no está interesado en debatir con fuerzas que carecen de representación, y por esa causa invitó inicialmente a sus contendientes del PRI y el PAN. Sin embargo, dijo, ``nadie es dueño de los ocho candidatos; no necesitan permiso del PRD'' para debatir.

Cárdenas Solórzano reconoció que el camino de la transición ha resultado más largo de lo que se esperaba, y no obstante se logró una toma de conciencia en sectores cada vez más amplios de la sociedad. En ese sentido, propuso la restructuración de las organizaciones sociales virtualmente destruidas durante el sexenio salinista, y a partir de este tejido social solucionar junto con las nuevas autoridades los problemas más apremiantes de la ciudad, pero sin interferir con la vida interna de estos grupos.

En los comicios del Distrito Federal, señaló, está en juego ``el rumbo que tome la transformación de la nación entera'' a partir de la forma como se efectúen las elecciones. ``En el PRD queremos confiar en que habrá rectitud y transparencia. Será bueno saberlo ahora, en julio, y no tener que esperar hasta el año 2000''.

Por la mañana Cárdenas visitó el hospital Rubén Leñero y constató los problemas que provoca la falta de atención de las autoridades. Por los pasillos descascarados, entre paredes sucias y hoyos en los techos, recibió el saludo de los enfermos que pudieron hacerlo, y conoció el desabasto de medicinas que en promedio es de 50 por ciento.

En mitin posterior ante la Asamblea de Barrios, se comprometió a otorgar los recursos necesarios para la atención de los servicios de salud a partir de una distribución más equitativa del presupuesto. Para corregir las deficiencias del Leñero, dijo, ``basta con el aguinaldo de uno o dos delegados políticos''.


Víctor Ballinas Ť Aun con la ausencia de Fidel Velázquez, Alfredo del Mazo fue recibido como en su casa y entre amigos en la Confederación de Trabajadores de México. Joaquín Gamboa Pascoe, líder de la Federación de Trabajadores del Distrito Federal, prometió: los obreros están en el PRI porque allí encuentran respuesta a sus demandas.

Más de 400 sindicatos de la ciudad aglutina la federación, que representa a 700 mil trabajadores lidereados por Gamboa Pascoe, viejo amigo de Del Mazo.

Allí, en la poderosa CTM, Del Mazo escuchó de sus amigos lo que quería que le dijeran: ``El sector obrero está en el PRI, porque allí encontramos la contestación a nuestras demandas. A nadie se le engaña: la CTM pertenece al PRI, así está en sus estatutos''.

La CTM y la Federación de Trabajadores del Distrito Federal ``no cuentan con el voto corporativo. Hay libertad de decisión, pero a los trabajadores se les orienta, se les explica dónde están mejor garantizados sus derechos'', explicó Gamboa Pascoe.

Perdedor de la senaduría del Distrito Federal en 1988 frente a Porfirio Muñoz Ledo, Gamboa Pascoe no figura en listas desde entonces para puestos de elección, pues cedió su lugar a su hijo. Ayer este importante constructor de casas del Infonavit por parte del sector obrero, dijo a Del Mazo que un importante número de los trabajadores del Distrito Federal vota por el PRI.

La CTM y la federación han intensificado su labor de orientación al trabajador; se hace de manera constante, pero se refuerza en etapas electorales, dijo. Se le explica ``dónde están mejor representados sus derechos: Si con la derecha, representada por los patrones que han votado contra los trabajadores, como la creación del Infonavit; o con la izquierda, cuyos representantes buscan lo que no obtuvieron en el PRI''.

Rodeado de los dirigentes de los principales sindicatos de la ciudad, el candidato priísta al gobierno capitalino escuchó que la CTM, la que dirige Fidel Velázquez --su amigo y se dice que su protector--, trabaja en una lucha sin cuartel, de manera acendrada, para garantizarle el voto obrero.

Gamboa Pascoe le dijo a Del Mazo: ``Con usted tenemos una liga de afecto. Tiene usted identificación con las necesidades de los trabajadores, tiene experiencia y convicción. Sabemos lo que usted vale, y en la CTM no hay más línea que la del PRI. Aquí recibimos al amigo, es usted retebien recibido.

``Tenemos que luchar en forma muy decidida en esta campaña porque está en juego la libertad del movimiento obrero como tal: el impulso al sindicalismo y el respeto a las conquistas del movimiento obrero''.

Al escuchar el reiterado apoyo del sector, el segundo en importancia en nutrir de votos al PRI, Del Mazo prometió:

``Me comprometo, ante esta adhesión tan contundente de la Federación de Trabajadores del Distrito Federal, a luchar por más y mejores salarios, a luchar por más y mejor capacidad del salario en la capital del país''.

Luego se comprometió a una lucha fuerte para lograr incrementos importantes en los salarios mínimo y contractuales, ``pues me parece vital que el gobernador del Distrito Federal en su momento, y jefe de gobierno, luche del brazo de los trabajadores para impulsar los incrementos salariales''.

Destacó que está en favor de la transformación de las instituciones sociales como el Infonavit o el Seguro Social.

Antes, al término de la reunión que sostuvo con el delegado de Alvaro Obregón, Manuel Díaz Infante, Del Mazo dijo en conferencia que el líder del PAN, en sus dichos del domingo, ``no ha aportado ninguna prueba, está atacando sin elementos; esto es muy importante''.

Esta situación, agregó, no afecta el debate, e hizo un llamado a los partidos a mantener una campaña de altura que dignifique a los partidos y a la ciudadanía.

Acerca de su declaración patrimonial dijo: ``No podemos estar sujetos al momento que el señor presidente del PAN nos lo esté demandando. No existe en este sentido un fundamento legal para ello. Existe la voluntad, en este caso la mía, para hacer totalmente transparente mi patrimonio, pues no tenemos nada que ocultar. Valdría la pena que predicaran con el ejemplo''.


Alonso Urrutia Ť El candidato panista a jefe de gobierno de la ciudad, Carlos Castillo Peraza, sostuvo que los gobiernos priístas han impuesto una ``noción equivocada y perversa'' de la participación social, que ha hecho impotente al Estado y atrofiado a la sociedad.

Ante estudiantes de la Universidad Simón Bolívar, el panista consideró que ``hay que rehacer el país'', transformar las ideas e impusar una revolución cultural de conceptos sobre el Estado, el poder, la política, la muerte misma.

Encuentro más sosegado que el de la víspera, donde Castillo Peraza aludió al escándalo de la presunta corrupción de sus contendientes: ``No van a esperar mucho tiem- po antes de que haga público no sé si mis bienes o mis males, pero es lo que tengo''.

Confeso como un político ajeno a la encuestocracia, Castillo Peraza sostuvo más tarde en una comida con panistas y vecinos de la colonia Del Valle que ``la ventaja de Cuauhtémoc Cárdenas --ser más conocido-- es también su desventaja, porque ya no tiene para dónde crecer. Y mi desventaja --que soy menos conocido-- es mi ventaja, porque tenemos para dónde crecer''.

Reunido en el corazón de la zona panista, el candidato festinó los últimos sondeos en los que aventaja al perredista: ``En algunos días hemos logrado alcanzar la desventaja que teníamos después de que Cárdenas estuvo diez años en campaña''.

Por la mañana, ante universitarios, dijo que en México ha habido una confusión originada por esa inspiración totalitaria que asocia lo público solamente con lo estatal, como si lo público sólo pudiera ser eso que es propiedad del Estado.

Expuso que uno de los mayores males del país es haber convertido al Estado en el responsable de todo lo que se debe hacer, en el sustituto de responsabilidades sociales, lo que generó un Estado impotente para cumplir con todo y atrofió a la sociedad para asumir sus propias responsabilidades.

Por años se padeció un gobierno que ``imponía su voluntad y refrendaba su imposición a través del fraude electoral o cuando menos de la irregularidad electoral, y que hizo de la participación una noción equivocada si no es que perversa''.

Dijo que en el país se ha desarrollado una concepción de la política ``que se ha metido y ¡de qué manera! no con, (sino) contra todos los mexicanos''.

Interrogado sobre el papel de Antonio Lozano al frente de la Procuraduría General de la República, dijo que se tendrían que poner las cosas en la balanza: ¿Qué procurador había metido a la cárcel al hermano del ex presidente?, ¿qué procurador llamó a comparecer a un ex presidente?

Del otro lado hay errores de conducción que no podemos negar, pero tampoco podemos sumarnos a la cargada de agresiones que hay publicitariamente contra el procurador.

En la colonia Del Valle dijo que, de ganar la elección, la nueva administración no podrá gobernar sola. ``Hay que prepararse para enfrentar conflictos artificiales o reales''.

Volvió a arremeter contra el PRI, nacido en 1929, año en que se arrebató la democracia a los capitalinos. ``No soy astrólogo, pero espero que el 6 de julio se confirme el acta de defunción del PRI y de la falta de democracia en la ciudad''.

El panista habló de la necesidad de enfrentar el problema de la seguridad no sólo en los aspectos policiacos, sino también en su origen económico y social.

``Ni siquiera para la teología moral el ladrón que roba por hambre es un pecador''. Dijo que los niveles de pobreza alcanzan a 40 millones de personas, y 17 millones se encuentran en la pobreza extrema, en aquella ``en la que si no cambian las condiciones económicas y sociales no se puede salir de ella. La pobreza sólo es virtud cuando se elige, no cuando se impone, porque eso es injusticia''.

Afirmó que su campaña no se efectuaría en las zonas medias donde el partido está consolidado, sino en las zonas populares, ``donde el PAN no ha entrado y hay que partir de cero''.

Habló de lo injusto que sería que se le heredara al Distrito Federal una deuda no contraída por sí misma y que se le obligara a cargar con esa responsabilidad antes de poder abrirse paso como nueva entidad.