La Jornada 11 de abril de 1997

Buscan editores respaldo para su proyecto de ley del libro

Rosa Elvira Vargas y Angélica Abelleyra, enviadas, Zacatecas, Zac., 10 de abril Ť En la búsqueda de que el libro sea un bien de orden público e interés social, democratizar su difusión y eliminar los gravámenes que llegan a significar hasta el 50 por ciento de su costo, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) expuso su proyecto de iniciativa de Ley General del Libro, que desde octubre del año pasado turnó a la Cámara de Diputados y para la que espera apoyo en el encuentro de lingüistas que tiene lugar en esta ciudad.

Jorge Velasco Félix, dirigente de los editores, expuso los pormenores del precepto así como los pasos que han dado los libreros para que la referida ley se apruebe en el Congreso de la Unión. Se incluyen entrevistas con el presidente Ernesto Zedillo y los secretarios de Educación Pública, Comercio y Fomento Industrial y Hacienda y Crédito Público.

Sin embargo, Velasco Félix sostuvo la idea de que los editores privados se encarguen de elaborar el libro de texto gratuito a través de un proceso ``paulatino''.

Con seis capítulos, 24 artículos y cinco transitorios, la iniciativa de Ley del Libro refiere en su introducción el objetivo de estimular y proteger, con el ordenamiento, la creación intelectual y fomentar el hábito de la lectura. Además, establecer una política gubernamental que impulse el crecimiento y desarrollo de toda la cadena productiva, de la que la industria editora de libros forma parte.

En entrevista previa, Velasco Félix había aportado algunos datos: en 1996, dijo, se imprimieron y distribuyeron en México mil millones de ejemplares de periódicos, 750 millones de revistas y 240 millones de libros. Asimismo, el consumo per cápita de libros es similar al de Argentina, Colombia y Brasil, con casi tres ejemplares por habitante al mes. La meta, dijo, es que se lea un libro al mes por habitante, como ocurre en Alemania.

Con la aprobación del precepto, aseguran los editores, se darían las condiciones para atraer mayor capital privado a la elaboración de libros y sus artículos protegerían al libro editado y producido en México sin importar la nacionalidad del autor.

Otro elemento que destaca en la iniciativa es el de considerar como autor al traductor, al compilador y a quien extracta o adapta obras originales, así como al ilustrador y al fotógrafo.

De igual modo, considera como parte de la cadena productiva del libro --y por tanto sujeto a la ley-- a los editores, servicios editoriales, impresores, encuadernadores, distribuidores y librerías.

Por supuesto, parte destacada del precepto serían las medidas de política fiscal, donde se reiteran los estímulos en materia de impuestos sobre la renta y al valor agregado en favor de los autores y se establecen otros estímulos fiscales para todo el proceso de impresión de libros.

También se incluyen líneas de financiamiento y la desgravación a los insumos que se requieran para la edición y la maquinaria de impresión y encuadernación, lo mismo que tarifas preferenciales para la transportación a través de todos los medios.

El tercer capítulo de la iniciativa se refiere a las menciones en la página legal de los libros mexicanos y el cuarto trata de la creación del Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, a través de una partida especial derivada del Presupuesto de Egresos de la Federación, donaciones y legados para ese fin.

La ley cierra con el capítulo de sanciones para quienes desvíen de su uso original los estímulos que se otorgan a la industria editorial.

De aprobarse la iniciativa, en México se entendería legalmente por libro ``toda publicación unitaria no periódica, de carácter literario, artístico, científico, técnico, educativo, informativo o recreativo, impresa en cualquier soporte, cuya edición se haga en su totalidad de una sola vez en un volumen o a intervalos en varios volúmenes o fascículos. Comprenderá también los materiales complementarios en cualquier tipo de soporte, incluido el electrónico, que conformen conjuntamente con el libro, un todo unitario que no pueda comercializarse separadamente''.