Segregan y amenazan a reclusa violada
Pascual Salanueva Camargo Ť Greta Velázquez López, interna del Reclusorio Femenil Norte, señaló que fue violada el 28 de marzo por dos custodios y una pareja de reos y pese a haberlos denunciado oportunamente ante la Procuraduría de Justicia capitalina y la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, los culpables no han sido castigados. Ella, en cambio, fue amenazada por autoridades penitenciarias para que no difunda lo ocurrido.
Greta está recluida desde hace tiempo por robo. El 28 de marzo, alrededor de las 14 horas, una custodia le pidió que la acompañara al juzgado 35 en materia penal para una audiencia.
La procesada fue llevada a la rejilla de prácticas. Sin embargo, su vigilante, en lugar de quedarse a su lado, abandonó el lugar prometiéndole que volvería más tarde.
Minutos después los funcionarios judiciales dieron por concluida la diligencia. Greta aún estuvo 20 minutos aguardando a la custodia, para que la llevara de regreso al reclusorio, pero al no verla aparecer en ese lapso emprendió por su propio pie el retorno a su dormitorio. Greta se fue caminando por el túnel que comunica a los reclusorios Femenil y Varonil Norte con los juzgados del fuero común. Sin embargo, al avanzar vislumbró a dos internos que, al descubrirla, fueron hacia ella.
Al estar ante ella, ambos individuos la comenzaron a magrear y a intentar despojarla de sus ropas. Mientras hacía grandes esfuerzos por defenderse, al ver acercarse a un custodio le gritó pidiéndole auxilio.
El custodio apartó a Greta de los internos y, ante la sorpresa de ella, la comenzó a arrastrar a un lugar del túnel en donde estaba un viejo colchón. Enseguida la obligó a acostarse y, sin importarle sus súplicas, la violó y permitió que los otros dos reos que habían presenciado todo a distancia hicieran lo mismo.
Tras ser amenazada, el custodio y los internos permitieron que la mujer se fuera. Greta, sin dejar de llorar por la rabia e impotencia, siguió caminando a través del túnel. Y cuando estaba a punto de alcanzar la salida se encontró con un segundo custodio, al que le contó todo lo ocurrido, pero lo único que consiguió fue que también éste la violara.
Como pudo, Greta llegó finalmente al reclusorio y al encontrarse en su camino a algunas custodias les relató lo ocurrido. Por último, acudió ante la directora del penal, a la que volvió a contar las humillaciones de que había sido objeto.
Sin embargo, lo único que sacó de todo eso fue que la segregaran en una celda especial por más de 100 horas. Dos días después de haber abandonado la celda se presentó ante la jefa de custodia Irene Bediam, ante la cual identificó al último de los custodios que la habían violado, lo que le costó que nuevamente fuera aislada en el área de ingreso.
Ese mismo 3 de abril, alrededor de la medianoche, Greta fue conducida al servicio médico del reclusorio. El médico que estaba de guardia levantó el examen médico correspondiente y le ``sugirió'' que dijera que ``usted se entregó por su voluntad'', y como Greta se negara fue segregada otra vez.
Al salir de su segregación, Greta se presentó ante la 49 agencia investigadora de Atención de Delitos Sexuales, lo que le valió que a partir de entonces esté siempre cerca de ella alguna custodia para escuchar sus conversaciones, incluso hasta cuando habla por teléfono. Además, presentó una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal; no obstante, sus agresores continúan sin ser castigados.