Zedillo: superada, la lucha por la propiedad de la tierra
Elena Gallegos, enviada, Ayoxuxtla, Pue., 10 de abril Ť Durante la conmemoración del 78 aniversario de la muerte de Emiliano Zapata y a unos metros del sitio donde el Caudillo del Sur promulgó el Plan de Ayala, el presidente Ernesto Zedillo señaló que como el latifundio ya no existe --``si hubiera alguno, con la ley lo disolveríamos''-- y la lucha entre las formas de propiedad de la tierra ya se superó, ahora los enemigos a vencer en el campo son el minifundio, la descapitalización, la inseguridad en los derechos y la pobreza.
Más tarde sostuvo que existe la determinación de no permitir, nunca más, que el desarrollo nacional se dé a costa de la pobreza de los campesinos. Aseguró que ya es tiempo de vencer, de una vez por todas, las trabas y las injusticias que han limitado nuestras posibilidades de producir más y mejor en el campo; ``acelerar la justicia agraria es uno de nuestros principales compromisos'', afirmó.
Herido en el enfrentamiento entre granaderos y miembros de
la UCD que intentaban llegar a la Secretaría de Gobernación.
Foto: Duilio Rodríguez
Acompañado por el gobernador de Puebla, Manuel Bartlett Díaz; los secretarios de Desarrollo Social, Carlos Rojas; Educación Pública, Miguel Limón Rojas; Reforma Agraria, Arturo Warman, y Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Francisco Labastida Ochoa, así como por la dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Beatriz Paredes, el presidente Zedillo habló ante campesinos de todos los rincones del estado, llevados al acto por la Liga de Comunidades Agrarias.
Luego visitó el museo instalado en el lugar donde se promulgó y firmó el Plan de Ayala --en su discurso, la dirigente Paredes incluyó la frase con la que Zapata arengó a su gente para que lo suscribiera: ``Esos que no tengan miedo, que pasen a firmar''-- y finalmente montó una guardia de honor en el monumento erigido en recuerdo del revolucionario del sur.
Desde muy temprano, hombres y mujeres de la CNC comenzaron a llegar a la pequeña plazoleta de este pueblo de la zona serrana. Entre los picos del Piztilihuic, el Coautotola, el Tlacomalco y el Cihuiapile --así los nombra la gente--, se asienta Ayoxuxtla. No es la primera vez que se recuerda aquí en un acto oficial a Zapata. Ya lo hizo José López Portillo.
En aquella ocasión se inauguró el museo que hoy visitó el Presidente, en el que se guarda un horcón de la choza en la que se promulgó el plan, la mesa y la silla que utilizó Zapata, algunas actas de restitución de tierras, fotos en sepia de los zapatistas y una colección de recuerdos de algunos de los lugartenientes del jefe suriano. Por ejemplo, en una plaquita se asienta que uno de ellos, Francisco Mercado, contó que cuando el general lo invitó a formar parte de su Estado Mayor, sólo le dijo: ``No los quiero muy hombres, sólo que se paren bien''.
En el acto central del homenaje, Zedillo dijo a los campesinos que su gobierno propone un desarrollo que sea libre, democrático y auténticamente participativo, en el que las instituciones públicas tengan responsabilidades precisas.
Luego, pormenorizó las acciones que se emprenden para acabar con la inseguridad jurídica: se acelera la titulación de comunidades y ejidos, por lo que en la actualidad 13 mil 488 de los 27 mil 218 ejidos del país, ya cuentan con certificados que amparan la propiedad colectiva y los derechos individuales.
En cuanto a la descapitalización, ofreció ampliar las acciones gubernamentales para ampliar los apoyos a los deudores de la banca y seguir fomentando la producción con más recursos.
Repitió las cifras de los distintos programas: Procampo, 7 mil 600 millones de pesos; Alianza para el Campo, 2 mil 200 millones, y dijo que se realizarán acciones para el saneamiento de ríos y lagos contaminados, tratamiento de agua, para plantar 340 millones de árboles y capacitar a más de mil productores forestales.
Habló con insistencia del propósito de crear oportunidades de empleo e ingreso para que la gente no tenga que salir a otros lugares a buscarlos. Aquí se recordó que miles y miles de poblanos emigran anualmente a Estados Unidos.
``Con la participación de los campesinos y sus organizaciones --remató-- seguiremos esta lucha por la justicia, hasta que la población del campo esté en igualdad de condiciones con la población de las ciudades''.
En helicópteros, la comitiva se trasladó luego a Izúcar de Matamoros, donde el Presidente entregó simbólicamente más de 22 mil certificados, 10 mil títulos del Procede y atestiguó la firma del Convenio de Desarrollo Social.
Ahí se dijo que el estado de Puebla recibirá de la Federación 10 mil 385 millones de pesos.
El presidente Zedillo señaló que México se dispone a consolidar una nueva etapa de convivencia armónica, plural y democrática, una nueva etapa de trabajo compartido para dar solidez y permanencia al crecimiento económico.
Coscorrones para Bartlett
Como última etapa de la gira, el primer mandatario estuvo en Acatlán de Osorio, donde encabezó primero una reunión del Consejo Regional de Participación Social en la Educación, en la que se dieron a conocer acciones para abatir el grave rezago educativo que se vive en esta zona de la Mixteca y que es ``sumamente grave''.
Finalmente y al evaluar el programa de Casas de Salud, Zedillo escuchó los testimonios de promotoras voluntarias en los comités sanitarios. Primero, el de Reyna Hernández, que le contó incluso cómo se enseñó a inyectar: ``La primera que me tocó fue una viejita y pues que la inyecto (risas)... Todavía vive ¿eh?''.
Hubo franca hilaridad cuando, sin discurso de por medio, la profesora Esperanza Guevara enumeró con muy buen humor carencias y peticiones: ``Ai si les sobra un carrito, aunque sea viejito, mándenlo a la clínica de Tehuitzingo''.
Persistente, invitó al presidente Zedillo a su localidad. Como queriendo y no, soltó: ``Alguien que está a su derecha --le dijo al primer mandatario aludiendo a Manuel Bartlett-- nos dejó una vez plantados''.
Entonces Zedillo cerró el puño y, a manera de reprimenda, hizo como que le daba (¿o le dio?) unos coscorrones al gobernador quien, apenadísimo, aceptó de buena gana la llamada de atención de doña Esperanza.
Pero la profesora no se detuvo. Se quejó de que el ``recalcitrante machismo'' que impera en la zona, se ha convertido en dique para los programas de planificación familiar.
Y como todo lo decía ``tan sabroso'', como después comentaron varios de los asistentes, el presidente Zedillo entró al juego y señaló con el índice a los hombres del auditorio, en una especie de ``ellos sí, yo no''. Agudísima, doña Esperanza lo interrogó: ``A ver, usted, ¿cuántos hijos tiene?''. ``Cinco'', le contestó Zedillo. ``¡Válgame Dios!'', alcanzó a decir la mujer. El Presidente alzó las dos manos y se cubrió el rostro. Divertido, el auditorio secundó con carcajadas las ocurrencias. Antes de regresar a la ciudad de México, los vecinos de Acatlán ofrecieron barbacoa y pavo a la comitiva presidencial.