La Jornada 12 de abril de 1997

Reprochan legisladores a Gurría su tibieza ante EU

Jesusa Cervantes y Oscar Camacho Ť México no cuenta con un diagnóstico sobre la situación de los migrantes en Estados Unidos, aceptó ayer el canciller José Angel Gurría, al comparecer ante senadores y diputados en la sede de Xicoténcatl durante seis horas, en las que el funcionario respondió con aspereza y molestia a los severos cuestionamientos que la oposición le hizo por su ``tibieza política'' para encarar la nueva ley migratoria estadunidense.

En su defensa, Gurría Treviño dio a conocer una misiva que la noche anterior le envió la comisionada del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN), Doris Meissner, en la que el gobierno de Estados Unidos se compromete a no realizar deportaciones masivas y a aplicar la ley migratoria de manera ``justa'' y con respeto a los derechos humanos.

La carta llegó una semana después de que entró en vigor la nueva ley migratoria y a 50 días de que Gurría Treviño pidiera al SIN una explicación de los alcances de dicha ley.

En un intento por justificar la nueva política exterior, Gurría dijo que desde 1995 se inició una investigación entre México y Estados Unidos sobre el fenómeno de migración, sus estadísticas así como las recomendaciones para atacar ese problema.

Con ello, dijo, México tendrá por fin en junio próximo un diagnóstico sobre la situación de los migrantes.

La oposición, sin embargo, no detuvo sus cuestionamientos sobre la ``ineficacia'' y ``tibieza'' de Gurría Treviño al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y en especial Cuauhtémoc Sandoval (PRD) y Adolfo Aguilar Zínser (ciudadano) exigieron airadamente mayor firmeza de esa dependencia en la defensa de los mexicanos que emigran a Estados Unidos en busca de trabajo.

Empero, el canciller respondió que la ruptura del diálogo en las tareas diplomáticas con Estados Unidos tendría consecuencias impredecibles y que la dependencia a su cargo no iba a montar actos de simulación poco eficaces para la defensa de los ciudadanos mexicanos, sólo para dar gusto a quienes cuestionan los trabajos de la cancillería.

Sandoval Ramírez le recordó --basándose incluso en datos de asesores de Gurría, como Jorge Bustamante-- que tan sólo el año pasado hubo una deportación masiva de un millón de mexicanos.

``Y cuando hemos planteado la necesidad de que el Ejecutivo federal haga un plan de contingencia para el retorno de nuestros compatriotas, dice que no hay que hacerlo, que eso le toca a la sociedad civil y que lo hagan quienes andan provocando reacciones alarmistas, porque con ello sólo se busca politizar el tema en un año electoral'', criticó el perredista.

Gurría Treviño alzó la voz y exigió ``evitar los oportunismos y evitar el tema en este periodo electoral, cosa en la que se puede caer fácilmente. No hay que sumarnos a la estridencia porque ello sólo busca los encabezados de los periódicos''.

Luego, descartó la posibilidad de deportaciones masivas, pues dijo que la misma ley establece que no es retroactiva y que sólo se aplicará en la frontera de Estados Unidos, país en donde --según las cifras del secretario-- hay 2 millones 250 mil indocumentados.

Resuelto a borrar las acusaciones de ``tibieza'', Gurría actuó ante los legisladores mexicanos envalentonado, áspero y regañón incluso. En ese tono mantuvo gran parte de su comparecencia y así evitó responder a las preguntas que de manera insistente le demandaban una explicación de ``por qué el gobierno no hizo nada'' para impedir la entrada en vigor de la nueva ley migratoria.

En el mismo tenor y con enfado pretendió descalificar los señalamientos que le hizo Aguilar Zínser sobre la actuación del gobierno mexicano ante el proceso de certificación estadunidense en la lucha contra las drogas.

Para cuestionar al canciller, Aguilar Zínser exhibió copia de un memorando que, dijo, había sido elaborado por el gobierno de Estados Unidos, en el cual se indica que se debe otorgar la certificación a México, ya que de lo contrario podría haber crisis política. Y ante ello, el legislador ciudadano demandó a Gurría que aclarara si esos fueron los argumentos que dio nuestro país para lograr la certificación de Washington.

El secretario descargó de toda validez a dicho documento, al señalar que ninguna autoridad estadunidense había aceptado la paternidad del texto y además le recordó al diputado que ese memorando no tiene nada de novedoso y que ha estado publicado en diversos medios de comunicación durante semanas.

``Yo nunca he dicho que el documento sea novedoso... yo lo que quiero saber es si el argumento de la seguridad nacional (para lograr la certificación) procede de las autoridades mexicanas, porque lo que sostiene ese memorando es que fue la Secretaría de Relaciones Exteriores la que le dijo al gobierno estadunidense: si no me certifican habrá crisis e inestabilidad política...'', replicó Aguilar Zínser.

Por el PAN, José Angel Conchello fue quien más cuestionó el trabajo del secretario, cuando le reprochó el no presionar a Estados Unidos para que ratifique los convenios en los que se establecen los límites de aguas en la frontera. El legislador panista explicó que al no haber una ratificación de límites fronterizos acuáticos, se abre la puerta para que, por esa vía, Estados Unidos pueda extraer petróleo ubicado en mantos acuíferos nacionales.

Otra vez Gurría recurrió a la descalificación, pues tachó de ``alarmante'' la apreciación del legislador del PAN, en virtud de que, según dijo, las autoridades de Washington le han asegurado que no tienen intenciones de extraer petróleo de mantos acuíferos mexicanos fronterizos.

Durante la comparecencia, los priístas buscaron limitar el tema al asunto de migración y se constituyeron en la única fracción que se desbordó en elogios para Gurría, en voz de Píndaro Urióstegui y Augusto Gómez Villanueva. ``Es la defensa de los dinos...'', comentaron reporteros.

Pero fueron los diputados de oposición quienes ocuparon la mayor parte del tiempo con sus cuestionamientos a la política exterior mexicana en general, pues no se limitaron al tema migratorio sino que abordaron también el de la certificación, el TLC, el protocolo e incluso las acciones para enfrentar la campaña estadunidense en contra de las frutas y verduras mexicanas de exportación.

Otro punto de crítica fue el que México haya ``descuidado'' la incorporación del tema migratorio en el Tratado de Libre Comercio --según señaló Cuauhtémoc Sandoval--, a lo que el titular de la SRE respondió que no hubo tal, sino un acuerdo mutuo para no incluir ni ese tema ni el del petróleo.

Sin embargo, el golpeteo opositor alcanzó no sólo a Gurría sino que de pasada y como no queriendo le tocó incluso al embajador de México en Washington, Jesús Silva Herzog, cuando el perredista Cuauhtémoc Sandoval exigió al gobierno mexicano una actitud de ``mayor dignidad'' ante Estados Unidos.

En especial, Sandoval criticó el que cuando algún funcionario medio de Estados Unidos viene a México, como Barry McCaffrey, sea recibido por el presidente Zedillo y por todos los secretarios con quienes el funcionario estadunidense quiera. En cambio --dijo Sandoval-- ``aquí el embajador Silva Herzog sabe que cuando van los secretarios de Estado mexicanos, los reciben los ujieres del Departamento de Estado...''. Incluso, le recordó que al mismo Gurría, en febrero pasado durante su visita a Estados Unidos, ``lo maltrataron y le cancelaron citas''. Y por eso es que consideró necesario que el gobierno mexicano asuma una política de mayor dignidad y de cuidado en las formas protocolarias ante Washington.

Como respuesta, Gurría rechazó que los secretarios mexicanos sean recibidos por los ujieres del Departamento de Estado, y que en todo caso ``más importantes que las formas son los resultados''.


Alma E. Muñoz Ť La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) pondrá a consideración de los presidentes William Clinton y Ernesto Zedillo, así como de los Congresos y partidos políticos de Estados Unidos y México, su rechazo a la Ley de Inmigración Ilegal y Responsabilidad de los Inmigrantes en Estados Unidos.

El documento que harán llegar a las instancias mencionadas plantea la revisión del Tratado de Libre Comercio entre ambos países para considerar entre sus planteamientos, la dimensión internacional del flujo de trabajadores.

Ante esto, la jerarquía católica rechazó la actitud xenofóbica de algunos estadunidenses que deja en estado de mayor indefensión y riesgo a los migrantes indocumentados, pues ``la Iglesia no puede aceptar que nadie, especialmente las personas más vulnerables y pobres, por motivos que parecen justificar la protección de unos, haga que otros vivan en el desamparo y estén expuestos a vejaciones contrarias a la dignidad de la persona humana y sus derechos fundamentales''.

La CEM sostiene que los mexicanos deben hacer una seria y profunda reflexión acerca de la realidad del país y buscar condiciones y oportunidades, especialmente para los pobres y jóvenes.

``Sin olvidar que muchas de las razones por las que los mexicanos emigran a otras partes del mundo son justas y conforme a sus aspiraciones más profundas, reconocemos que en nuestro país existen condiciones injustas de desarrollo para muchos, especialmente para los que viven en el campo, zonas indígenas o alrededor de las grandes ciudades''.

El documento agrega que fueron muchas las causas que provocaron el desamparo y la falta de oportunidades para los migrantes, situación que los coloca, además, como inmerecedores de una ``acogida jurídica ante los tribunales federales'' y de atención médica y educativa.

También reconoce que ``muchos migrantes provenientes de otros países que pasan por nuestro territorio sufren violaciones a sus derechos humanos'' y, por lo tanto, piden a los gobiernos involucrados ``caminos eficaces para superar tales situaciones''.

Recuerda a Estados Unidos que su identidad cultural se constituyó a partir de las familias migrantes que, forzadas por causas injustas o en busca de mejores condiciones de vida, ``construyeron un espacio para su realización humana''.

Por ello, la CEM, manifiesta que la referida ley ``vulnera no sólo a los afectados por su aplicación, sino a todos los habitantes de Estados Unidos''. En este sentido, dice que ``nadie puede permanecer indiferente cuando los valores constitutivos de una cultura son afectados de esta manera''.

A nombre de los 92 obispos que integran a la CEM, Sergio Obeso, presidente, y Ulises Macías, titular de la Comisión Episcopal de Movilidad Humana, hablaron de la falta de respeto a los derechos humanos de los mexicanos y de la actitud xenofóbica, con la entrada en vigor de la ley antinmigrante, durante la clausura de la 62 asamblea de la CEM.

Aclararon que la Iglesia no comparte la negativa para que un ser humano pueda moverse de un lugar a otro por razones de necesidad, trabajo o desarrollo. ``Con mayor razón le pertenece este derecho a la persona cuando los motivos que la hacen desplazarse son causas de injusticia que la fuerzan a salvaguardar la integridad y hasta la vida y los valores que le dan sentido a la existencia''. Por ello, puntualizaron, su labor será promover que el Estado cumpla con su función legislativa y judicial para ``preservar la justicia''.

Cualquier tipo de discriminación o abandono a una persona, en nombre del bienestar o de medidas para salvaguardar la integridad económica o política de un país, es gravemente contradictoria con el principio fundamental de que todos poseemos derechos anteriores al Estado, y ``ninguna comunidad humana puede fincar su bienestar sobre la base de la marginación de unos y el privilegio de otros. Tarde o temprano, estas medidas destruyen a los mismos que la fomentan y generan procesos de violencia'', agregaron.

En ese sentido, urgieron a las autoridades a desarrollar obras de solidaridad, y convocaron a una campaña de oración en toda la Iglesia de México para aliviar material y espiritualmente a quienes son víctimas de tan injustas medidas.

Pidieron a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de México y Estados Unidos, ``ejercer sus funciones revisando seriamente sus propuestas y actitudes desde la óptica de los derechos humanos''.

Finalmente, los prelados llamaron a las instituciones de investigación y educativas, a promover y difundir estudios y proyectos para conocer a fondo la problemática en materia de migración, y construir una cultura del derecho a la movilidad humana para colaborar al establecimiento de una interacción humana, cultural, económica y política más adecuada entre ambos países.