La Jornada 12 de abril de 1997

La lucha contra la migración ilegal, una meta del viaje de Clinton a AL

Efe, Ap, Afp y Reuter, Washington, 11 de abril Ť El presidente Bill Clinton afirmó hoy que el objetivo de su prevista gira a América Latina es afianzar la seguridad hemisférica, a través de la cooperación, para hacer más efectiva la democracia y más armonioso el desarrollo económico, y ``la lucha contra la corrupción, el tráfico de drogas y la inmigración ilegal es parte de ello'', afirmó.

Las declaraciones del mandatario estadunidense se produjeron al tiempo que continúa el temor entre los gobiernos centroamericanos por la nueva ley de antiinmigrante en Estados Unidos y que podría provocar la deportación masiva de sus connacionales. El secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria, se declaró este viernes confiando en que Washington atenderá las inquietudes latinoamericanas.

Sin embargo, el propio Clinton estimó en días pasados que es ``exagerada'' la reacción que ha provocado la nueva ley antiinmigrante; reiteró que no habrá deportaciones masivas y subrayó que la polémica medida está destinada a evitar el ingreso de indocumentados a Estados Unidos. Este viernes, durante un discurso ante la Sociedad Estadunidense de Directores de Periódicos, el mandatario estadunidense insistió que su gobierno combatirá la entrada ilegal de personas a su país.

Clinton tiene previsto viajar a México en mayo próximo, y de ahí se trasladará a Costa Rica para una reunión con los gobernantes de Centroamérica. En ese encuentro, los mandatarios centroamericanos pretenden abordar el tema de la inmigración. Un total de 336 mil salvadoreños, unos 300 mil hondureños, 185 mil guatemaltecos y 60 mil nicaragüenses serían afectados por la nueva ley que elimina la ``condición especial'' que se les otorgó, sobre todo a salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses, para residir en Estados Unidos durante las guerras civiles en sus países.

Según la nueva ley antiinmigrante que entró en vigor el primero de abril, a partir de esa fecha los indocumentados tienen un plazo de seis meses para regularizar su situación o abandonar el país.

Expertos regionales han advertido que un retorno masivo de indocumentados acentuaría los graves problemas de desempleo, delincuencia y pobreza que ya afectan a 70 por ciento de los más de 30 millones de centroamericanos.

Gaviria indicó hoy que ``todavía es temprano para saber qué tanto puede afectar el flujo de personas hacia sus países de origen, porque no pareciera que va a haber una deportación masiva''.

Sin embargo, fuentes de Migración hondureñas indicaron que el número de indocumentados de esa nacionalidad expulsados de Estados Unidos aumentó en las últimas horas por la aplicación de la nueva ley de inmigración. Las fuentes señalaron que la tarde del jueves llegaron al aeropuerto de Tegucigalpa 68 indocumentados, y otros diez este viernes.

Ante el temor de ser expulsados de territorio estadunidense, cientos de indocumentados trataron de regularizar su situación, pero algunos fueron estafados. El Buró Federal de Investigaciones (FBI) anunció hoy la desarticulación de una red de ``novias de alquiler'', que a cambio de dinero se casaban con indocumentados para facilitarles la obtención de la residencia legal en Estados Unidos.

El FBI precisó que fueron detenidas seis personas, entre ellas los presuntos dirigentes de la red, que cobraba entre 6 mil y 10 mil dólares por encontrar ciudadanas estadunidenses o residentes legales dispuestas a casarse con los indocumentados. La ``novia'' recibía mil dólares al casarse y otros mil 500 cuando el Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN) concedía al ``marido'' la residencia legal. La red arregló más de cien ``bodas''.

Asimismo, el SIN continúa realizando redadas en centros de trabajo para localizar indocumentados, y este viernes anunció la detención de 61 mexicanos y guatemaltecos en una fábrica metalúrgica en Michigan.

Por su parte, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) calificó como una ``reacción racista y antihispánica'' la nueva ley inmigratoria estadunidense. El presidente del CELAM, Oscar Rodríguez consideró que la inmigracipon ``no es un mal ni un peligro''.

Calificó de ``simplista'' la lógica de que ``si hay crisis económica en Estados Unidos es porque los hispanos los estamos invadiendo y les estamos quitando los trabajos, lo cual es absurdo''. Añadió que el CELAM ha manifestado a Estados Unidos, a través de la Conferencia Episcopal de ese país, su preocupación por la ola antiinmigrante y el peligro de deportaciones masivas.