La Jornada 12 de abril de 1997

Ahora la guerra será también de acá p'allá: Marcos

Juan Balboa, corresponsal, Comitán, Chis., 11 de abril Ť El subcomandante Marcos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) aseguró que la guerra contra los campesinos e indígenas de Chiapas y México tendrá respuesta y se librará en los dos bandos: ``dicen (los del gobierno) que no hay guerra, pero sí hay; sólo que antes la guerra era nomás de allá p'acá y ahora será también de acá p'allá''.

En el 78 aniversario luctuosos de Emiliano Zapata, advirtió: ``Y si quieren matar campesinos, pues tendrán que morir gobiernos'', en alusión a los últimos asesinatos de simpatizantes zapatistas en la comunidad de San Pedro Nixtaluctum, municipio de San Juan El Bosque, porque, agregó, ``a las exigencias justas no se les contesta con muerte, porque viene muerte de retache''.

En un mensaje dirigido al general Emiliano Zapata, ``jefe máximo del EZLN'', difundido en La Realidad, municipio de Las Margaritas, recordó que los gobiernos (federal y estatal) han querido engañar al EZLN.

En referencia a las reformas constitucionales sobre derechos y cultura indígenas, dijo que los gobiernos ``firman y firman papeles y nada que se haga realidad, como no sean los desalojos y persecuciones de indígenas''.

``Nos han traicionado, mi general, y Guajardos y Chinamecas no les han faltado, pero resulta que nosotros no muy nos dejamos matar. Como que aprendimos, don Emiliano, como que vamos todavía aprendiendo...

``Y ya ve, siguen los campesinos sin tierra, siguen los indígenas olvidados, siguen los malos gobiernos, siguen los ricos engordando y, eso sí, siguen las rebeliones campesinas. Y seguirán mi general, porque sin tierra y libertad no hay paz''.

Señala en la grabación hecha en ``algún lugar de la selva'', que el gobierno ``sigue sin memoria'' para los indígenas, porque los ricos hacendados, con otros nombres, siguen despojando de sus tierras a los campesinos.

Como cuando usted llamó a luchar por la tierra y la libertad, continúa la carta dirigida a Emiliano Zapata, hoy las tierras mexicanas se entregan a los ricos extranjeros. Como entonces pasó, insiste, ahora los gobiernos hacen leyes para legitimar el robo de tierras. Como entonces, ``los que se niegan a aceptar las injusticias son perseguidos, encarcelados, muertos''.

Asegura que existen leyes que atacan la propiedad comunal y el ejido, que favorecen el acaparamiento de tierras, que permiten la venta de nuestras riquezas a los dineros del extranjero.

``Estas leyes fueron hechas por los malos gobiernos mexicanos, `neoliberales' les llamamos nosotros, que manejan este país, el suyo y nuestro, mi general, como si fuera una hacienda en decadencia, una gran finca que hay que poner en venta con toda la peonada, o sea los mexicanos, mi general, incluida'', puntualiza.

Dice que los indígenas tienen que luchar para tener un lugar en este país y en su historia, la de a deveras. ``Tenemos que hacernos ver, que nos vean, que nos tomen en cuenta, y eso sólo se puede con la justicia''.

Marcos afirma que muchos son los campesinos sin tierra en México, muchos los indígenas olvidados. Unos y otros, agrega, les estorban a los malos gobiernos y a los grandes ricos. Uno y otros, insiste, son perseguidos por los ejércitos y las policías, ``criminales como los que los mandan''.

``Y nomás le escribo, mi general, para decirle que aquí estamos, aquí seguimos, y aquí seguiremos, aunque nos persigan con armas y con mentiras, aunque nos quieran comprar, aunque nos quieran engañar, aunque nos quieran olvidar. Ya ve usté, qué desmemoriados salen estos gobiernos. Olvidan lo más importante, lo que usté y nosotros sabemos bien, don Emiliano; es decir, que Zapata vive, que la lucha sigue'', concluye el texto.