La Jornada domingo 13 de abril de 1997

TIEMPO DE GRANDES MANIOBRAS

Al tomar protesta a los candidatos del PRI al Congreso nacional el Presidente de la República tejió un gran elogio de su partido. Es más, según el representante del Poder Ejecutivo, el desarrollo de México sólo ha sido y es posible con el PRI; a éste se debe todo lo que de positivo puede haber en la vida nacional, no hay ni puede haber alternativa alguna a lo planteado o realizado por ese partido y, en todo caso, los legisladores de la oposición no han ofrecido jamás propuestas o soluciones sino solamente críticas a la persona y la actuación presidenciales.

Del discurso del primer magistrado, que atribuyó al PRI todas las realizaciones obtenidas, dijo, incluso ``a riesgo de la impopularidad'', se desprende un salto cualitativo en la campaña electoral de ese partido con vistas a las importantes incluso decisivas elecciones de julio próximo.

En primer lugar, se concreta el llamado anterior del presidente a ``ponerse la camiseta'', cosa que Zedillo hace identificando orgullosamente el Estado con el Partido y la política constructiva sólo con éste. La oposición, por consiguiente, no deberá enfrentar sólo una justa electoral sino que deberá conquistar día a día su espacio legal frente a esa alianza, que le niega incluso su justificación. En segundo lugar, al mismo tiempo que incorpora a su tren de batalla electoral la ``artillería pesada'' del apoyo presidencial, el PRI parece querer desembarazarse del lastre del pasado sexenio y está estudiando la expulsión del partido del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, figura que la opinión pública ha cancelado hace rato de la vida política nacional. Es muy significativo al respecto que, por primera vez, un juez llame a declarar al predecesor de Zedillo, rompiendo así con la impunidad tácita que protegía a los ex presidentes una vez que volvían a ser simples ciudadanos. Si surgiesen, por lo tanto, los elementos que permitieran una expulsión, aunque sea muy tardía, de Carlos Salinas de Gortari, el PRI podría tratar de presentarse renovado y justiciero ante el electorado y sostener que en sus armarios no hay esqueletos, a diferencia de algunos de los opositores que no sólo los tienen sino que hasta los descubren pagando brujas... Esa no muy hábil ruptura con el pasado se expresa igualmente en la declaración de Humberto Roque Villanueva según la cual se acabaron las concertacesiones, que en el momento salinista de ambas agrupaciones identificaron al PRI con el Partido de Acción Nacional.

Las grandes maniobras que preceden la guerra de los votos han comenzado y si, como decía el Belushi de los Blue Brothers, ``cuando el juego se hace duro, los duros entran a jugar'', es evidente que el proceso electoral se hará cada vez más reñido, pues lo que está en juego no es solamente un cambio de mayoría electoral, sino un sistema y una política que no se dejan embarazar por ninguna traba y que se están defendiendo vigorosamente. Ojalá no sufra demasiado la democracia.