La Jornada 15 de abril de 1997

Zedillo: críticas improcedentes a mi discurso en el PRI

Elena Gallegos Ť El presidente Ernesto Zedillo calificó anoche de ``improcedentes'' las críticas que desencadenó su presencia en la toma de protesta de los candidatos del PRI el sábado anterior. Dijo que no hay ninguna disposición legal que lo prohíba y argumentó que está autorizado moralmente para reunirse con el partido al que pertenece ``sin menoscabo del cumplimiento de mis responsabilidades constitucionales''.

A ello, dijo, ``me autorizan moralmente'' el diálogo respetuoso establecido con todos los partidos desde el principio de su gobierno; la independencia del órgano electoral --acordada con las distintas fuerzas políticas--, y el ``trato justo que el gobierno federal da a autoridades estatales y municipales de origen partidista distinto al suyo''.

El diálogo respetuoso establecido con todos los partidos desde el inicio de la administración, la indiscutible independencia del órgano electoral -acuerdo al que llegó su gobierno con las distintas fuerzas políticas- y el trato justo que el gobierno federal da a autoridades estatales y municipales de origen partidista distinto al suyo, ``me autorizan moralmente''.

Antes de reiterar su ofrecimiento de seguir gobernando para todos sin distinción de militancias y brindar el mayor respeto a dirigentes y candidatos de todos los partidos, el Presidente aseguró que en lo que va de su gestión no hay ningún señalamiento fundado de autoridades de extracción partidista distinta a la suya que sostenga que fue discriminada por el gobierno federal.

En un mensaje difundido anoche a la nación a través de los medios electrónicos, el Ejecutivo respondió a los cuestionamientos vertidos por dirigentes y candidatos del PAN y del PRD, quienes incluso llegaron a calificar su proceder como ``faccioso''. Fue insistente en que no coincide con quienes censuran su derecho ciudadano a militar en el partido político de su preferencia.

Posiblemente -se explicó más adelante- lo que ha molestado a algunos no es tanto mi presencia en un acto del PRI sino lo que ahí dije.

Trajo entonces a colación que el sábado expresó a sus correligionarios, entre otras cosas, que en virtud del mandato recibido en agosto de 1994 ``es a nosotros a quienes nos correspondía encabezar el cambio para perfilar a México como una gran nación en el siglo XXI.

``Añadí -continuó parafraseando él mismo su polémico discurso-, que ese cambio no debe detenerse, pues a él ha consagrado la mayoría de los mexicanos su esfuerzo y su perseverancia; en él, la mayoría ha depositado su esperanza y su confianza''.

En otra parte de su mensaje, precisó que su posición frente a su partido no es nueva, ``así lo he manifestado invariablemente desde el principio como se puede constatar en el discurso que pronuncié el 4 de marzo de 1996 en la sede nacional del PRI, entre otros documentos''.

Enseguida recordó que en aquella ocasión refrendó su determinación de trabajar con todos los partidos políticos con el fin de construir una nueva democracia para todos y con todos, y ``pedí una vez más al PRI su apoyo para que, unidos, consolidáramos una alianza política, rigurosamente respetuosa de la ley. Hablé de una alianza legítima, transparente, sólida, democrática y republicana para fortalecer a México''.

En este punto, quiso aclarar que si bien toda opinión le merece respeto, ``estimo que las críticas a mi presencia en la ceremonia del PRI del pasado sábado son improcedentes''.

Y tras apuntar que no violó ningún ordenamiento legal, ejemplificó: ``tan es así que gobernadores y presidentes municipales que provienen de los distintos partidos participan regularmente en actos de sus respectivos institutos políticos''.

Al referirse concretamente a las críticas de que ha sido objeto, el presidente Ernesto Zedillo consideró que tenía la responsabilidad de hacer algunas precisiones. Refirió entonces que desde el primer día de su mandato trabajó con la mayor convicción para lograr reformas a las leyes e instituciones que rigen la competencia electoral.

Aludió fundamentalmente a la independencia que goza hoy la autoridad electoral frente al Poder Ejecutivo, a las nuevas condiciones de financiamiento para los partidos y al acceso a los medios de comunicación que éstos tienen y que garantizan una más justa competencia política.

Zedillo repitió que ha gobernado ``en todo momento para todos'', sin importar preferencias o filiaciones. Destacó: ``he cuidado que en los programas gubernamentales no haya ningún tipo de favoritismos o discriminaciones por razones partidistas''.

El resto de su mensaje lo dedicó a remarcar los conceptos expresados en el acto del PRI que desató la crítica y su respuesta.

Una de ellas, que el PRI fue el único partido político que apoyó las difíciles decisiones que se tuvieron que tomar a principios de 1995 para enfrentar la crisis económica y evitar que fuese más dolorosa y durara mucho más tiempo.

Entre las afirmaciones que hizo el sábado y que anoche volvió a repetir se encuentra su convicción de que ``mientras el PRI asumía su responsabilidad (apoyar ``las difíciles decisiones'' de 1995), otros se limitaron a recriminar sin proponer, a criticar toda medida sin ofrecer alternativa alguna''.

Luego de asegurar que el PRI tuvo razón en respaldar sus medidas, y después de hacer un recuento de los logros económicos de su administración, nuevamente se refirió al cambio que vive México y convino en que éste no debe surgir del rencor ni impulsarse o expresarse en la violencia, menos disfrazarse con promesas llamativas pero incumplibles.

El cambio que quieren los mexicanos, sostuvo otra vez, es el constructivo, no el destructivo; para la convivencia, no para el arrebato, la intolerancia o la agresión vengativa; cambio para avanzar no para retroceder; para la unidad, no para la división.

Por todo ello -cerró su mensaje de anoche-, ``seguiré trabajando con todos y para todos los mexicanos, y lo haré siempre con el mayor respeto para los dirigentes y candidatos de todos los partidos políticos''.