Zedillo no debe temer gobernar con la oposición: AN y PRD PRD
Oscar Camacho Guzmán y Georgina Saldierna Ť ¿Es válido, es legítimo que el Presidente de la República use la jefatura de Estado y de gobierno y los fondos del erario público para apoyar a su partido y sus candidatos? ¿Olvidó ya Ernesto Zedillo el compromiso de no intervenir ``bajo ninguna forma en los procesos ni en las decisiones que corresponden únicamente'' al partido oficial?
Ejes de un intenso debate ayer en la Cámara de Diputados, las interrogantes fueron respondidas por los legisladores del PRI en sentido afirmativo.
Los priístas dijeron que sí. El Presidente está en su derecho de usar los medios de comunicación cuantas veces quiera para aclarar sus posiciones personales y políticas, y como líder de su partido puede apoyar a sus candidatos cuantas veces lo juzgue necesario. De la sana distancia que la oposición trajo a la memoria, nada dijeron.
En tanto, PAN, PRD y diputados ciudadanos dijeron al Presidente que no. Que no es legal ni válido ni legítimo que en la actual coyuntura electoral se comporte como un simple jefe de partido, que actúa desesperado por los resultados adversos al PRI que arrojan las más recientes encuestas.
Y molestos por esa ``abierta participación de Zedillo en favor del PRI'', desde la tribuna de la Cámara de Diputados las fuerzas políticas de oposición exigieron al primer mandatario actuar como un jefe de Estado imparcial, que respete el equilibrio de poderes, que no le tenga miedo a gobernar con la oposición y que no busque tener un Congreso sumiso.
Motivado por las dos últimas apariciones públicas de Zedillo al lado de los priístas, el debate sobre el Presidente y su participación en el proceso electoral llegó así ayer a la Cámara de Diputados.
El PRD comenzó la discusión. Carlos Navarrete dijo que el Presidente ``lastima'' el actual proceso electoral al encabezar a los candidatos de su partido, y al echar mano de recursos públicos para aparecer en cadena nacional de televisión con el fin de contestar a las críticas que su proselitismo priísta generó.
Aseveró que no puede considerarse un hecho menor, pues en la práctica Zedillo ha echado por la borda el compromiso que hizo ante la nación el primero de diciembre de 1994 cuando en su toma de posesión delineó la forma como actuaría en la jefatura del Estado.
Entonces, recordó Navarrete, Zedillo ofreció que ``la premisa de las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo será el estricto respeto a su autonomía'', pues ``la composición del Congreso de la Unión representa un factor fundamental para su independencia política''. Agregó que además viola el compromiso de que ``como Presidente de la República no intervendré bajo ninguna forma en los procesos ni en las decisiones que corresponden únicamente al partido al que pertenezco''.
Lo grave de todo esto, agregó Navarrete, no sólo es el olvido de compromisos y el uso de recursos del erario público en favor del PRI, sino que de las palabras de apoyo al PRI, el Presidente pase a apoyar a su partido y sus candidatos en los hechos. Por eso, dijo, lo que hoy está por definirse es si los partidos y sus candidatos van a ir a la contienda electoral en condiciones de igualdad o si lo harán compitiendo también contra el Presidente.
El PRI respondió pronto y con energía. Jorge Moreno Collado consideró sorprendente que la oposición reconvenga al Presidente por sus opiniones ``con una holgura y con una licencia digna de la ortografía'' que propone García Márquez, ``o sea, violatoria de toda regla de urbanidad, pues recriminan al titular de otro poder por expresiones que emite en el legítimo ejercicio de sus derechos políticos y ciudadanos, y en su calidad de jefe de gobierno que tiene origen partidista y que requiere, sin duda, del apoyo mayoritario de los miembros del Poder Legislativo.''
Primero Moreno Collado y luego Rosario Guerra justificaron la actuación del Presidente y consideraron que en nada mengua su actuación como gobernante de todos los mexicanos el que ejerza sus derechos políticos para impulsar y apoyar a su partido y sus candidatos.
Dijeron que en ninguna parte del mundo el Presidente actúa diferente y que no existe legalidad alguna, ni la Constitución, ni el Cofipe, ni el Código Penal, ni la Ley de Responsabilidades, ``ni la ley de la oferta y la demanda, ni la ley de la gravedad'' que haya violado el Presidente o que lo puedan sancionar por haber respaldado al PRI.
Asimismo rechazaron cualquier utilización indebida de recursos públicos y medios de comunicación; dijeron que el Presidente respondió desde su investidura a los cuestionamientos opositores.
Por el PAN, Rodolfo Elizondo criticó que el Ejecutivo utilice los medios de comunicación para hacer aclaraciones personales y sobre la consideración de que para gobernar requiere un Congreso de mayoría priísta. Agregó que es una falacia la idea de que habría ingobernabilidad con un Ejecutivo de un partido y un Legislativo de otros, y citó como ejemplos a Estados Unidos y a los estados de Coahuila, México, Aguascalientes y Chihuahua.
Del grupo ciudadano, Tonatiuh Bravo preguntó qué validez y legitimidad puede tener el que el Presidente use la jefatura de Estado y de gobierno para apoyar a su partido, y recordó que el enfrentamiento de poderes es un argumento utilizado no por la oposición sino por el propio Zedillo, quien ha dicho que él no podría gobernar con una mayoría que no fuera del PRI.
Rosario Guerra respondió a los cuestionamientos y de manera especial refutó lo dicho por Rodolfo Elizondo. Con un periódico en la mano, le dijo: ``Creo que el diputado no lee el órgano oficial de su partido, el Reforma, que anuncia que el PRI tiene una tendencia de voto a nivel nacional de 33 por ciento, el PAN de 24 y el PRD de 17. Seguimos siendo primera fuerza''.
Georgina Saldierna V. y Alonso Urrutia Ť El Partido Acción Nacional (PAN) no sólo criticó ayer al presidente Ernesto Zedillo por su actuación en la asamblea priísta del sábado pasado, sino también por el mensaje que emitió el lunes por la noche, ya que de acuerdo con este instituto político, el jefe del Ejecutivo volvió a hacer proselitismo a favor del Partido Revolucionario Institucional (PRI) utilizando para ello la figura presidencial.
Al respecto, Carlos Castillo Peraza, candidato del PAN a la jefatura del gobierno capitalino, sostuvo que el proceder de Ernesto Zedillo en los últimos tres días lo hace aparecer como un presidente a la defensiva.
Al término de un encuentro con la comunidad libanesa, el aspirante panista manifestó: ``Yo he dicho y lo reitero. Lo que hizo el Presidente es un acto de imprudencia política en una transición en donde el jefe de Estado debe ser el Presidente de la República y no bajar a la arena política como lo hizo''.
Tras reconocer que el presidente Zedillo no incurrió en alguna ilegalidad, dijo que su actuación fue imprudente, y destacó que no es extraño el apoyo presidencial a los actos políticos del PRI, pues siempre lo ha apoyado.
En la Cámara de Diputados, Ricardo García Cervantes, líder de la fracción del PAN, consideró que no es cuestionable el hecho de que el señor Zedillo como priísta vaya a su partido, lo improcedente es el uso que hace de la institución presidencial para irrumpir con privilegios en los medios de comunicación y hacer campaña en favor del PRI. Agregó que con su actuación, Zedillo está propiciando la inequidad en la competencia electoral.
Más adelante, el dirigente panista destacó que ningún gobernador de oposición ha podido hacer lo que Ernesto Zedillo, es decir, ningún gobernador ha emitido un mensaje a nivel estatal a favor de su partido.
Al preguntarle si el Presidente habría violado alguna legislación con su proceder, García Cervantes consideró que ello deberá determinarlo el Tribunal Federal Electoral en caso de que conozca una posible querella en su contra. Al respecto, dijo que hasta el momento su partido no ha planteado una acción de este tipo.
A su vez, la diputada Patricia Garduño consideró que ``mal hace el Presidente al ponerse del lado de un partido. El tiene la obligación de gobernar para todos los mexicanos y no estar privilegiando a ningún partido político''.
Reconoció que, como priísta, Zedillo puede apoyar al partido oficial, pero entonces que no ocupe el tiempo del gobierno y su investidura de Presidente para presentarse ante la opinión pública a decir que el único que representa el cambio es el PRI, enfatizó.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, candidato a jefe del gobierno del Distrito Federal por el PRD, dijo que el mensaje presidencial es parte de las mismas viejas prácticas que no han cambiado, pero que en la coyuntura favorecen a su partido porque advierten que ``no hay cambio y que se está ofreciendo más de lo mismo. Si eso quieren, ya saben por quién votar'', advirtió.
En tanto, durante una gira de trabajo por Chiapas, el dirigente nacional perredista, Andrés Manuel López Obrador, señaló que el ``Presidente debe actuar como jefe de Estado y no como un matraquero de los candidatos de su partido''.
Mientras, en el seno del Comité Ejecutivo Nacional perredista se discutía la conveniencia o no de interponer una queja en contra del presidente Ernesto Zedillo por pedir públicamente votos a favor del PRI.
Algunos argumentan que su actuación ``no encuadra en lo que corresponde a la tipificación de delitos electorales''; otros alegan que esa acción no corresponde a la figura presidencial, por lo que instan a presentar un denuncia ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales de la Procuraduría General de la República, y otros más se inclinan por que se interponga ``un extrañamiento'' ante el Instituto Federal Electoral.
Lo que sí, todos los perredistas coinciden en que la falta del presidente Zedillo es de ``tipo moral'' y que ``se le debe reconvenir que no continúe haciéndolo porque el proceso electoral se enturbiará gravemente'', incluso se planteó que la recomendación fuera un punto de acuerdo de todos los partidos de la oposición ante el IFE.
Por otro lado, al reunirse con estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, Cárdenas se dijo satisfecho del mensaje presidencial porque consideró que eso significa que ``los errores están de aquel lado y los aciertos de éste''.
Más tarde, en la Universidad Lasalle, Cárdenas Solórzano rechazó que el PRD sea un partido violento, pues su apuesta principal es por la paz y la estabilidad en la capital del país y en todo México. Sólo de esta manera será posible ``concretar el cambio democrático que todos buscamos'', manifestó. (Rosa Icela Rodríguez, Alberto Nájar y Angeles Mariscal, corresponsal)