Amenaza Humsida a prostitutas que se oponen al acuerdo con 2 delegaciones
Miriam Posada García Ť El hecho de que las prostitutas le bajen el dobladillo a las faldas y se cierren las blusas representa un verdadero conflicto para las mujeres que se dedican al oficio más antiguo del mundo en La Merced y que se oponen a que Humanos del Mundo controle la zona.
También es un problema para las propias integrantes de esta agrupación, quienes por oponerse al convenio han sido amenazadas para que ``se atengan a las consecuencias'', y hasta para los hoteleros, los cuales recibieron la advertencia de no permitir que las mujeres abandonen los hoteles para asistir a las juntas de oposición, o de lo contrario se quedarán sin clientela.
El acuerdo firmado por la agrupación Humanos del Mundo contra el Sida (Humsida) con la delegación Venustiano Carranza y Cuauhtémoc ha desatado una guerra abierta entre las mujeres que quieren trabajar de manera independiente, las que a pesar de pertenecer a Humsida ya no están de acuerdo con sus procedimientos y la dirigencia, que insiste en mantener el control sobre mil 500 mujeres y extender sus ``dominios''.
``Ahora sí estamos dispuestas a que truene lo que sea porque esta es la última oportunidad que tenemos para que Humsida deje de explotar a las mujeres'', advirtió Rosa González, una mujer que durante años ha trabajado en La Merced, y a quien sus compañeras de oficio buscan cada vez que tienen problemas o fallece alguna de las jóvenes que no tienen familia.
Las mujeres independientes se reorganizaron a raíz de las razzias con que inició el cumplimiento del ``convenio'', que sólo firmó la dirigencia de Humsida encabezada por Ana María Casimiro Elizabeth, Angélica Flores La golpeadora, y Fernando Jaime, asesor legal.
Sin embargo, de inmediato iniciaron las represalias contra las mujeres que participan en Humsida, mientras que las independientes temen que en cualquier momento inicie una ola de ataques en su contra. ``Casimiro y La Golpeadora no se van a involucrar de manera directa, así que tememos que las agresiones sean a través de supuestos clientes, que ya en el cuarto golpeen a las mujeres o las maten'', advirtió Rosa.
El rechazo a acatar ese convenio es porque ``no queremos estar controladas por una agrupación que sólo sirve para enriquecer a sus dirigentes, mientras que las mujeres contagiadas y las adultas que ya no les producen nada son discriminadas''.
Ana María Casimiro ``ha recurrido a todo tipo de estrategias para fortalecerse y amedrentar a las chicas; incluso inventó que yo me había muerto para obligarlas a estar con ella, se ha metido en la vida privada de mujeres que sabe que son escuchadas, y ahora hasta anda pregonando que las razzias se detuvieron gracias a ella y que va a dejar de cobrar los 30 pesos mensuales a sus agremiadas''.
La verdad, dijo Rosa, es que el operativo se detuvo porque solicitamos apoyo del asambleísta Pedro Peñaloza, y eso de que va a dejar de cobrar los 30 pesos es puro lavado de cerebro, porque entonces también tendría que dejar de cobrarles a las mujeres que están menstruando para dejarlas trabajar, o los 300 pesos que les piden para dejar apartado su lugar cuando se van de vacaciones, organizar misas para sacarles 10 pesos a cada mujer ``para reparar la iglesia''.
Los hoteleros --quienes retienen entre cinco y siete pesos a las mujeres por cada cliente para entregarlos a Humsida-- también fueron advertidos por Casimiro, Flores y sus colaboradores de que si permitían que las mujeres abandonen sus zonas de trabajo para asistir a las reuniones de oposición, las retiraría de la zona y perderían clientela.
Rosa González señaló que para Ana María Casimiro el caso está ganado; ``dice que podemos hacer lo que sea, el convenio ya está en marcha y nada lo va a detener.
``Pero nosotras nos vamos a defender, no vamos a impedir que se imponga un acuerdo firmado por alguien que no nos representa, que se ha enriquecido abusando de las mujeres y que hace mucho tiempo dejó de trabajar en la calle''.