Silva Herzog: respuesta hipócrita de EU sobre cómo operan sus narcos
David Aponte Ť Los mexicanos no tenemos una buena respuesta del gobierno de Estados Unidos respecto de los distribuidores de drogas en ese país. Las autoridades estadunidenses insisten en que la venta es al ``menudeo'', pero no sabemos quién o quiénes reciben los cargamentos y los distribuyen en todo el territorio. Es momento de que ``dejemos la hipocresía para otras cosas'', opinó el embajador de México en Estados Unidos, Jesús Silva Herzog.
El ``dedo que nos señala a nosotros'', es el mismo que ``podemos utilizar para decir: California y Texas no son capaces de detener el flujo (de drogas) que entra desde México y va hacia el Norte y a todos lados'', argumentó.
En entrevista dijo también que algunos congresistas estadunidenses han pretendido imponer cuotas a México en materia de extradición, como si los narcotraficantes estuvieran en el clóset. Los capos no están en el clóset y además tendrán que cumplir sus sentencias en territorio nacional, expuso.
Silva Herzog comentó que la propuesta mexicana para incorporar en el Tratado de Extradición la figura de la ``extradición temporal'' no es una concesión a la Casa Blanca, sino una muestra del compromiso de la administración por evitar los espacios de impunidad.
De la nueva ley antinmigrante, conocida como Acta de 1996, consideró que la entrada en vigor de esa ``legislación restrictiva'' ha propiciado una reducción en los niveles salariales de los trabajadores mexicanos indocumentados. Sin embargo, la tendencia a la baja ya se observaba desde antes.
El embajador Silva Herzog, quien después de mayo dejará la representación diplomática y regresará a México para incorporarse a la vida académica, comentó que las autoridades mexicanas ya no podrán hacer nada frente a la ley, amén de los escasos recursos en la red consular. ``Ahora, en lo que necesitamos insistir y perseverar es en que la aplicación de la misma, sea con el respeto que estamos pugnando y con la tolerancia que implican los mismos casos individuales''.
-¿Cómo vislumbra la relación bilateral no sólo por los problemas de migración, sino también del narcotráfico y el tema de la certificación antidrogas?
Los nexos entre México y Estados Unidos marchaban por buen camino y estaban en alto nivel. No obstante, el caso del general Jesús Gutiérrez Rebollo y el debate de la certificación complicaron los vínculos. ``En los últimos meses la relación se nos ha complicado en ambos lados de la frontera, en eso no cabe la menor duda''.
``Ahora tenemos áreas de conflicto que han quedado muy evidentes en estos dos últimos dos meses. La certificación fue un proceso muy difícil que dejó a México y a los mexicanos lastimados. Eso a mí no me cabe la menor duda. Sin embargo, creo que le estamos dando un trato en el que México por una parte reitera su voluntad de cooperar con convicción creciente con Estados Unidos, de que si no hay cooperación cualquier esfuerzo en materia de combate al narcotráfico será, si no infructuoso, incompleto, y dos, hemos logrado en este proceso de certificación, y conste que digo hemos logrado, a pesar de todo lo que pasó, el reconocimiento de la importancia del consumo que antes se hacía como a un lado.
``Y no sólo dicho así de manera abstracta, sino los dólares que implica este consumo y esta demanda. Con todo esto lo que quiero decir es que la relación está por encima de esos puntos de conflicto''.
-¿Es creíble la versión de las autoridades estadunindese sobre la distribución de drogas a través de pequeños grupos?
-Dicen que ahí no hay más que negocio al menudeo. Incluso me han dicho que esto es como una franquicia de MacDonalds, pero digo quién es el que da la franquicia. Y digo: momento, quién recibe el cargamento de cocaína que cruza la frontera en la Mesa de Otay, adonde se va, dónde está la bodega, quién la recibe, quién la paga y cómo le hace después para la distribución al menudeo.
``Creo que son preguntas y no tenemos una buena respuesta de parte de ellos porque todos los cárteles tienen nombre latino, el del Golfo, el de Tijuana, el de Ciudad Juárez, como lo he dicho por ahí y a veces se me asustan y se enojan conmigo, dónde está el cártel del Potomac o el cártel Smith, y siempre sale entonces por ahí uno que dice: ¡oiga, yo soy Smith! Pero por favor, ¡dejemos la hipocresía para otras cosas!''.
-¿Qué le falta entonces hacer a México en la relación para evitar embates como los vistos en el Congreso de Estados Unidos?
``Silva Herzog manifestó que es necesario hacer a un lado problemas circunstanciales, como la detención del general Gutiérrez Rebollo, militar involucrado con el narcotráfico, y definir que el narcotráfico es un problema de fondo y que México tiene la convicción de combatir el fenómeno ``no por calificaciones, sino por interés nacional, que hacemos todo lo que demos hacer''.
``Y yo haría la pregunta: ¿Quién se atreve a decir que está haciendo lo suficiente? ¿Colombia, Bolivia, Perú, Birmania, Estados Unidos? Nadie puede decir que está haciendo lo suficiente para combatir el narcotráfico. Creo que todos debemos partir del reconocimiento de que no estamos haciendo lo suficiente y que todos debemos hacer más y mejor.
``Ahí está la visita del general Barry MacCaffrey mañana (hoy), quien va a venir fundamentalmente a decirle a México, a los funcionarios mexicanos y la opinión pública, que él renueva su deseo de buscar espacios adicionales de cooperación con México en materia de narcotráfico, porque está convencido de que Estados Unidos es parcialmente responsable por el lado del consumo y porque no hay otro camino para atender este problema y resolverlo, que la cooperación entre países... No hay otra. Nosotros podemos trabajar solos, lo hemos hecho en otros años. Hemos mexicanizado la lucha contra el narcotráfico, pero cada día estamos más convencidos de que vamos a tener mejores resultados cooperando y eso es un poco el sentido fundamental de la visita de McCaffrey''.