Creó un emporio de comunicaciones valuado en mil mdd
Hombre que vivió de y para el poder, Emilio Azcárraga Milmo, uno de los últimos magnates mexicanos de abolengo, dejó al morir un imperio de comunicaciones electrónicas e impresas valuado en unos 3 mil 800 millones de dólares, o sea 30 mil 591 millones de pesos.
Heredero del consorcio televisivo que nació en 1974 con la fusión de Telesistema Mexicano y Televisión Independiente de México, en manos de Azcárraga Milmo la plataforma multimedios de lo que sería Televisión Vía Satélite (Televisa), se consolidó con el transcurso de los años no sólo en el país sino con participación en el extranjero en las cadenas televisivas de Estados Unidos y América del Sur.
Hace un mes, cuando decidió dejar las riendas del imperio en manos de su hijo Emilio Azcárraga Jean, el tercero de la generación que ha comandado Televisa, los negocios se multiplicaban: la empresa tiene intereses en la industria de audio, con firmas como América, Fonovisa, Melody, Musivisa; en medios impresos como el diario Ovaciones y las revistas Eres, Somos, Tv y Novelas, Vanidades y Cosmopolitan.
Televisa además es dueña de los clubes de futbol de primera división América, Necaxa, Atlante y Guadalajara, además del estadio Azteca, recientemente rebautizado con el nombre de su socio y fraternal amigo Guillermo Cañedo, quien murió hace tres meses.
Un soldado del PRI y del Presidente
Azcárraga Milmo, quien siempre gozó de la amistad e influencia entre las más altas esferas del poder público --él mismo se definió siempre como ``un soldado del PRI y del Presidente de la República''-- extendió también sus negocios a la posproductora Qualli, y era accionista mayoritario en la empresa de publicidad exterior Vendor; además poseyó la empresa Jets Ejecutivos.
En la industria de medios electrónicos de comunicación, el imperio del magnate, que ayer murió a los 67 años de edad en Miami, Florida, se amplió a Cablevisión, Radiópolis, Consorcio Pegaso, Grupo Telesistema, Grupo Televisa España, Distribuidora Intercontinental, Dibujos Animados Diamex y Editorial Ziff-Davis.
También tenía una fuerte participación accionaria en Publicaciones Espamex, Red Televisiva Megavisión, Telemercadeo Alameda, Unión Ibérica de Radio, Univisión Network Hold, Georgette Mosbacher Enterprises, Promotora Las Campanas y Promoindustrias Metropolitanas.
Sin embargo, en los medios empresariales se comentaba que no todo lo que tocaba lo convertía en oro. En los últimos meses el consorcio televisivo comenzó a enfrentar una mayor competencia en México, al consolidar su operación Televisión Azteca y la compañía de televisión restringida MVS Multivisión.
Así, ya se hablaba incluso, en diciembre pasado, de que el imperio se debilitaba y que era cuestión de semanas o escasos meses para que decidiera retirar su participación de varias empresas como Sky Tel, Vendor, PanAmSat y Cablevisión.
Ese repliegue se sumaría a descalabros pasados: por ejemplo, el diario deportivo The National, que pretendió ser el primer rotativo de esa especialidad en inglés y que contrató a un grupo de periodistas con elevados salarios que no pudo consolidar la operación del periódico; Azcárraga también perdió en el negocio del telemercadeo de CVC; tuvo que cancelar su proyecto cultural del canal 9, y en 1994 retiró su participación de la Compañía Peruana de Radiodifusión.
Según el más reciente reporte entregado a la Bolsa Mexicana de Valores, el Consejo de Administración de Televisa estaba integrado de la siguiente manera: Laura Azcárraga de Wachsman (32.51 por ciento de las acciones), Emilio Azcárraga Milmo (21.87), Alejandro Burillo Azcárraga (16.28), Miguel Alemán Magnani (11.39), Emilio Azcárraga Jean (9.99) José Antonio Cañedo White (3.94) Guillermo Cañedo White (3.94) y Grupo Televicentro (0.08 por ciento).
Su retiro del mando del consorcio
El 3 de marzo pasado, Azcárraga Milmo oficializó, desde Los Angeles, California, su retiro de la presidencia de Televisa para dejarla en manos de su hijo Emilio Azcárraga Jean, en mancuerna con Guillermo Cañedo White, quien dirige el Consejo de Administración.
Anunció en esa ocasión que en adelante se dedicaría a las telecomunicaciones, desarrollando el sistema de trasmisión de imagen vía satélite. Dijo que buscaría otros socios. ``No he decidido exactamente por qué rumbo, pero es algo que me entusiasma'', externó en esa fecha.
Una sola frase definió la relación de Azcárraga Milmo con el poder en sus años como presidente de Televisa, cuando en marzo de 1993 el entonces presidente Carlos Salinas pidió ayuda económica a los hombres más ricos del país en favor del PRI, ``para que siga siendo -diría el hoy ex mandatario-- el gran partido de México''. Cada uno de los poderosos hombres de negocios tendría que aportar 75 millones de pesos, o sea 25 millones de dólares de entonces.
``He ganado tanto dinero en estos años, que me comprometo a aportar una cantidad mayor''. Según una nota periodística distribuida tres días después de esa reunión, Azcárraga ofreció dar al PRI 70 millones de dólares.
(Roberto González Amador y Humberto Ortiz Moreno)