La Jornada 17 de abril de 1997

Quejarse y mentir, clichés de críticos del Ejército, señala Renán Castillo

Angeles Mariscal y Juan Balboa, corresponsales, Tuxtla Gutiérrez, Chis., 16 de abril Ť Los siete obispos que integran la Comisión Episcopal para la Paz y la Reconciliación en Chiapas concluyeron que en los dos últimos años se ha incrementado la violencia y deteriorado la situación social en el estado, al término de las reuniones que sostuvieron hoy con las partes involucradas en el conflicto que vive la entidad.

La gira de los jerarcas católicos estuvo empañada por la suspensión de la reunión con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, a pesar de lo cual continuaron su agenda que incluyó una visita a los presos del penal de Cerro Hueco y encuentros con el general Mario Renán Castillo, con los diputados del Congreso local y con el gobernador Julio César Ruiz Ferro.


El obispo Samuel Ruiz y el general Mario Renán
Castillo se saludan al arribar la comisión episcopal
a las instalaciones de la séptima Región Militar.
Foto: Frida Hartz

Según los representantes de la Iglesia católica, hace dos años no había mayor efervescencia en el estado, pero ahora hay una mayor violencia e incluso se han presentado momentos críticos en que, por ejemplo en la zona norte, hubieron hasta cuatro muertes diarias, según dijo el arzobispo Sergio Obeso Rivera, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

``Observamos un deterioro generalizado en el estado, cada una de las partes lo reiteró haciendo su interpretación particular, y no faltó quien dijera que la ausencia de diálogo trae, entre otras cosas, esta consecuencia'', señaló monseñor Obeso, y agregó que todas las personas con las que se dialogó mantuvieron una actitud crítica pero el deseo común de querer alcanzar la paz y la reconciliación.

``Nuestra visita de trabajo tuvo una laguna considerable: no pudimos reunirnos con los representantes del EZLN, aún así, queremos insistir de todos los modos posibles en la reanudación de los diálogos de paz entre el gobierno federal y el EZLN, porque creemos que este es el camino para lograr la solución a la compleja problemática de la pacificación'', reiteró.

Agregó que el camino para lograr una paz justa y digna no pasa por la vía armada. ``A través de esta visita esperamos desencadenar otras acciones y poner nuestra propia colaboración para alcanzar esa paz''.

Obeso Rivera señaló que la comisión episcopal presentó a las distintas autoridades del estado las quejas y puntos de vista de ``muchos hermanos que no tienen oportunidad de hacerlo. La disposición de las autoridades para darle solución va a depender de los hechos'', concluyó.

Por otra parte, Mario Renán Castillo, comandante de la séptima Región Militar, reveló que durante la entrevista con los religiosos, ambas partes acordaron abrir una puerta de diálogo permanente con el fin de recoger las interrogantes mutuas.

El militar informó que en la reunión ``se aclaró que lejos de incrementar el número de efectivos éstos han disminuido en los dos últimos años, que continúan las mismas rutas, los mismos patrullajes, que el problema esencial de ayer --la suspensión de la reunión con el EZLN-- no fue por nuestra causa, dado que las posiciones del Ejército siguen siendo las mismas que hace dos años''.

Les hice una breve exposición de lo que es el Ejército Mexicano ``y de que nosotros tenemos el mismo interés de que se reanude el diálogo y se logre la paz (...). Respecto a sus observaciones, les dije que las solucionaba en la medida de mis posibilidades'', agregó.

Accedí, dijo, a que si existía alguna queja real ``me la iban a hacer saber por escrito, porque al momento las quejas son de carácter verbal; quedamos que el obispo Samuel Ruiz me iba a mandar las denuncias, cuando hubiera''.

Interrogado sobre la recurrencia de las acusaciones, principalmente por parte de las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, así como la insistencia de la Secretaría de la Defensa Nacional en negarlo, Castillo comentó que ``es recurrente porque ellos tienen por consigna y cliché el quejarse y mentir''.

Con satisfacción, dijo al final, puedo mencionar que del primero de febrero de 1995 a la fecha, la Sedena no tiene una sola recomendación por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, porque ``no se ha demostrado ninguna falla por parte del Ejército''.