Exigían droga para liberar a dos custodios; vigilantes buscaban el desquite
Ricardo Olayo Ť Además del olor a mariguana, en el interior del Reclusorio Oriente se respira la tensa calma luego del motín efectuado la madrugada de ayer por al menos 60 internos drogados del módulo 3 de alta seguridad. Los reclusos alzados torturaron a dos custodios y por el sistema de radiocomunicación transmitieron sus quejidos a los otros centros carcelarios del Distrito Federal, según información recabada en el penal.
El amotinamiento fue controlado hacia las 5 de la mañana por más de 200 granaderos que utilizaron gas lacrimógeno para someter a los reos, quienes a gritos pedían cocaína y mariguana. Por su parte, los custodios exigieron castigo inmediato a los responsables del movimiento y se negaban a abandonar su turno para tratar de arremeter contra los reos. Por su parte, los custodios del nuevo turno se resistían a entrar a sus labores como medida de presión para lograr el castigo.
En el Reclusorio
Oriente la visita se incrementó después del
operativo realizado la
madrugada de ayer. Foto: Cristina
Rodríguez
En forma extraoficial se indicó que se trasladó a siete internos al Reclusorio Sur y que se preparaba la salida de otros a la penitenciaría de Santa Martha, por el riesgo de que se repitiera el motín o se recrudeciera la agresión internos-custodios.
En entrevistas, personal de la Dirección de Reclusorios e internos del área de dormitorios indicó que en el momento más agudo del alzamiento los reos pidieron una onza de cocaína, un teléfono celular y un automóvil con la intención de darse a la fuga''. Sin embargo, al no existir condiciones para la negociación, las autoridades determinaron replegar a los internos.
El saldo del operativo fue de casi una treintena de internos sometidos y la hospitalización de los custodios tomados como rehenes: Gumaro Arenas Martínez y Simón Mendoza Albinez, uno de ellos con una mordida en el pómulo.
En el reclusorio se indicó que el plan de los reos del Oriente --alrededor de 3 mil 600 personas-- era amotinarse en forma conjunta en todas las áreas, pero fueron delatados por una llamada anónima que avisó de los hechos y de la existencia de armas enterradas.
Por ello, el miércoles por la mañana un numeroso grupo de custodios ingresó al reclusorio y se ordenó desalojar al personal administrativo. Horas más tarde, durante el pase de lista en la noche, la situación salió del control de las autoridades y fueron secuestrados los dos custodios; presuntamente al frente del grupo estaba Javier Hernández Medina.
Para liberar a los rehenes los internos pidieron la presencia de funcionarios de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), pero una vez que fueron copados pretendieron cambiar sus demandas por el traslado a otras áreas del penal y el cese de algunos directivos que les dan mal trato.
La Comisión de Derechos Humanos del DF solicitó al Departamento del Distrito Federal adoptar las medidas de seguridad necesarias a fin de resguardar la integridad física de los custodios del Reclusorio Oriente que se negaban a abandonar el edificio, hasta que los internos que se amotinaron sean castigados, y trasladados a otro lugar, y también pidió disponer las medidas necesarias para evitar agresiones a los internos.
Aumento de la vigilancia
La Dirección General de Reclusorios reforzó la seguridad en el interior del recinto y se trató de hacer más estrictas las medidas para dar permisos de entrada, al cumplirse 10 días sin que haya director general, tras la renuncia de Raúl Gutiérrez Serrano, quien no pudo controlar los privilegios existentes en las cárceles de la ciudad.
Se prohibió la visita de personas que no fueran familiares directos de los internos del módulo de alta seguridad y se hizo exhaustiva la revisión que se pudo evitar a cambio de alguna moneda.
En el área de dormitorios fue posible confirmar la venta de droga en un día de visita que saturó completamente los pasillos y áreas de descanso. En la explanada del reclusorio, el penetrante olor a mariguana domina incluso el del agua estancada que hay en algunas zonas del área recreativa.
Los internos indicaron que sin problema se puede conseguir alcohol, droga y algunos fines de semana también mujeres. Afirmaron que contrario a lo que indican las ONG, continúa la fajina y se tiene que dar dinero para tener un pan y evitar el pase de lista de la tarde.