La Jornada 18 de abril de 1997

Documentan mal manejo de productos radiactivos en Laguna Verde

Gustavo Castillo García Ť Con documentos sellados de recibido por dependencias federales y fotografías en mano, Trabajadores despedidos de la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde reportaron la quema de material radiactivo a cielo abierto; la transportación de éstos de Veracruz a Matamoros sin la menor precaución; el almacenamiento y desecho de productos radiactivos en bolsas de polietileno; así como los casos de decenas de personas afectadas por radiciones durante las recargas de los reactores.

En conferencia de prensa en la sede del Partido de la Revolución Democrática, Angel Azamar, dirigente de la Organización de Trabajadores Despedidos de Laguna Verde, y el físico Bernardo Salas Mar dijeron que en la mayoría de personas contratadas de manera temporal --2 mil 500-- para realizar labores de recarga de los reactores no se utilizaron los equipos adecuados, y cuando absorbieron el máximo permisible de radioactividad fueron despedidas de manera inmediata.

Indicaron que en la planta nucleoeléctrica se realizó la adquisición de materiales que nunca fueron utilizados y otros más falsificados.

Expusieron que que la Comisión de Seguridad e Higiene Industrial que tenía bajo su responsabilidad la seguridad en lo interno y externo en caso de un accidente fue desaparecida y sus integrantes despedidos.

Azamar acusó de manera directa a Ricardo Guerrero Salias, subgerente administrativo, de realizar compras inútiles y alentar la contratación de personal llevado por empresas particulares para realizar sin la menor capacitación labores especializadas.

Por su parte, Bernardo Salar Mar, quien se desempeñó como ingeniero en protección radiológica, informó que el 9 de marzo de 1993 se presentó en la planta un estado de alerta que nunca fue declarado como tal por las autoridades de Laguna Verde, lo ``cual dejó en la indefensión a los trabajadores, al no notificarles del peligro al que estuvieron expuestos''.

Señaló la ``existencia de un incinerador clandestino, donde se quema basura radiactiva por las noches, por lo que se emiten gases y partículas radiactivas a la atmósfera''.

Aseguró que los ``expedientes de dosimetría personal presentan errores en su elaboración y alteración de los niveles de radioactividad en cada trabajador, por lo que no es posible proteger a los empleados de sobrecargas de esa naturaleza''.

Indicó que ``durante la última recarga de combustible de la unidad I la dosis radioactiva acumulada por el personal en poco más de dos meses fue superior a la que se alcanza en otras plantas en un lapso de dos años, con lo que aumentó la posibilidad de que los 200 trabajadores que laboraron en la alberca de supresión contraigan algún tipo de cáncer''.

Loco, quien ha señalado anomalías en Laguna Verde

Leonardo Rodríguez Alcaine, dirigente del Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) calificó de ``loco'' a quien ha señalado irregularidades en la Central Nuclear Laguna Verde; dijo que no han ocurrido accidentes en ella, y negó que el número de despidos sea de más de 300 --como lo informaron trabajadores despedidos--, indicó:

``Efectivamente, ha habido no 300, sino mil 500 y va a haber por lo menos otros mil, que son los trabajadores eventuales de construcción. Respecto al físico Bernardo Salas Mar, quien interpuso denuncias ante la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas (CNSNS), así como ante el propio SUTERM y la CFE por fallas en la medición radiológica, compras ``dudosas'' de materiales y equipos y efectos posteriores en trabajadores debido a la mala medición de la cantidad de radición que habían recibido durante el desempeño de su labores, el dirigente cetemista consideró:

``Desgraciadamente, el compañero --Bernardo Salas-- está enfermo, está loco. Tiene una enfermedad siquiátrica, incluso sus denuncias han llegado al Presidente de la República, no con éste sino con el anterior, y ahora con el actual.

``Por lo que se refiere a su persona, lo hemos defendido y le están pagando. Ahora quizá sea uno de los despedidos; no es eventual, pero le suplicamos que fuera a medicina del trabajo para que la autoridad nos diga qué hacer con él, porque pone en peligro también la vida del resto de los compañeros''.