Sin protección legal, 42 millones de trabajadores temporales en el mundo: OIT
Kyra Núñez, especial para La Jornada, Ginebra, 19 de abril Ť Casi 42 millones de trabajadores temporales --unos 70 mil centroamericanos en México-- están desprotegidos de los derechos laborales a que tienen acceso los trabajadores inmigrantes por medio de convenciones internacionales específicas, informó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El problema aumenta y se agudiza porque más países favorecen los sistemas de migración temporal para cubrir vacantes en puestos de trabajo no calificado o semicalificado, y debido a la intervención, la mayoría de las veces dolosa, de las compañías privadas que, mediante pagos de los trabajadores eventuales, se encargan de la contratación o de ``colocar'' al demandante de empleo.
La OIT externó su preocupación por la suerte que corren los trabajadores de temporada, los vinculados a un proyecto de cometido especial, los proveedores de servicios transfronterizos, los estudiantes y quienes siguen cursos de capacitación, (unos 42 millones en el mundo, que no incluyen a trabajadores indocumentados, refugiados y solicitantes de asilo, ni a diplomáticos, funcionarios internacionales, empleados domésticos, pequeños comerciantes y trabajadores itinerantes).
``Nuestra preocupación se dirige precisamente a los migrantes porque están fuera de la protección legal que otorgan las convenciones internacionales en el mundo del trabajo'', dijo Roger Bohming, uno de los principales funcionarios de la OIT que participó en la elaboración del documento Protección de las categorías de trabajadores más vulnerables. Este servirá de base para la reunión tripartita (gobiernos, trabajadores y empleadores) de expertos sobre las actividades futuras del organismo en el campo de las migraciones, que se realizará en Ginebra del 21 al 25 de abril.
La OIT ha identificado un alza significativa en el número de países que ofrecen visas temporales a inmigrantes con un trabajo de duración fija. En Estados Unidos la cifra de trabajadores no inmigrantes creció 4 por ciento, de 340 mil en 1990 a 413 mil. Canadá, por otra parte, duplicó sus visas para llegar a 234 mil en la última década. México admite cada año más de 70 mil trabajadores centroamericanos temporales en el sector de agricultura.
México es una ``rareza'' porque tiene el problema en sus dos fronteras, dijo Bohming. De su frontera sur recibe legalmente a miles de centroamericanos para empleos temporales, y de su frontera norte emigran miles más de mexicanos como obreros temporales hacia Estados Unidos y Canadá. Los peligros de tal situación se viven en el país al tiempo que confronta las demandas de abusos contra sus ciudadanos en el extranjero''. Sólo Jordania tiene un caso similar, pero no de la importancia que tiene el de México.
La reunión, dijo el experto, debe interesar a México porque precisamente tiene las categorías de trabajadores temporaleros que nos preocupan y para quienes se intenta encontrar una guía de conducta que cubra sus necesidades de alojamiento, contrataciones justas, derecho a la reunificación familiar, seguridad social y regreso sin problemas al país de origen. De cierta manera, se pretende ``contrarrestar una situación que se presta para que existan serias desigualdades contra no nacionales que son admitidos temporalmente para un trabajo específico y de duración fija''.
En la mira de los expertos también está el papel que desempeñan las compañías privadas de contratación, que son las que dominan la organización del trabajo temporal. Más de 80 por ciento de todos los movimientos laborales en Asia y los países árabes se realiza a través de organismos privados, cita el informe.
El objetivo de la reunión, en la que participarán 31 países con delegaciones tripartitas, cubre el trabajo legal y no el de los trabajadores sin documentos, pero a la larga repercutirá en este sector, debido a que si se aceptan los lineamientos para tal tipo de contratación se protegerán los derechos de los trabajadores temporaleros y se observará la situación de los indocumentados, así como de las compañías privadas que los explotan y ponen en riesgo la vida de éstos.
No se intenta llegar a proponer una convención, sino una guía para que los gobiernos que favorecen el trabajo de tipo temporal ofrezcan condiciones adecuadas y las hagan respetar por las compañías privadas de contratación, explicó Bohming.