La Jornada 19 de abril de 1997

La sana distancia, exigencia social, no decisión personal: PRD a Zedillo

Jesusa Cervantes y Elio Henríquez, corresponsal Ť Las tareas de publicidad priísta nada tienen que ver con las de jefe de Estado y sus declaraciones inciden negativamente en una situación de por sí tensa, expresó ayer en una misiva Andrés Manuel López Obrador al presidente Ernesto Zedillo.

En su carta, el dirigente nacional del PRD menciona al Presidente que él es el responsable de la estabilidad del país, por lo que debe impedir que la contienda electoral se violente y degrade.

``Me preocupa profundamente que en estos momentos usted desate las fuerzas de lo que se ha dado en llamar el México bronco. Le solicito en forma respetuosa que rectifique'', pide López Obrador.

Por otro lado recuerda que después del discurso que pronunció (Zedillo) el sábado pasado en la sede del PRI y la justificación que un día después hizo a través de la red nacional de televisión, han provocado agresiones de dirigentes y funcionarios priístas contra la oposición.

Como datos, el dirigente perredista narra a Zedillo el discurso que el líder nacional del PRI pronunció el 16 de abril, donde aseguró que el PRD es un partido vinculado a ``movimientos violentos'', y la acusación que el gobernador de Oaxaca, Diódoro Carrasco, lanzó contra un candidato del PRD por un fraude que no cometió. ``Esto equivale a anunciar una campaña de calumnias contra un candidato opositor'', afirmó.

En la carta, López Obrador recuerda por lo menos diez calificativos que imputó Zedillo a la oposición en su discurso en la sede del PRI y en tono irónico le expresa: ``No reconozco en todos estos calificativos a los adversarios políticos del Presidente y me preocupa su visión de los opositores''.

Agrega: ``Dudo mucho que se trate de un ardid polémico en donde se inventase un enemigo inexistente, monstruoso y lleno de defectos. Un razonamiento así no sería digno de usted''.

No está en cuestión si es o no legal su participación a favor de un partido, aclaró López Obrador a Zedillo, sino el tiempo que el Presidente de la República dedica a sus actividades partidistas en un momento en que la nación reclama toda su atención.

``La sana distancia no es una decisión personal sino una exigencia legal y política de la democracia que queremos. Lo llamo a que actúe a la altura de las circunstancias y cumpla cabalmente con su responsabilidad de jefe de Estado. Todo ello por el bien de México'', concluye.

Por otro lado, en gira por San Cristóbal de las Casas, López Obrador afirmó que la paz en Chiapas pasa necesariamente por el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés, firmados entre gobierno y EZLN.

Sostuvo que si el gobierno cumple su palabra y manda la iniciativa de Ley sobre Derechos y Cultura Indígenas al Congreso de la Unión, se distenderá el ambiente en el estado y el país.

El dirigente perredista dijo que su partido está llamando a votar en Chiapas porque desean un cambio por la vía pacífica legal. Sin embargo, no descartó ``provocaciones por la actitud que está asumiendo el Presidente de la República, quien consciente o inconscientemente está dando el banderazo para la guerra sucia''.

A continuación, el texto íntegro de la carta enviada por Andrés Manuel López Obrador al Presidente:

Dr. Ernesto Zedillo

Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos

Presente:

Como mexicano y como presidente de un partido político, me dirijo a usted a propósito de su reciente actuación partidista.

Como a muchos mexicanos, me preocupan las posiciones que usted ha manifestado públicamente. Usted no estará de acuerdo con quienes piensan como yo, pero las tareas de publicidad priísta nada tienen que ver con las de jefe de Estado. Sus recientes declaraciones en torno a su partido, el Revolucionario Institucional, inciden negativamente en una situación ya de por sí tensa.

Usted reclama su derecho a tomar partido y hacer campaña por los candidatos del PRI, argumentando que así lo hacen los jefes de Estado, no todos, de las democracias modernas de Norteamérica y la Unión Europea. Me temo, señor Presidente, que se le olvida que México no es precisamente un modelo de democracia avanzada. Usted mismo ha reconocido en el exterior que llegó al cargo presidencial tras unas elecciones profundamente inequitativas.

Todos los ciudadanos de México sabemos que el Presidente no es cualquier ciudadano. En las democracias a las que usted se refirió para sustentar su posición, los mandatarios no tienen las prerrogativas del Presidente de México. Allí la televisión es plural, no existe un partido a la disposición del Estado, y sobre todo hay una democracia parlamentaria. El Poder Legislativo limita al Ejecutivo. Las cámaras de Diputados y Senadores suelen rechazar las iniciativas presidenciales, cosa que en México hace mucho que no sucede.

No está en cuestión si es o no legal su participación a favor de un partido; esta es una facultad que debe tener cualquier ciudadano ordinario en nuestro país, pero me parece importante señalar que en México el Presidente ha sido un ciudadano que sólo tiene facultades extraordinarias.

Pondré un ejemplo: para contestar a las críticas a sus acciones partidarias, usted envió un mensaje televisivo en cadena nacional. No cualquier ciudadano puede utilizar los medios masivos de comunicación para contestar a una crítica hecha por sus oponentes.

Pero además me temo que con este gesto usted despertó en muchos mexicanos serias dudas y preguntas: ¿cómo el Presidente de la República le dedica tanto tiempo a sus actividades partidistas en un momento en que la nación reclama de toda su atención? ¿qué pasó con la sana distancia que usted prometió mantener con su partido? ¿cómo es posible que nos diga que gobierna para todos mientras promueve un Congreso que lo representa básicamente a usted?

¿Por qué si afirma usted respetar las opiniones de sus opositores, los llenó usted de calificativos negativos?

Es posible que lo haya dicho sin proponérselo, pero señaló a sus opositores de buscar un cambio ``destructivo'', de ``retroceso'', de ``arrebato'', de ``intolerancia'', para la ``agresión negativa'', para ``retroceder en el pasado'', de ``hipocresía'', ``retrógrado'' o ``populista'', ``autoritario'', etcétera. ¿A cuántos mexicanos censuró o descalificó al hacer lo anterior?

No reconozco en todos estos calificativos a los adversarios políticos del Presidente y me preocupa su visión de los opositores. Dudo mucho que se trate de un ardid polémico en donde usted se inventase un enemigo inexistente, monstruoso y lleno de defectos, al cual sería fácil cortarle la cabeza de un solo tajo. Un razonamiento así no sería digno de usted.

En la tradición del sistema político mexicano, cuando un Presidente habla de sus opositores con un lenguaje como el por usted utilizado en su mensaje, los funcionarios federales, gobernadores, alcaldes, etcétera, toman nota y proceden. Es el momento de atacar sin piedad a los enemigos. En este caso muchos han leído en su discurso la señal de no detenerse ante nada para frenar como se pueda el avance opositor hacia la alternancia en el poder. Así, ya tenemos indicios de que se desata contra la oposición una guerra sucia y sin cuartel.

Humberto Roque Villanueva, líder del PRI, declaró el 16 de abril: ``El electorado de la ciudad de México va a conocer los grandes errores que cometió el ingeniero Cárdenas cuando gobernó la entidad michoacana. Va a conocer las profundas contradicciones que tiene el PRD por ser un partido vinculado a movimientos violentos en el país''. Esto equivale a anunciar una campaña de calumnias contra un candidato opositor a la gubernatura del Distrito Federal. Dándose el lujo de establecer los tiempos comerciales de dicha campaña, parece estar diciendo: ``No se pierda el nuevo linchamiento moral''. En Oaxaca, el gobernador Diódoro Carrasco no quiso quedar atrás y acusó, en plena campaña electoral, a un candidato del PRD de un fraude que no cometió.

Señor Presidente: usted es el responsable de la estabilidad del país y de su paz social. Me preocupa profundamente que en estos momentos usted desate las fuerzas de lo que se ha dado en llamar el México bronco. Usted es el principal responsable del proceso electoral y de los comicios del 6 de julio. Usted más que nadie debe impedir que estos procesos se violenten y se degraden. La sana distancia no es una decisión personal sino una exigencia legal y política de la democracia que queremos. En razón de todo lo anterior, le solicito en forma respetuosa y sincera que rectifique. Lo llamo a que actúe a la altura de las circunstancias y cumpla cabalmente con su responsabilidad de jefe de Estado. Todo ello por el bien de México.

Democracia ya Patria para Todos

Atentamente:

Andrés Manuel López Obrador
Presidente del PRD