Debilitó el fallo la autoridad moral del órgano electoral, señala Calderón

La Jornada de Oriente y Carlos Camacho, corresponsal Ť La decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife) de anular la disposición que impedía al gobierno publicitar obra pública 30 días antes de las votaciones del 6 de julio, debilita la autoridad moral del IFE, afirmó, en la capital de Puebla, Felipe Calderón, presidente nacional del PAN.

Al visitar Santiago Tulantepec, Hidalgo, para apoyar el arranque de la campaña de Francisco Javier Berganza, candidato a diputado federal por el distrito 4, con sede en Tulancingo, Calderón sostuvo ante unos mil simpatizantes que ``es vital para el país que el PRI pierda los comicios del 6 de julio''.

El panista dijo en Puebla que el Trife ignoró de manera desafortunada que el consejo general del IFE no sólo tiene capacidad para conducir el proceso electoral desde el ámbito legal, sino también político, mediante recomendaciones y disposiciones.

Entrevistado al término del acto en el que los candidatos panistas a diputados iniciaron su campaña en Puebla, dijo que por ahora AN no pedirá la destitución de los magistrados del Trife que anularon la resolución del IFE, pero considera que ``en su fallo prevaleció la vieja cultura de no tocar los actos que efectan al gobierno federal''.

``El fallo del Trife no afecta al proceso completo de la transición a la democracia, pero sí constituye un paso atrás en el perfeccionamiento de los procesos electorales'', abundó Calderón Hinojosa.

``Pese a que la decisión del Trife debilita la autoridad moral del IFE, lo que ahora se necesita es apoyar a éste para que sus determinaciones sean acatadas por todos los partidos y los diferentes niveles de gobierno'', concluyó.

En tanto, al apoyar el inicio de campaña del cantante Francisco Javier, dijo en Hidalgo que ``México requiere un cambio de gobierno para lograr el desarrollo''.

El presidente nacional panista refutó las declaraciones de Esteban Moctezuma, candidato a senador por el PRI, en el sentido de que la oposición sería capaz de destruir al país con tal de llegar al poder.