De enero a marzo se encareció 8% la canasta básica alimentaria
Patricia Muñoz y Judith Calderón Ť La canasta básica alimentaria se encareció en el primer trimestre 8 por ciento, porcentaje que significa la mitad de la inflación prevista para todo 1997, señala un análisis del Congreso del Trabajo (CT); en tanto, información de la Secretaría de Comercio establece que en este lapso hubo fuertes incrementos de precios en productos de alto consumo nacional como la carne, la leche, el azúcar y el atún, entre otros.
Estos informes indican que la canasta básica para una familia promedio de cinco miembros tiene un costo en el mercado de mil 983 pesos en promedio, que significa 2.5 veces el salario mínimo mensual.
Estima el CT que un trabajador necesitaría ganar más del doble del salario mínimo para poder adquirir sólo los productos de mayor necesidad, sin incluir los satisfactores básicos restantes como vivienda, salud, transporte, ropa y calzado.
En tanto, la información de la Secofi precisa que entre enero y marzo se encarecieron el azúcar en 17.3 por ciento; la leche en polvo en 3.5; las carnes en sus diferentes presentaciones entre 5 y 10; las galletas y pan de caja en 6.6; las leches condensadas entre 5 y 8.3; la manteca en 4.3, y las conservas enlatadas en 5.5 por ciento.
También sufrieron ajustes de precio el atún en 3.7 por ciento; el café soluble, 8.3; la avena, 10.1; el chocolate en polvo, 11.1; los refrescos y jugos de sabores, 20 por ciento en promedio; las mermeladas, 1.1, y el aceite, 4 por ciento, entre otros más.
El Congreso del Trabajo refirió en su análisis que en el presente sexenio el precio de la canasta básica alimentaria se ha incrementado 173.7 por ciento, lo que ha deteriorado gravemente el nivel de consumo de la clase trabajadora y mantiene comprimido el mercado nacional.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Héctor Larios Santillán, hizo un llamado de alerta a las autoridades gubernamentales para evitar sobresaltos en el tipo de cambio, la inflación y las tasas de interés, y dijo que el desmedido incremento en los precios al consumidor ``es una enfermedad de la economía''.
Indicó que gracias a la estabilidad que muestra la economía del país el peso se ha recuperado y las cifras van bien en lo general; no obstante, es preciso redoblar los esfuerzos para mantener las finanzas públicas sanas y abatir la inflación.
Sólo si la nación lograra un Indice Nacional de Precios al Consumidor de entre 10 y 15 por ciento en los próximos años, se logrará un crecimiento generalizado en la economía, se creará más empleo y se podrá mejorar el poder de compra de los trabajadores, aseguró Larios Santillán.
Añadió que el desmedido incremento de precios al consumidor no sólo afecta directamente sino también indirectamente a la población, ya que disuade la formación de ahorros, desvía los recursos de la inversión hacia la especulación, contribuye a la concentración del ingreso en los sectores de mayores recursos y provoca tensiones sociales, a la vez que genera desconfianza e inhibe la inversión.
Para Larios Santillán la inflación ni siquiera reactiva temporalmente la economía --como alguna vez lo creyeron algunos economistas--, ya que sólo acarrea males sociales de todo tipo.
Apoyo en abasto a zonas rurales
El gobierno federal lleva a cabo programas de abasto rural de básicos a un bajo costo para los consumidores. La Conasupo informó ayer que durante el primer trimestre del año otorgó 64 mil toneladas de maíz a más de 20 mil comunidades rurales del país.
A través de Diconsa (Distribuidora Conasupo) la paraestatal ofrece el producto a precios inferiores a su costo promedio de compra, con la finalidad de que el alimento esté al alcance de la población. Se estima que durante 1997 se abastecerán más de 700 mil toneladas de maíz con la misma finalidad.
La dependencia indicó que los habitantes de las zonas beneficiadas cuentan con el grano para su consumo durante todo el año, especialmente en aquellas regiones donde la producción es insuficiente para atender la demanda local.
El grano que surte Conasupo es blanco, de procedencia nacional, y es captado mediante los programas de compra que realiza cada ciclo de cosechas.