A la propuesta electoral del Partido Revolucionario Institucional y su candidato a jefe de Gobierno del Distrito federal, no la podemos juzgar de la misma forma que a las de otras fuerzas políticas. La del PAN, PRD y otros partidos las analizamos en su contenido textual, a la luz de su práctica política, y en el caso del PAN por sus acciones en las grandes ciudades en donde gobierna. Pero la del PRI, que ha gobernado sin interrupción a la capital durante siete décadas, desde la Presidencia de la República y el Gobierno Federal a través de un Regente designado sin participación ciudadana, en ausencia de un Congreso local, tenemos que juzgarla mediante su confrontación con los resultados de las políticas aplicadas en el pasado, sobre todo el reciente; es decir, por lo que es la ciudad de México hoy.
La ciudad de México y el DF están hundidos en una crisis urbana global, estructural, que afecta a todos sus componentes humanos y materiales.
1. Crisis económica caracterizada por 15 años de crecimiento económico casi nulo; el mantenimiento de altas tasas de desempleo y la formación de un enorme sector ``informal'', hecho parte de la estructura económica y laboral; 20 años de caída constante del poder adquisitivo del salario, que hoy es una cuarta parte del de 1976; la quiebra de miles de pequeñas y medianas empresas en todos los sectores económicos, sobre todo el industrial, que ha llevado a la destrucción de parte importante de la base productiva urbana; el endeudamiento insoluble de cientos de miles de capitalinos con una banca sostenida con alfileres por los subsidios estatales disfrazados; la contracción drástica del mercado interno, que indica el subconsumo, incluido el alimentario, de la mayoría de la población; y el dominio de la economía urbana por actividades monopólicas, especulativas, improductivas o asociales.
2. Crisis social cuyos rasgos más violentos son: el empobrecimiento generalizado y creciente de la población; su exclusión progresiva del acceso a infraestructuras, bienes y servicios esenciales para la sobrevivencia y el mejoramiento de la calidad de vida; el desamparo y deterioro de las condiciones de vida de los sectores sociales más vulnerables (ancianos, niños, discapacitados); la falta de oportunidades, segregación y opresión de las minorías indígenas en la ciudad, los jóvenes y mujeres; y la segregación espacial de los grupos sociales subordinados.
3. Crisis política, de la que es responsable el régimen de partido de Estado encarnado en el PRI-Gobierno, cuyo autoritarismo y descomposición, frente a la demanda ciudadana de democratización, conducen a la ingobernabilidad democrática, por pérdida de credibilidad y legitimidad del gobierno y su partido.
4. Crisis moral, cuyos ingredientes son la ineficiencia y corrupción del aparato burocrático, policial y judicial; la ausencia de un Estado de derecho, la venalidad de la justicia y la impunidad; la penetración profunda del narcotráfico y la delincuencia en la estructura político-social, y la generalización de la violencia y la inseguridad.
5. Crisis cultural por la destrucción de las estructuras culturales construidas en el pasado y de las identidades nacionales y locales, frente a una globalización cultural mercantilizada, impuesta, donde domina lo más pobre, individualizador y desnacionalizante de la cultura de los países hegemónicos del capitalismo.
6. Crisis urbana de gigantismo; dispersión y desorden del crecimiento físico; regulación limitada, ineficiente y discrecional; fragmentación y segregación territorial y social de la ciudad; insuficiencia y mala calidad de las infraestructuras y servicios esenciales; congestionamiento y mala calidad del transporte; inadecuación de las estructuras a las necesidades de los sectores vulnerables; alta vulnerabilidad ante desastres y deterioro inmobiliario.
7. Crisis ambiental por la destrucción creciente de los recursos naturales renovables, la ocupación masiva de áreas agrícolas y de reserva forestal, la contaminación atmosférica y de los mantos acuíferos superficiales y subterráneos, la inadecuada recolección y tratamiento de los desechos sólidos y líquidos, y la agresión a la salud de la población que ello genera.
Esta crisis es el resultado de los patrones de desarrollo económico-social y las políticas aplicadas durante siete décadas por el PRI y su régimen político, sobre todo por sus tres últimos gobiernos neoliberales. ¿Nos propone algo nuevo el PRI y su candidato en la contienda electoral actual, que nos haga creer que si se mantienen en el poder en el DF, superaremos la crisis urbana global?.