Elecciones en el STUNAM: apatía, crisis y candidatos que repiten
Claudia Herrera Beltrán Ť Inmerso en una crisis como organización gremial independiente y de vanguardia, el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM) elegirá mañana y el viernes a su nuevo comité ejecutivo, en una contienda que, independientemente de quién sea el ganador, estará marcada por el continuismo que han dado a esta organización los seguidores de los dirigentes históricos, Evaristo Pérez Arreola y Nicolás Olivos Cuéllar.
Renovación es una palabra que parecen haber olvidado los trabajadores universitarios, quienes hoy tienen como candidatos a los mismos dirigentes que hace tres años se disputaron el comité: Agustín Rodríguez, quien busca relegirse por la Corriente Roja, y Adrián Pedrozo, de Alianza Democrática, quien se quedó a 400 votos en las pasadas elecciones.
Una tercera planilla está en la arena política de este año: la Naranja, encabezada por Andrés Rodríguez. Pero los dirigentes de Alianza Democrática afirman que los naranjeros no son otra cosa que una corriente promovida por Agustín Rodríguez para dividir el voto y perjudicar a Pedrozo.
Ejemplo de sindicalismo independiente hace 20 años, el STUNAM es hoy una organización desmovilizada que en nueve años no ha protagonizado un movimiento de huelga; enfrenta un rezago salarial y compite con 7 mil trabajadores de confianza, que según estudios recientes consumen la mitad de la nómina de la UNAM.
Surgido de la fusión del SPAUNAM y el STEUNAM, dos sindicatos que en los setentas desafiaron el echeverrismo, el STUNAM se ha convertido en una organización clientelista que, según sus críticos y los análisis de investigadores, no ha sabido renovarse de acuerdo con ritmo de los tiempos, e incluso se le identifica como un sindicato proclive a los dictados de la rectoría.
El director del Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU), Angel Díaz Barriga, considera que sindicatos universitarios como el STUNAM son organizaciones ``víctimas y victimarias'' que tienen una concepción ``caduca'' que no ayuda al desarrollo institucional y que, al mismo tiempo, niega a sus miembros la oportunidad de superarse en el terreno laboral.
Pero más allá de los electores, los candidatos parecen disputarse la hegemonía de un proyecto sindical con tintes partidarios que tiene su origen en el Partido Comunista Mexicano, en el cual ambos líderes militaron en su juventud.
Por un lado está Agustín Rodríguez, quien promueve al Foro del Sindicalismo ante la Nación, corriente de cambio sindical que promueve el líder de los telefonistas, Francisco Hernández Juárez, y por otro, Adrián Pedrozo, quien es seguidor del PRD y que en su planilla tiene a militantes y simpatizantes de ese partido: Luis Bravo Pérez, quien compite por la cartera de organización y que en 1994 fue candidato a asambleísta por el PRD, y a Luis Gómez, la carta fuerte de los académicos, y quien trabaja como asesor del PRD en la Cámara de Diputados y es miembro de El Barzón Nacional y Metropolitano.
La comunidad universitaria, que hace tres años acudió masivamente a las urnas -la votación llegó a 90 por ciento del padrón- no se ha mostrado muy interesada en participar en el proceso electoral de este año.
Estimaciones de las propias planillas señalan que cuatro de cada diez trabajadores declararon que desconocen el programa de los contendientes. Pero nueve de esos diez empleados identificaron a quienes encabezan la Corriente Roja y Alianza Democrática, y señalaron que son viejos conocidos del STUNAM.
Agustín Rodríguez Fuentes, con más del 20 años en el sindicato, fue fundador del gremio y de la Corriente Roja Flores Magón. A la salida del sindicato del controvertido Evaristo Pérez Arreola, secretario general durante cerca de 20 años y que terminó como asesor del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, se le ubicó como uno de los más fuertes candidatos para sucederlo; sin embargo, en aquella ocasión la responsabilidad recayó en Nicolás Olivos Cuéllar, líder que terminó su periodo severamente cuestionado por la comunidad universitaria.
Egresado de la facultad de Ingeniería de la UNAM, Rodríguez Cuéllar reconoció desde las elecciones pasadas que Olivos Cuéllar profundizó la crisis del STUNAM, por lo que desde entonces ha sostenido que va a recuperar la combatividad y la credibilidad del gremio, aunque ahora con algunos matices.
Adrián Pedrozo Castillo, también fundador de la Corriente Roja y del sindicato, está nominado para ocupar la secretaría general. Desde 1977 forma parte del aparato de administración sindical. En esta campaña ha tratado de significarse por ofrecer un rostro que critica el clientelismo de la actual dirigencia y que ha buscado políticamente un cambio al declararse simpatizante perredista. Sin embargo, su discurso hace recordar la bandera anticlientelista que enarboló Agustín Rodríguez para llegar a la dirigencia.
Cuando salió, en 1989, Evaristo Pérez Arreola del STUNAM, a Pedrozo se le ubicó como otro de los candidatos más fuertes a sucederlo, junto con Nicolás Olivos Cuéllar. Nominado este último secretario general, manifestó su inconformidad en espera de una nueva oportunidad que no llegó. Sus detractores aseguran que esta fue la causa por la cual decidió buscar por su cuenta el liderazgo sindical. Sin embargo, sus defensores afirman que el rompimiento con la Corriente Roja para fundar Alianza Democrática en 1994 fue provocado por las diferencias que tenía en la forma de sacar al STUNAM del letargo en el que está.
Andrés Rodríguez, quien encabeza la planilla Naranja, es trabajador de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuatitlán y aspira a ganar como máximo una o dos carteras en el comité ejecutivo, ya que las primeras nueve le corresponden a la corriente que obtenga 51 por ciento de los votos y las otras ocho a la segunda fuerza.
Su historia de colaboración con el actual secretario general, hace de Rodríguez un candidato ``sospechoso'' para Alianza Democrática. La considera una planilla prohijada por la Corriente Roja con el fin de ``restarle'' votos a Adrián Pedrozo y que se repita lo de hace tres años, cuando el hermano de Nicolás Olivos Cuéllar, Leonardo, logró con Alternativa Sindical Integradora 1.5 por ciento de los votos.
Estas son las tres planillas que el jueves y viernes se pelearán por los votos de 25 mil 613 trabajadores, de ellos 2 mil 850 son académicos y el resto administrativos, agremiados que, según las estimaciones más conservadoras han perdido en 14 años 200 por ciento de su poder adquisitivo; que en una década se han visto debilitados por el ingreso de unos 7 mil empleados de confianza y que en la última revisión salarial obtuvieron el 16 por ciento de incremento, el porcentaje más bajo que logró una institución de educación superior en ese periodo.