Aún hay espacio para la lucha política; la armada no es central: EPR
Maribel Gutiérrez, corresponsal, Costa Grande, Gro., 27 de abril Ť En un paraje montañoso de esta región, por caminos que hace más de 20 años recorrió la guerrilla de Lucio Cabañas, dos dirigentes del Ejército Popular Revolucionario (EPR), el comandante Antonio y el coronel Santiago, afirman que en México todavía hay espacios para la lucha política y que la lucha armada no es fundamental.
Sin embargo, el EPR sigue creciendo. Precisamente el día en que cuatro reporteros fueron trasladados a un campamento eperrista invitados a una conferencia de prensa, se había constituido una nueva columna para esa área, integrada mayoritariamente por campesinos, todos menores de 20 años.
Milicianos del EPR, en la sierra de Guerrero.
Foto: Héctor Téllez
La insistencia de los dirigentes en la importancia de la lucha política contrasta con lo que alrededor se ve. Jóvenes con el rostro cubierto con franelas rojas, con uniforme de campaña verde olivo y café, botas negras, mochilas a la espalda, que están aquí listos para combatir y en ningún momento dejan sus fusiles AK-47.
``Estamos en un campamento táctico'', explica el coronel Santiago durante la conferencia de prensa, en la que participaron también el comandante Antonio, miembro del Comité Central del Partido Democrático Popular Revolucionario y de la comandancia general del EPR; el capitán Lázaro y el capitán Daniel, en el fondo de una cañada, sin escenografía, con las grabadoras sobre una mochila, y tanto los dirigentes eperristas como los reporteros sentados en piedras o sobre la hojarasca.
La única ceremonia se realizó poco antes, cuando se formó la columna de 20 combatientes frente a sus mandos y el jefe de la unidad, un joven con acento costeño, el capitán Silvano, dio el parte de dos días: ``Sin novedad; sólo un compañero que se cansó. Los periodistas están bien''. Y recibieron la orden de guardar un minuto de silencio, con los fusiles en alto, ``por los revolucionarios peruanos del Movimiento Tupac Amaru, que fueron asesinados en una traición del gobierno de Fujimori que decía dialogar'', y además repudiaron la posición del gobierno mexicano que manifestó su beneplácito por esa acción, ``lo que muestra la identificación que existe entre los regímenes del neoliberalismo''.
Como lo han hecho en otras regiones, hablaron sobre los espacios que hay para la lucha política y su llamado a organizaciones sociales y ciudadanos a constituir una comisión de la verdad, que informe sobre la ruptura del estado de derecho en el país. No dieron a conocer la respuesta que han encontrado.
Después respondieron preguntas sobre su accionar en Guerrero, al parecer la entidad donde tienen mayor fuerza, que ilustran con sus datos sobre bajas causadas al Ejército Mexicano, al que no le han declarado la guerra: 140 muertos en el país y, de estas bajas efectivas, unas 100 se han dado en Guerrero en 10 meses de acciones de autodefensa. Y las bajas eperristas: cuatro combatientes muertos en el país, uno de ellos en Guerrero.
Continuidad con la guerrilla de Lucio
El comandante Antonio recuerda que entre 1972 y 1974 en esta área había un ``fuerte apoyo social'' a la guerrilla del Partido de los Pobres (PDLP), que después de la muerte de Lucio Cabañas ``pareciera que hubiera dejado de existir''. Sin embrago, ``cuando llega nuevamente a la zona una unidad guerrillera que realiza reconocimiento armado, y en cuanto esta unidad entabla contacto con la población, de inmediato se expresa la simpatía al movimiento armado. Llegamos otra vez con aquella gente, muchos de ellos ancianos, porque algunos participaron desde 1967 y fueron los primeros que se incorporan con nosotros. No podían andar en el monte, pero nos presentaron en las poblaciones''.
Dice que en esta región, en algunas unidades a veces se juntan hasta tres generaciones: ``algunos adultos que tuvieron participación en la época de Lucio nos traen a sus hijos'', y comenta que en el futuro de los jóvenes de esta región sólo puede estar dedicarse a la delincuencia, al narcotráfico o incorporarse a la guerrilla.
--¿ Entre el EPR y el PDLP de Lucio Cabañas hay continuidad?
--Hay una línea directa, pues el PDLP participa directamente en este esfuerzo con otras 13 organizaciones para conformar el PDPR. Por otra parte, a partir del trabajo que hizo en otro tiempo, el PDLP creó simpatías entre gente que ahora entabla contacto con nosotros. Y también confluye en este esfuerzo gente nueva, que se incorpora a la lucha a partir de 1988.
``Hay varias columnas del EPR que eran del PDLP que ahora se enriquece con miembros de otras organizaciones; columnas que nunca dejaron de existir, que ahí estuvieron, a veces con tres o cuatro combatientes, pero ahí andaban; a veces bajándose de la sierra en un afán de sobrevivencia, y ahora son el eje del EPR en algunas zonas''.
Afirma que el apoyo popular al EPR es mayor al que tuvo el PDLP. Dice que esto se puede percibir en las acciones de propaganda armada: ``en ningún lugar hemos tenido ni el mínimo rechazo de la población; al contrario, en algunos casos nos hemos visto precisados a detener ahí a la gente, porque ha habido intentos de incorporación en ese momento''.
La violencia en la región
Sin dar todavía fechas, reiteran que el EPR declarará en breve una tregua unilateral para que su accionar no interfiera con las elecciones federales del 6 de julio, a fin de que el gobierno no utilice al grupo armado como pretexto para la militarización.
El coronel Santiago asegura que el número de efectivos del Ejército Mexicano desplegados actualmente en Guerrero asciende a 45 mil, aunque no revela sus fuentes de información.
Afirman que persiste la violencia contra la población civil con asesinatos, detenciones y torturas, muchas veces cometidos por los militares, y responden a acusaciones procedentes de medios oficiales sobre su participación en ejecuciones de priístas en la sierra. Antonio manifiesta: ``El EPR se deslinda de esas acciones; no hemos hecho esos asesinatos. Sabemos que en el pueblo se está fortaleciendo la idea de que si las denuncias no son efectivas se hace necesaria la justicia por propia mano; eso ha motivado ese tipo de acciones. Nosotros hemos hecho llamados constantes a la población para que cree sus grupos de autodefensa; pensamos que en diversas partes esto se ha expresado en el surgimiento de núcleos pequeños que han retomado este planteamiento y se han lanzado a hacer la autodefensa, a veces atacando al Ejército directamente''.
--¿Qué métodos ha utilizado el Ejército contra el EPR?
--Nos ha combatido usando todos los recursos: con la retención y tortura de población civil; incluso ha quemado el monte para hacer que no tengamos lugares donde reunirnos. Esto es un atentado contra la ecología; ha incendiado los bosques y algunas veces ha colocado en aprietos a nuestras unidades, que han tenido que eludir tanto el cerco militar como el fuego. Es una actitud criminal.
``Ha usado sus recursos técnicos y materiales, tecnología que le permite localizar a gente desde alturas muy grandes con rayos infrarrojos, detectar dónde hay gente. Tiene armas modernas; su adiestramiento ha ido en constante mejora; ha tenido asesores estadunidenses en la lucha contra nosotros y en la tortura de algunos compañeros. Aquí han mandado a sus mejores cuadros militares a combatir la guerrilla''.
Pero señalan que la participación del Ejército en el combate al EPR se dio incluso antes de su presentación pública en el vado de Aguas Blancas el 28 de junio de 1995, porque ya habían sido localizadas unidades guerrilleras en la sierra de Coyuca de Benítez.
Dicen que en el combate a la guerrilla ha estado el general Mario Arturo Acosta Chaparro y que él estuvo al frente de las operaciones del gobierno durante el periodo previo a la matanza de 17 campesinos en Aguas Blancas, el 28 de junio de 1995, así como en el periodo posterior, y actualmente, ``porque Acosta Chaparro está incorporado al combate contra nosotros, tanto en el Ejército como en un grupo especializado que él dirige para el combate al EPR''.
Señalan que parte fundamental de la estrategia del Ejército para combatirlos son las labores de inteligencia y que han encontrado fuerzas especiales que se hacen pasar por combatientes del EPR o de otros grupos revolucionarios para obtener información y ubicar a simpatizantes de la lucha armada.
Presencia en Aguas Blancas
Cuando fue gobernador Rubén Figueroa Alcocer con frecuencia se filtraba información gubernamental a los medios sobre la presencia de grupos armados en la sierra y Montaña de Guerrero. Ni el gobierno ni los grupos armados confirmaban las versiones.
El comandante Antonio reconoce que tenían unidades en la sierra desde antes de la matanza de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas y agrega: ``El estado había detectado la presencia de algunas unidades nuestras y que había simpatía para nosotros en algunas comunidades. El gobierno actuó bajo el entendido de que hay que aniquilar antes que dar solución política a la inconformidad social que dio origen al surgimiento de grupos armados en esa área. Figueroa es uno de los representantes de esa política, pero actuó con el conocimiento de otras instancias del gobierno y con la conformidad de la Sedena, que para combatirnos envió a Acosta Chaparro, quien dicen que es el más preparado en el combate a la guerrilla''.
--¿Si ya tenían unidades, por qué no lo dieron a conocer?
--Porque hubiera disminuido nuestro crecimiento. Antes de Aguas Blancas había un crecimiento bastante grande; a partir de la masacre, el gobierno logra su objetivo en parte e inhibe la incorporación.
A los pocos días, a principios de julio de 1995, uno de los grupos que después se integró al EPR realizó una emboscada --que no había sido reivindicada-- a una patrulla de la Policía Motorizada, en Cualac, región de la Montaña, en respuesta a la matanza de Aguas Blancas. Ahí resurgió la actividad del movimiento armado en Guerrero.