Castillo Peraza: la campaña del PRI, amenazante como la de Hacienda
Alonso Urrutia Ť En su primera incursión en la UNAM, Carlos Castillo Peraza enfrentó de nuevo las preguntas sobre las concertacesiones. ``¿Por qué la cúpula panista avaló las concertacesiones con Carlos Salinas?'', lanzó un joven estudiante de la Facultad de Medicina.
Sin alterarse, el panista respondió: ``Te voy a decir dónde hicimos la primera. La hicimos con Cuauhtémoc Cárdenas en Michoacán para el municipio de Zamora, en donde según la ley nosotros perdimos, protestamos y él violando la ley, lo que ya había decidido el Congreso, nos entregó el ayuntamiento. Hay que decir las cosas como son; él violó la ley, se pasó todo el Congreso y entregó el ayuntamiento al PAN''.
Pausado y hasta didáctico, se preguntó y respondió ``¿qué es la concertacesión? Se supone que es una práctica por medio de la cual se viola la ley para favorecer un partido que no ganó las elecciones y se le entrega el poder sin haberlas ganado.
¿Por qué se recurrió a esto? --continuó--, porque se legalizaba el fraude electoral y luego se daba por legal y ya no se podía mover. En cambio, con la movilización de la gente se lograba que echaran para atrás decisiones que eran absolutamente ilegales de origen''.
Su primera aparición en la máxima casa de estudios desde que es candidato, se juzgaba polémica y había barrunto de tormenta por algunas pancartas aisladas descalificatorias del PAN al asociarlo con el fascismo, con el conservadurismo: ``PAN y circo, fuera Castillo Peraza'', decía alguna.
--El PAN tiene tintes de fascista en el gobierno ¿Qué seguridad hay de que si usted llega esto no sucederá?
--Les pediría que a mí no me juzguen por lo que imaginen que puedo ser y no por lo que he hecho y que a mis competidores los juzguen lo que han hecho como gobernantes. Les aseguro que salgo menos fascista que mis competidores. Comparen los hechos.
Luego se referiría la campaña publicitaria del PRI: ``Es semejante a la de Hacienda. Vote por nosotros, no pague consecuencias. Es una campaña de un gobierno y un partido que tienen que amenazar para conseguir adhesiones porque ya no tienen capacidad de ofrecer futuro''.
Después vinieron preguntas sobre el aborto: ``para mí, con la sola sospecha de que alguien sea o pueda ser humano, no me atrevería legalizar que se le matara. Nadie duda de la tortuguidad de los huevos de tortuga para que ecológicamente no se dañe a una especie. Me parece que dudar de la humanidad de los huevos fecundados del ser humano también es una barbaridad''.
Su negativa al aborto arrancó el mayor respaldo entre la comunidad de alumnos de medicina.
Castillo hizo una larga exposición inicial sobre la salud en la ciudad de México y la necesidad de que el gobierno asuma su responsabilidad frente a los sectores más marginados. ``Los hospitales que atienden a las personas que no son ni siquiera derechohabientes de una institución deben tener mejores condiciones porque van a sectores desprotegidos''.
El panista consideró incongruente que en una ciudad donde aun hay muertes por enfermedades gastrointestinales existan problemas para emplear a sus médicos egresados. Luego, expresó su postura frente a la moral e insistió en que el Estado no es juez de conductas sexuales ni puede imponer la moral.
En una larga sesión de preguntas, expuso algunas propuestas en materia de salud y aludió al problema de la educación, sobre la cual dijo que las limitaciones legales impiden al gobierno de la ciudad intervenir en ese sector.
Asimismo, sobre los recursos para programas sociales, se refirió a la carga de la deuda que enfrentará la ciudad equivalente a 36 por ciento del presupuesto. ``Me parece una barbaridad que al primer gobierno capitalino democrático se le deje una deuda que maniate o inmovilice su acción''.
En casi dos horas de exposición, Castillo también respondió a dudas sobre la prostitución, la cual regularía y calificó de absurdo que se autorice a ejercerla en la vía pública y se prohíba en lugares cerrados.
Hacia el final de la sesión se le preguntó sobre su postura frente a la homosexualidad: ``Son tan ciudadanos como cualquier otro. Sujetos a derecho. No tengo nada que decir de sus preferencias sexuales siempre y cuando haya el respeto de derechos de terceros''.