La Jornada 30 de abril de 1997

ARROJO EL POPO CENIZAS Y ROCAS INCANDESCENTES

La madrugada de ayer el volcán Popocatépetl arrojó una lluvia de ceniza y expulsó rocas incandescentes que provocaron incendios forestales, principalmente en Puebla, ``sin que ello represente peligro para la comunidad ni sea preámbulo de una erupción'', según reportes del Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred).

Autoridades de protección civil reforzaron la vigilancia en las inmediaciones para evitar que curiosos y excursionistas traten de ascender al volcán.


Vista de uno de los incendios forestales causados por la emisión de
cenizas y rocas incandescentes, en Puebla.
Foto: Abraham Paredes

La actividad del Popocatépetl causó temor entre los pobladores de la zona, quienes despertaron al escuchar una explosión a las 1:11 horas de ayer.

Hubo inquietud en caseríos de Puebla, principalmente en aquellos donde cayó ceniza, como San Nicolás de los Ranchos, Yancuitlalpan, Calpan, y Xalitzintla. Los pobladores salieron de inmediato a las calles en busca de instrucciones o explicaciones, que no encontraron.

El sacerdote de Tianguismanalco, Marcos Sotomayor, comparó la vista del fenómeno con ``un gran anafre'', en tanto que otros pobladores hablaron de ``un fuerte tronido'' que sacudió puertas y ventanas, acompañado de ligeros temblores.

Investigadores del Centro Universitario para la Prevención de Desastres de la Universidad Autónoma de Puebla (Cupreder) calcularon que miles de habitantes de la ciudad de Puebla, a 44 kilómetros de volcán, escucharon la onda de choque.

Algo similar ocurrió en municipios de Morelos cercanos al Popocatépetl, como Tetela del Volcán y Yecapixtla, donde los pobladores dijeron desconocer de planes de protección civil.

A las 4:30 de la mañana, Roberto Quas Weepen, sismólogo del Cenapred, notificó al Cupreder que habían ocurrido cuatro episodios de actividad, el más importante a la 1:11 y otros tres de menor intensidad, a las 1:22, 1:59 y 4:07, y esta información se difundió a través de la cadena de noticiarios enlazados con el centro universitario.

En el boletín que el Cenapred publicó ayer se advierte: ``Dadas las condiciones actuales del volcán se prevén exhalaciones similares en las próximas horas o días'', pero los episodios registrados no ameritan cambiar el ``semáforo de alerta'', que se mantiene en amarillo.

Ramón Peña, responsable del Plan Operativo Popocatépetl, estuvo en varias comunidades y coordinó las tareas de alerta de las dependencias gubernamentales. Patrullas de la 25 Zona Militar recorrieron algunas localidades.

Francisco Javier Solís Luque, director de Protección Civil de Amecameca, estado de México, informó que cayó una lluvia ``leve'' de ceniza en los poblados de San Pedro Nexapa, Zoyatzingo y la cabecera municipal de Amecameca, aunque en Puebla cayó más ceniza.

Habitantes de los municipios mexiquenses de Ecatzingo, Atlautla, Otumba y Tepetlixpa informaron que no han recibido instrucciones de las autoridades municipales sobre cuáles son las rutas de desalojo en caso de contingencia ni información sobre el comportamiento del volcán.

Por su parte, el subsecretario de Protección Civil y Readaptación Social, Ricardo García Villalobos, afirmó que la actividad reciente del Popocatépetl ``no amerita la aplicación del plan DN-III ni del Sistema de Protección Civil, pues no están en riesgo los 750 mil pobladores que habitan las zonas aledañas al volcán''.

En conferencia de prensa, acompañado de Roberto Meli, director general del Cenapred, García Villalobos aseguró que no se ha minimizado el problema de la actividad volcánica, pues ello sería ``irresponsable''. Más bien, dijo, ``se le da su justa dimensión''.

En caso de que sea necesario desalojar a las 750 mil personas de los estados de México, Morelos y Puebla que habitan en las zonas más cercanas al Popocatépetl, intervendrían todas las dependencias involucradas en el Sistema de Protección Civil y la operación podría durar de dos a cuatro horas, agregó.

A última hora, Ramón Peña Melche, coordinador del Plan Popocatépetl, informó que se registraron pequeños sismos en la ciudad de Atlixco y ``cierta emanación de material'', pero no precisó la dimensión ni el sitio exactos. (María Velasco y Francisco Guerrero, corresponsales, José Antonio Román y La Jornada de Oriente)