Aún no puede EU tener una relación ``de igual a igual'' con CA: Clinton
Afp, Ap, Dpa, Efe y Reuter, San José, 8 de mayo Ť Los presidentes de Centroamérica, de República Dominicana y Bill Clinton firmaron hoy una declaración en la que se comprometieron a mejorar las relaciones comerciales entre Estados Unidos y la región centroamericana, a encontrar ``soluciones humanas y adecuadas'' al problema de la inmigración ilegal hacia Estados Unidos y a reforzar la lucha contra el narcotráfico.
En la cumbre relámpago participaron el presidente guatemalteco, Alvaro Arzú; el salvadoreño, Armando Calderón; el mandatario de Honduras, Carlos Roberto Reina; el de Nicaragua, Arnoldo Alemán; el de República Dominicana, Leonel Fernández, junto con el presidente anfitrión, José María Figueres y el primer ministro de Belice, Manuel Esquivel.
Antes del encuentro, los mandatarios centroamericanos dijeron que exigirían a Clinton que interviniera ante las autoridades de su país en favor de inmigrantes centroamericanos, así como para acelerar la integración de la región al Area de Libre Comercio de las Américas, prevista para el año 2005.
Clinton aseguró que su país ha dado pasos hacia una cooperación económica ``real'' con Centroamérica, al presentar al Congreso durante los últimos cinco años propuestas para reducir los aranceles de numerosos productos de la región.
Pero Clinton fue categórico al señalar que antes de ampliar el Tratado de Libre Comercio, que ya existe entre México, Estados Unidos y Canadá, es necesario cumplir con varios pasos antes de entablar la relación de ``igual a igual'' que exigían algunos presidentes, a quienes instó a esperar a que las negociaciones comiencen en la fecha prevista.
En el documento final de la cumbre, denominado Declaración de San José, se hace énfasis en que ``es necesario evolucionar hacia una relación comercial que ofrezca a todas las partes condiciones de beneficio mutuo''.
La declaración incluye un ``acuerdo de cielos abiertos'' que liberaliza el transporte aéreo entre ciudades estadunidenses y del istmo, que tendrá que ser ratificado por el Congreso estadunidense y que, según gobiernos centroamericanos, ``servirá de base'' para fomentar en el futuro un mayor comercio entre ambas regiones.
Hace dos semanas, el canciller costarricense, Fernando Naranjo, aseguró que en la cumbre los países centroamericanos aspiraban a obtener más beneficios de los que ofrece la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, acordada en 1984, que concede exenciones arancelarias a algunos productos de la región.
Por otro lado, los presidentes de Centroamérica manifestaron su beneplácito porque Clinton aseguró que ``no habrá deportaciones masivas'' de indocumentados centroamericanos, aunque afirmó que su país seguirá aplicando las leyes correspondientes contra la inmigración ilegal. Reconoció que el grueso de la ola de indocumentados centroamericanos a su país se generó en el marco de conflictos bélicos que ya fueron resueltos.
La declaración, por su parte, estipula que en los países que la suscriben cada inmigrante ``será evaluado de forma individual y justa, tomando en cuenta su valioso aporte a la sociedad del país que lo recibe''.
Estados Unidos y los países centroamericanos se comprometieron también a reforzar el combate contra el narcotráfico, el lavado de dinero y el crimen organizado, así como a aplicar ``con rigor'' tratados bilaterales de extradición.
Por otro lado, trascendió que el ex presidente costarricense Oscar Arias, Premio Nobel de la Paz 1987, instó a Clinton a obligar a su país a cesar la venta de armas a los países en vías de desarrollo que, aseguró, ``debe ser combatida tánto como el tráfico de drogas''.
Según una encuesta de la empresa Gallup publicada hoy aquí, 92 por ciento de los costarricenses tienen una ``opinión favorable'' de Clinton. Una veintena de jóvenes quemó banderas estadunidenses en protesta por la visita del mandatario estadunidense ante la catedral de San José, a unos cien metros del Teatro Nacional, donde se celebró la cumbre y cientos de personas vitorearon a Clinton.