La Jornada 12 de mayo de 1997

En los últimos 15 años se favoreció a los sectores más poderosos: Rojas

Roberto Garduño E. /I Ť Los procesos económicos y sociales que se han sucedido en México desde hace 15 años provocaron la ``inequitativa concentración del ingreso'' en favor de los sectores más poderosos y económicamente fuertes.

En contraparte, una mayoría de mexicanos pobres ve disminuida cada vez más su participación en el proceso de recuperación nacional, reconoce sin matices Carlos Rojas Gutiérrez, secretario de Desarrollo Social.

El funcionario cita tres grandes problemas del actual gobierno, relativos a enfrentar la pobreza de millones de personas: crear empleos, seguir abatiendo los rezagos sociales (desnutrición, enfermedades, analfabetismo, servicios básicos) y mejorar la distribución del ingreso.

Este último, dice a este diario, ``no lo podemos desconocer''. En su mesa de trabajo despliega tarjetas con datos sobre los resultados de la política social que él mismo ha coordinado en los últimos años, pero también los que hablan del empobrecimiento de la población.

``En estos últimos 14 o 15 años hay una reconcentración del ingreso. Los sectores más poderosos o económicamente más fuertes han acrecentado su participación del ingreso nacional y en contraparte, los grupos más pobres han disminuido su participación decidida''.

Tan sólo entre 1984 y 1994, la décima parte de la población incrementó su participación en el ingreso nacional y se hizo poseedora de 40 por ciento de la riqueza nacional.

En el mismo lapso, 40 por ciento de los mexicanos más pobres -aproximadamente 20 millones- perdió 10 por ciento de su participación en el ingreso.

Carlos Rojas aduce una fórmula aparentemente sencilla para explicar el principal sustento de las acciones para enfrentar los efectos nefastos de la pobreza:

``La política social no puede explicarse ni puede tener el éxito al cual todos aspiramos, si no hay una política económica que mantenga la estabilidad, que contenga la inflación y que promueva un crecimiento económico mucho más equitativo''.

-Pero, desde hace 10 años ha crecido la concentración del ingreso...

-La manera más efectiva de revertir la concentración del ingreso se liga fundamentalmente a los procesos educativos, de capacitación y empleo. Entonces, en la medida en que avancemos en la política de superación de la pobreza -con sus tres vertientes- y tengamos una política económica estable, que promueva el crecimiento y genere un mayor número de empleos, podremos mejorar esta inequitativa concentración del ingreso.

-¿De qué sirve que un niño vaya a la escuela si de todas maneras la dejará o no va a encontrar empleo? ¿No es esto frustrante para usted?

-No, no es frustrante para mí. Al contrario, es un incentivo adicional para trabajar con mayor fuerza y dedicación para ellos.

Los fundamentos de la política social.

El funcionario da una extensa explicación de la política social del gobierno federal. La estrategia, hace una pausa, está dividida en tres vertientes, la primera se vincula a los derechos constitucionales de la salud y la educación. Surge entonces la interrogante ¿por qué un Programa de Superación de la Pobreza, cuando existe una política de educación y de salud?

Otro de los lineamientos, manifestó Rojas, es la superación de los rezagos sociales, para ``abatir permanentemente'' los déficit de agua potable, electricidad, drenaje y servicios públicos.

Y uno más, recuerda, es la vertiente productiva, donde no se consolidan los instrumentos que tiene la Secretaría de Desarrollo Social para promover mejores condiciones de empleo y de ingreso.

-Parece que la fatalidad en este país es ``nace pobre y vivirás pobre''.

-Yo quisiera decir con absoluta convicción, con responsabilidad -y además lo dice alguien que tiene toda su vida profesional en este tema- que un programa como el de alimentación, salud y eduación, que cubre a los niños aún antes de nacer y hasta que terminan la educación secundaria, puede ser verdaderamente un hito, un detonador, que nos ayude a cancelar estructuralmente las condiciones de pobreza.

Pobreza y marginación no son fatalidad

Aseguró que al gobierno le preocupan muchísimo las zonas pobres y marginadas: ``primero como un acto de justicia, en donde no podemos aceptar la pobreza y la marginación como algo fatal''.

En las actuales condiciones, agregó, no hay más camino que canalizar todos los esfuerzos para que las regiones de alta pobreza puedan salir adelante.

``Eso es un cambio que vale la pena enfatizar en relación con la política social de esta administraciónm que ha definido con absoluta claridad 91 regiones prioritarias a las que se canalizan los mayores recursos, los mayores apoyos, en donde se están realizando los trabajos con mayor intensidad''.

El fundamento de los programas sociales, señaló Rojas Gutiérrez, no radica en las políticas paternalistas, sino en aquellas que requieren la corresponsabilidad de las comunidades, las organizaciones, los ayuntamientos y los gobiernos locales. La Sedeso, dijo el funcionario federal, actúa con base en consensos, objetivos comunes y canalización de recursos, como sucede en Chiapas con el Acuerdo para el Desarrollo y Bienestar de la Sierra Madre de Chiapas, que se firmó hace dos semanas.