La paraestatal, almacén de lo sucio del sexenio 88-94: Washington Post
De acuerdo con fuentes citadas por The Washington Post, en la investigación que el Departamento de Justicia lleva a cabo se ubica ``una infraestructura en México que incluía a narcotraficantes colombianos y mexicanos y funcionarios gubernamentales de alto nivel trabajando concertadamente'' en operaciones de tráfico de drogas y lavado de dinero.
Lo anterior forma parte de lo publicado en la edición de ayer del periódico estadunidense y que publicó La Jornada en una versión resumida, que hoy se amplía.
Las fuentes que cita el Post sugieren la posibilidad de que una dependencia gubernamental (Conasupo) haya sido puesta a disposición de los negocios entre funcionarios mexicanos y capos de la droga, ``y eso es lo que estamos buscando'', aseguran.
Según la publicación, ``todo se consideraba una oportunidad para exprimir dinero y se consideraba a todo el PRI una oportunidad para robar. La superestructura de lo que hizo crecer esto, es lo que estamos viendo'', destaca una de las fuentes familiarizada con la investigación que se inició hace 18 meses y que ahora dirigen conjuntamente el FBI, la DEA y el Departamento del Tesoro.
Destacan que ``Conasupo se convirtió en el almacén de todo lo sucio del gobierno de Carlos Salinas, donde el dinero proveniente de toda clase de corrupción política, gubernamental, empresarial y del narcotráfico se concentraba y distribuía'' entre quienes participaban de estas transacciones.
Los agentes de la DEA investigan una presunta reunión en la que habrían participado José Córdoba Montoya, entonces encargado de la Oficina de la Presidencia, y el secretario privado del entonces presidente, Justo Ceja Martínez, con el hermano mayor de éste, Raúl Salinas de Gortari, actualmente recluido en la cárcel de máxima seguridad de Almoloya de Juárez por su presunta participación como autor intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu.
En la reunión, según la DEA, habrían estado presentes también el secretario de Marina, sin especificar si se trató de Mauricio Scheleske -quien fue removido de su cargo pocos meses después de haber sido nombrado por su presunta relación con el narcotráfico-, y el narco Juan García Abrego.
Fuentes de la oficina antinarcóticos estadunidense aseguraron que cuentan con informes de que los cinco personajes mencionados discutieron ``varios planes'' para usar las empresas del Estado y lavar las utilidades obtenidas en el tráfico y venta de narcóticos en Estados Unidos.
Otra de las líneas de investigación que siguen las dependencias estadunidenses destaca la posibilidad de que, ``ocasionalmente'', se transportaran cargamentos de cocaína en los embarques de la paraestatal Conasupo a Estados Unidos.
Para verificar esta hipótesis, las agencias investigan las operaciones de compra-venta de granos y otros bienes de consumo que realizó la paraestatal con empresas de ese país, así como las cuentas bancarias de ésta en el extranjero para determinar si fueron utilizadas para el lavado de dinero y el transporte de enervantes.
Una de las explicaciones que dan las fuentes consultadas por The Washington Post para justificar las grandes transferencias de divisas presuntamente realizadas en estas operaciones, asegura que ``se podían mandar grandes sumas de dinero directamente de México a las cuentas bancarias de Conasupo en entidades financieras estadunidenses.
``Debido a que las cuentas pertenecían a una dependencia del gobierno mexicano que manejaba usualmente transacciones comerciales en el extranjero, los depósitos y retiros muy grandes no despertaban sospechas'', afirman.